lunes, 19 de septiembre de 2016

MEDH REGIONAL MISIONES



Nos avergüenza la injusticia y el manejo del poder.  Como Regional  Misiones del Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos (MEDH) queremos llamar la  atención a la ciudadanía y a los poderes constitucionales, debidamente compuestos de la Provincia de Misiones, sobre lo ocurrido en el Municipio de Arroyo del Medio, en tanto y en cuanto el Concejo Deliberantes aprobó la continuidad en el cargo del Intendente local, luego de haber protagonizado un accidente en comprobado estado de ebriedad. Consideramos que este es un hecho gravísimo, además de una afrenta al entendimiento de lo que puede ser justicia, que en este caso se basa en una reafirmación de un status quo de impunidad y de afronta a los principios que fundan cualquier sociedad democrática.

Las “mayorías democráticas” solo tienen sentido si trabajan dentro de principios que rigen y reafirman la democracia. Cuando estas son usadas como herramientas para proteger y mantener en su cargo a alguien que comprobadamente ha hecho mal uso de los elementos de trabajo y de su investidura, como en este caso, un vehículo de propiedad del Estado y en condiciones de ebriedad (penadas por la ley), comprendemos que se transforma en un abuso de autoridad y de poder, en perjuicio a los más débiles de la sociedad. Todo esto sin tener en cuenta el fatídico final del hombre atropellado por el mandatario.


Consideramos que es menester que los representantes populares, que han sido elegidos por el voto, sean no solamente ejemplo de conducta personal, sino que desarrollen fehacientemente sus funciones al servicio de la población. Cuando la regla general pasa a ser la de servirse de la comunidad y utilizar los bienes para beneficio propio, significa que se ha invertido seriamente el orden lógico de una sociedad organizada. Esto nos preocupa profundamente. María Elena Walsh hablaba, en una de sus canciones, del “mundo del revés” cuando decía: “que un ladrón es vigilante y otro es juez”. En esta provincia, que en  muchos aspectos se puede  leer a través de la canción del Walsh, vemos que a veces “mayoría democrática” es confundida con actitudes criminales, de encubrimiento y de impunidad. En ese aspecto podemos citar un sin número de casos dónde esta actitud “naturalizada” del poder de turno reafirma que quienes tienen poder, todo lo pueden, mientras que para quienes no pertenecen al mencionado “círculo”,  recae todo el peso de la ley.

Una sociedad donde las leyes no valen para todos en la misma medida, claramente no es una sociedad democracia.

Una sociedad donde el Poder Judicial no tiene independencia, está sometido a un paupérrimo presupuesto y carece de elementos idóneos para su excelente desarrollo, no es una sociedad democrática. Estos, y otros modos de manejo del  poder, hace que la misionera se transforme en una simulación propagandística de algo que dice ser, pero sin embargo afirma con sus acciones todo lo contrario.


Hoy la provincia, con su retórica hueca y sin sentido, muestra una vez más un ejemplo de cómo es en realidad la construcción de poder a la que la ciudadanía está sometida. La memoria de estos últimos 15 años nos recuerda de modo tétrico, a través de algunos casos emblemáticos del ejercicio del poder, los ejemplos de la falta de justicia, lo que refuerza lo que denunciamos: Silvia Andrea Gonzáles, Marilyn Bárbaro, Itatí Piñeiro, casos. Como decía nuestro Presidente Emérito (in memoriam), el Padre Joaquín Piña: “el Evangelio, la buena noticia; cuando habla de justicia y de igualdad entre todos; para algunos, para los poderosos de turno, es una mala noticia, pues los pone en evidencia, los denuncia.” Hoy denunciamos que una vez más estamos frente a una injusticia que tiene como sustento el poder instituido en esta Provincia. Nos avergüenza tener que decir esto en pleno siglo XXI, pues creíamos que este tipo de prácticas medievales habían sido superadas. La vergüenza no es ajena, es sentida con todas las muertes injustas que permanecen  impunes. Que Dios se apiade de todos aquellos que nos comprometemos para que esta sociedad cambie y no sigamos manteniendo este tipo de “poder que mata”. Ya decía Jesús: “el poder del pecado es la  muerte”.

Por el  Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos (MEDH)

Clóvis Elói Kurtz, pastor de la Iglesia Evangélica Luterana Unida (IELU)
Eugenio Albrecht, pastor y periodista de la Iglesia Evangélica del Río de la Plata(IERP)