lunes, 20 de abril de 2015

Buen Vivir: un derecho desde la memoria, la verdad y la reciprocidad

Mujeres de las 36 Naciones Originarias de Argentina realizarán, el próximo 21 de abril en Buenos Aires, la 1º Marcha de Mujeres Originarias para presentar en el Congreso de la Nación una propuesta de ley que cree el Consejo de Mujeres del Buen Vivir. Red Eco Alternativo.
 
(Red Eco) Ciudad de Buenos Aires - La marcha comenzará a las 13 con un acto frente al Monumento a Julio Roca, ubicado en Perú 104, símbolo de una clase que asesinó a miles de originarios para darle sus tierras a los poderosos de la época.

Luego, está previsto que la movilizará llegue al Congreso de la Nació cerca de las 16, donde se entregará el anteproyecto de ley que fue elaborado por las mujeres originarias de todo el país. El texto establece la creación de un organismo autónomo y autárquico que no dependa de ningún estamento del Estado.
Integrado por dos consejeras designadas por cada pueblo, “de acuerdo a su filosofía ancestral y a sus modos propios de organización”, el Consejo se plantea el objetivo de “realizar un proceso de consulta, participación, información y difusión para elaborar y proponer normas y políticas que garanticen y efectivicen el Buen Vivir”.

La ley que proponen persigue el objetivo de cubrir lo que ellas consideran un vacío legal en relación con los derechos específicos de las mujeres originarias y los derechos fundamentales de los pueblos indígenas.
El objetivo de la marcha es visibilizar el reclamo para que se reconozca el Buen Vivir como un derecho basado en la “cohabitación en reciprocidad y armonía entre los pueblos y la naturaleza” y a ellas como actoras sociales y políticas en la lucha que despliegan por el fortalecimiento de sus pueblos.
Pero ese derecho, reconocido por esta ley, no solo se plantea para los pueblos originarios sino desde la diversidad y pluralidad que abarca a todos y todas los habitantes de nuestro país.

“Históricamente los pueblos originarios nos hemos sentido solos en este caminar por justicia, por la reciprocidad, pero creemos que éste es un momento histórico, en que todo el pueblo argentino se sumará a caminar con nosotras”, expresan en la convocatoria.


De cómo nació el proyecto

En los fundamentos del texto, cuentan cómo las mujeres originarias de diversas comunidades fueron encontrándose en todo el territorio y plantando la necesidad de ser vistas, reconocidas y escuchadas.
En estos encuentros, las mujeres del Pueblo Qom del Barrio Toba de Rosario, del Pueblo quechua de Jujuy, las M´bua Guarany y las mujeres Mapuche, fueron madurando la idea de enfrentar siglos de opresión y violencia institucional, no solo racista sino también sexista, haciendo una marcha todas juntas.
A partir de 2013 desarrollaron talleres participativos en diferentes puntos del país, sobre todo en comunidades en conflicto que luchaban por sus derechos. Así se fue conformando el Colectivo de Mujeres Originarias por el Buen Vivir. Fue en febrero pasado que, en el marco del Primer Encuentro de Mujeres Originarias por el Buen Vivir realizado en Epuyén, provincia del Chubut, las mujeres de diferentes Pueblos Originarios plantearon los fundamentos y la propuesta de ley que se presentará en pocos días.

Los fundamentos del proyecto

El “colapso de nuestra madre tierra, la “explotación sin límites del modelo extractivista, que saquea, depreda y contamina” fueron las palabras utilizadas en dicho encuentro como diagnóstico de la realidad circundante.
“Con años de lucha se han conseguido leyes y reformas de la Constitución Nacional y de las provinciales y se han firmado convenios internacionales de reconocimiento de los derechos indígenas. Pero para que nos vean como comunidades, tenemos que sacar personería jurídica y esos papeles no sirven, nos dividen y hacen pelear. Nos hablan de tierras y territorios de las comunidades, nos hablan de papeles y propiedades. Cada pueblo tiene sus formas de organizarse, su pensamiento y espiritualidad, y es eso lo que las leyes deben respetar. El estado no puede definir cómo tienen que ser nuestros representantes ni qué personas son los que representan nuestro pensamiento y hablan por nosotras”, afirman en los fundamentos del proyecto.
Tomando el territorio como esencia de la existencia, como “espacio identitario, espiritual”, como “memorial de los pueblos y el de la continuidad de la cultura en donde la vida fluye, desde la relación armónica entre las fuerzas de la naturaleza y el de las personas” es que lo definen no solo como su casa sino también como su cuerpo que viaja con ellas y como lugar donde se concreta la libre determinación de los pueblos. 
Este concepto de territorio cuestiona las políticas de estado que concesionan, privatizan y contaminan el agua, las que generan energía contaminante, la falta de soberanía alimentaria y la utilización de los transgénicos, los megaemprendimientos que afectan la biodiversidad.

Desde la fertilidad de la tierra a la fertilidad de sus cuerpos, plantean el cuestionamiento  a un sistema de salud y educación pública que disciplinan los cuerpos y las mentes: “si nuestros cuerpos y nuestras mentes no están bien, si no están bien cuidados y si no pueden ser libres, nada más puede estar bien. Como resultado de la colonización, hay machismo también dentro de nuestras comunidades y a veces nuestros propios compañeros nos violentan e impiden el acceso a los anticonceptivos (...). Nosotras identificamos y denunciamos la violencia racista y sexista del patriarcado que estratifica la valorización de la mujer a partir de un patrón de belleza Colonizador-Europeo (…).  Las industrias de medicamentos invaden nuestros cuerpos y nuestros territorios. Mucho de lo que decimos y esperamos de los sistemas de salud también lo decimos y esperamos de la educación pública. No puede ser que otros decidan por nosotras si nuestros hijos y nuestros nietos merecen una educación intercultural y bilingüe”.

“El territorio es más que lugar físico y viaja con nosotras. Por eso nos sentimos parte y no dueñas de la tierra en los distintos lugares en los que estamos, y necesitamos comunicarnos espiritualmente con ella”, afirman. Y es por eso que piden el respeto de sus espacios ceremoniales: “que nos reconozcan espacios de expresión de nuestra espiritualidad aunque estemos lejos del lugar donde nacimos”.

La reflexión del territorio como lugar donde deber concretarse la libre determinación de los pueblos, es integradora: “el Buen Vivir requiere pensar en cómo cohabitamos nuestras comunidades como pueblos originarios, pero también cómo cohabitamos con los diferentes integrantes de la sociedad no indígena, y cómo hablamos con el estado y las empresas que sólo buscan ganar más, sin que les importe nada cómo dañan la naturaleza y la vida de las personas”

Finalmente, en la convocatoria, las mujeres originarias afirman: “el sedimento constitutivo del modelo de país, ha excluido a los pueblos originarios, colocándonos en un lugar de postergación empobrecimiento y actualmente afectados por la contaminación y devastación de nuestros territorios. En particular la situación de las mujeres originarias es de absoluta vulnerabilidad, con múltiples intersecciones de opresión por nuestra condición de mujeres, pobres e indígenas. Sin embargo, las mujeres originarias, hemos venido realizando un importante recorrido de autoafirmación identitaria, de autovaloración y de recuperación de los saberes ancestrales, que nos permite hoy proponer al país un camino de unidad y de esperanza: el Buen Vivir como derecho”.

Con todo este camino de reflexión colectiva que han recorrido, las mujeres originarias llegarán el próximo 21 de abril a Buenos Aires y tomarán la palabra en el recinto del Congreso de la Nación para presentar al pueblo argentino, a través de sus representantes parlamentarios, su propuesta para el Buen Vivir.

Anteproyecto de Ley DESCARGAR

Contacto: Moira Millán 0294-15-564-3703