lunes, 23 de diciembre de 2013

N A V I D A D



Arturo Blatezky

“HAPPY JINGLE CLAUS” Y REVERENCIA A LOS PODEROSOS
O
LA MEMORIA DE DIOS QUE NACE JUNTO A LOS MAS PEQUEÑOS Y DESAPARECIDOS

“Entonces Herodes se puso furiosísimo y fijándose en la fecha en la que la familia se había ido ordenó matar a todos los niños menores de dos  años que había en Belén y sus alrededores. Así se cumplió lo que había anunciado el profeta Jeremías: En Rama se oyeron gritos, grandes sollozos y lamentos, es Raquel que llora a sus hijos; estos ya no están, y no quiere que la consuelen.”(Mateo 16-18). 

Tengo que reconocer que en ninguna Navidad anterior a la actual éste texto me ha impactado y conmovido con tal tremenda intensidad como en la actual. Y no me sorprende: Durante el último año varios organismos de Derechos Humanos y personalidades de la Argentina y de España estuvimos luchando por el esclarecimiento y la condena de los responsables del genocidio cometido por el franquismo desde 1936 hasta la muerte del dictador entre ellos la decena de miles de asesinados y desaparecidos y ante todo lo más aberrante: El secuestro y la apropiación hasta hoy de al menos 30.000 hijos de disidentes y combatientes demócratas que luchaban contra la dictadura.

Pero obviamente esta barbarie nos remite a otras del pasado histórico más remoto así como a hechos similares de los siglos XIX y XX:
Sin duda en su tiempo el faraón no apresó a los varones hebreos y de otros pueblos para matarlos, sino para transformarlos en esclavos y soldados egipcios; del mismo modo los asirios, persas, griegos y finalmente Herodes enfrentó a sus prisioneros a la alternativa de la muerte o a la integración como combatientes a los ejércitos romanos, de los cuáles era súbdito.

Pero volvamos a los siglos XVIII, XIX y XX, con sus terribles genocidios que todos se caracterizaron por el secuestro y esclavización (apropiación y alienación) ante todo de los jóvenes, ya sean en las diversas colonias africanas, de la India y la polinesia, llegando finalmente al secuestro y masacre de millones de armenios y judíos.
Pero es en este punto, que quisiera detenerme un momento.

Mientras releo de noche estas historias inconcebibles del genocidio cometido en el pasado ante todo por las naciones supuestamente “occidentales, más ilustradas, progresistas y cristianas” contra pueblos soberanos y con identidades antiquísimos, que solamente estaban defendiendo sus tierras y con ello su sobrevivencia y cultura, es decir su HUMANIDAD, estoy leyendo a la vez los increíbles documentos de Osvaldo Bayer, en los cuales, entre otros hechos increíbles narra como las “nobles familias patricias de la liberal urbe porteña y sus gloriosas fuerzas armadas” esclavizabas y masacraban a los verdaderos dueños de las tierras, arrancando de los brazos de las madres a sus hijos e hijas recién nacidas, para entregarlas como “chinitas y peoncitos” a quienes si representaban “la civilización”, contra “la barbarie”, que no merecía otro trato que la aniquilación de su cultura y el sometimiento de su especie. 

Podríamos seguir largas páginas con los hechos detallados de la deshumanización de nuestra tan “humana cultura liberal y progresista”, sino fuera que la conocemos demasiado bien, y también la recordamos perfectamente, si queremos recordarla.

Solo quisiera invitarnos a un ejercicio de la memoria que quizás sea nueva para nosotras y nosotros: Cuando en diversas representaciones como pesebres u otras celebraciones festivas religiosas, escolares, patrióticas etc. nunca faltan los “vendedores de velas”, “los faroleros” y las “chinitas que llevan los almohadones para las damas patricias” (que son hoy los niños disfrazados de nuestro pueblo) ¿qué habrán sentido, pensado, sufrido, añorado en ese momento los verdaderos “Hijos de la tierra” (libro excelente de Carlos Martínez Sarasola)?
Y me pregunto: ¿Qué estarán sintiendo los sobrevivientes de aquellos niños, los “¿Hijos de la Tierra” de hoy? Maltratados por el sistema capitalista, sus potentados nacionales y extranjeros, los políticos, jueces y “funcionarios de la justicia” que tergiversan el derecho, los grupos armados estatales y para-estatales que los persiguen, que los matan, los terratenientes, que ocupan y destruyen las selvas para suplantarlas por negociados que terminan de destruir lo que sus antepasados dejaron, ya sea en la Patagonia, en Chaco, Formosa, Misiones o mediante la megaminería en las provincias andinas?   

¿Con qué soñarían y qué necesitan las familias, los padres, madres e hijos de nuestra tierra bajo sus árboles de Navidad, si es que les hubiera sobrevivido alguno en medio de tanta soja del cuál colgar angelitos rubios cantando “Noche de Paz”?


Pastor Dietrich Bonhoeffer:

Reflexión y oración por quienes estaban presos junto con él
en la Cárcel Militar de Tegel –Berlin – Navidad de 1943

“Desde nuestra fe cristiana vivir la Navidad en la celda de una cárcel no debiera ser un problema. Probablemente muchos vivirán y celebrarán en esta casa una Navidad mucho más sincera y auténtica que allí, donde solamente sigue repitiéndose esta palabra de un modo hueco y vacío. Que la miseria, el sufrimiento, la pobreza, la soledad, el desamparo y la culpa ante los ojos de Dios significan algo totalmente distinto que frente al juicio de los seres humanos; que Dios se dirige y permanece justamente entre aquellos, que son abandonados y despreciados por los otros seres humanos, que Cristo nació en el pesebre de un corral, porque no le permitieron ocupar otro lugar en ese refugio de los marginados –eso lo entiende mucho mejor un prisionero que otra persona, y eso para un preso es realmente una noticia de enorme felicidad: Poder creer y vivir esta nueva realidad que derriba la de los poderosos, le da la seguridad y la conciencia, que todos los límites espaciales y temporales que lo someten en realidad son destruidos y derrumbados, y que está viviendo ya en la verdadera comunidad de Jesús, en la cuál la cárcel y la prisión humana pierden su significado” 

“Señor Jesucristo,
tù fuiste pobre y miserable, prisionero y abandonado a tu soledad.
Vos conoces todo el sufrimiento de los seres humanos,
Vos te quedas a mi lado cuando ningún otro ser humano me acompaña.
Vos no me abandonas y me buscas en mi soledad,
Vos querés que te conozca y me dirija a ti.
Señor, oigo tu llamado y te sigo,
¡Ayudamos!
Espíritu Santo,
Dame la fe que me salve de desesperación y angustia.
Dame el amor a Dios y a los seres humanos,
Ese amor que destruye todo odio y toda amargura.,
Dame la esperanza que me libera
Del miedo y la desesperación…”
Traducción: Arturo Blatezky

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EXTRACTO DE:  NAVIDAD ARGENTINA

Pastor Juan Van der Velde – Navidad de 1983

Había pastores en la misma región Lucas 2:18
Creo que nuestra Navidad de 1983 es una Navidad muy especial, pues se señala una transición entre dos modos de vida,entre dos zonas opuestas, enfrentadas ,recíprocamente descartadas.

La Navidad de este año es esencialmente argentina. En mi patria hay tumbas N.N., desaparecidos, vidas arruinadas, detenidos sin razón, salarios insuficientes, etc. Creo que hoy debo decir y se lo digo a todos: La Navidad es argentina, genuinamente argentina. ¿Por qué? Porque hay pastores en mi patria, miles de pastores, miles de personas desarraigadas, hambrientas, desorientadas, mal pagadas, tratadas injustamente, sin seguridades.

No debemos confundir la palabra pastor. Tal vez pensamos con ella en las autoridades eclesiales, en los líderes espirituales. No, muchos de ellos se han borrado al estar nosotros en la zona de muerte. Los pastores de la región de Belén eran personas que no gozaban de ningún derecho, ningún juez defendería alguna causa de ellos, eran los mal vestidos, los que no eran tenidos en cuenta, los que horrorizaban a la gente bien por sus costumbres y modismos, los temidos.

Como para que la Navidad no naciera en esa región donde había pastores, en Belén. Como para que no siga en nuestra patria del año 1983 donde también hay tantos pastores. Dios nos envió su Hijo, nos ama. Y me hago la pregunta: ¿qué harán los religiosos, que harán las autoridades nacionales, qué harán las iglesias del Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos? ¿Qué harán los pastores? ¿Haremos algo más que solamente repetirnos unos a otros Feliz Navidad? Tendremos en cuenta que esta Navidad es argentina?

Sé que celebrar esta Navidad como argentinos es muy difícil. Pues con este mensaje de Navidad debo acercarme a la madre que espera ver regresar a su hijo desaparecido. Con este mensaje de Navidad debo acercarme al que deplora su situación por lo incomprensible del pasado. Con este mensaje de Navidad debo consolar al que no dispone de lo mínimo necesario.

Las palabras Feliz Navidad no querrán salir de mi boca. Pero sepa Usted, hermano o hermana, que si su situación hace decir a muchos lo que también oramos ahora:

-         Que nunca más un juez argentino deje de conmoverse por el dolor y la injusticia que tantos padecen, también silenciosamente;
-         Que ningún dirigente obrero piense primeramente en su propia posición y se despreocupe por la situación de tantas familias condenadas al olvido;
-         Que ninguna autoridad en su soberbia olvide a los humildes;
-         Que  ningún religioso esté más preocupado por su propio templo que por los miles de pastores de nuestra patria;
-         Que ningún orgulloso de la azul y blanca viva despreocupado por lo que acontece a su alrededor, sino, que todos sean movidos a misericordia por aquél que nos amó primero.

LA PAZ SEA CONTIGO.



lunes, 16 de diciembre de 2013