lunes, 9 de febrero de 2015

LA MIRADA DEL CAZADOR



“Cuando la organización crece desde el pie”



Ni las vacaciones ni el calor son problema para los Pueblos Indígenas acostumbrados a caminar por las picadas de la madre tierra y por los montes del gran chaco americano. “Calcina el monte un sol de fuego, María va…” cantaba la Mercedes Sosa, y ahí van,  mujeres y hombres, dirigentes indígenas de 48 comunidades que acaban de reunirse este fin de semana en la 5ª Asamblea en la comunidad Satuktes (Cacique el Colorado) del departamento Ramón Lista en la provincia de Formosa.

“Fue una experiencia muy rica para la unificación de la lucha de los pueblos y de varios líderes indígenas que nos estamos re-encontrando en nuestra propia identidad cultural” -expresaba Félix Díaz-. “Hemos intercambiado largamente la forma de cómo conformar una organización para  luchar juntos frente a esta injusticia que sufrimos los Pueblos Indígenas de Formosa en la que estamos trabajando desde  hace un tiempo y en especial a partir del año pasado.”

“Mucho discutimos el tema de qué pretendemos, de cómo y para qué organizarnos y de cómo llamar a nuestra organización. Fue muy bueno porque finalmente se le puso el nombre de  QOPIWINI (Qom, Pilaga, Wichi, Nivacle). Un nombre que fue puesto por consenso de la asamblea junto con una palabra Wichi “Lafwetes” (nuestro lugar… lo que está bien arraigado en un lugar como la raíz de un árbol… el comienzo de algo nuevo…), que nos identifica a todos. Así se llama nuestra organización: QOPIWINI LAFWETES y estamos contentos del avance que dimos para defender nuestros territorios.”


Según fueron contando algunos, el parto de esta organización se produjo en la comunidad Nam Qom, durante la 4ª Asamblea. Ahí nació el 4 de diciembre del año pasado. Y ahora, en territorio Wichí terminó de nacer y se le puso el nombre. “Pero todavía falta conformar el estatuto, de elaborarlo nosotros y poner nuestra ley indígena. También queremos conformar una comisión o consejo, de cómo lo vamos armar para seguir avanzando en esa búsqueda de la visión indígena.”

Y en esta búsqueda de la recuperación de lo que es la visión indígena “hemos aprendido de la mirada del cazador que mira al frente, a los costados, mira atrás y entonces esa mirada del cazador es muy amplia, observa hacia todos lados, para ver con sus ojos por dónde caminar” explicó el líder indígena. “Es una mirada amplia que ve a la naturaleza, que no busca aprovecharse ni desafiar sino poder relacionarse y respetar esa relación con la madre tierra y la diversidad cultural. Fue muy enriquecedor y aprendimos muchas cosas entre nosotros. Así son nuestras asambleas, todos hablan, todos escuchan, todos participan”.

Muchos de los Wichi no conocían nuestra lucha y acá fue –boca a boca- que nos escuchamos entre todos, y se superó toda confusión, desconfianza o mala información sobre nosotros y nuestra lucha, la cual todo el tiempo pretende el gobierno desacreditar por las radios y los canales oficiales de la provincia. Y así se fue expresando la gente, poniendo su palabra y pensamiento al proceso de organización.

Los asambleístas coincidieron en que la ley 426 ha fracasado, que se malogró la propuesta del Estado de querer incluirnos porque no hemos podido ser participes de la decisión política sobre nuestra vida, nuestros territorios y nuestra administración de los territorios. Hubo mucha gente solidaria que nos acompañó en todo ese tiempo, personas que nos han mostrado el camino, nos han capacitado, han acompañado y asumido nuestra lucha, Iglesias, ONG´s, gente de buena voluntad y buen espíritu. Ahora nos toca ser protagonistas y constructores de nuestro destino, queremos hacer y trabajar desde nosotros, nadie adelante o atrás. Queremos caminar juntos como un pueblo camina para poder resolver los problemas que nos aquejan. Esa es la mirada del cazador, su visión que cuida el territorio y la naturaleza y la gente. Somos pueblo indígena, ya no podemos decir que soy Wichi y no apoyo a los Qom, o soy Pilaga y no apoyo a los Nivacle. Con nuestra organización volvemos a nacer como una familia, la familia de los Pueblos Indígenas y tenemos que aprender a querernos, a tolerarnos, y convivir en la diferencia para poner en marcha la hermandad como pueblos que podemos defendernos juntos los despojos territoriales, las muertes por enfermedades, la educación, la salud, entre otros derechos. Los pueblos indígenas pertenecemos a un origen diferente y lo que nos une es la violación a los derechos humanos e indígenas. Tenemos que eliminar la palabra egoísmo para volver a usar la palabra amor que no es fácil, trae muchas dificultades pero es necesario ponerla en práctica para dar vida a las vidas que dependen de nosotros.

Al final de la reunión se decidió que la próxima Asamblea a realizarse será el 13 y 14 de marzo en la comunidad Potae Napocna Navogho. Ahí se va discutir el estatuto y comenzar a escribirlo y poner la gente que va estar al frente. Los pueblos tienen que proponer. Se trata de una construcción colectiva y por eso los hermanos tienen que traer las propuestas y juntos avanzar.  

Por último expresó el referente que “el objetivo es dejar abierto a que sigan incorporándose otros pueblos. Que nadie se sienta discriminado por nosotros. Nuestra intención no es politizar ni partidizar, ni estar en contra, queremos la autodeterminación de nuestra vida y territorios, dirigido por los mismos pueblos con una política puramente indígena”.

Desde la Vicaría de Pueblos Originarios y el Equipo Diocesano de Pastoral Aborigen acompañamos a estos pueblos indígenas en este inédito y valioso proceso de organización y protagonismo que vienen desarrollando desde un tiempo a esta parte y asumimos el compromiso evangélico de permanecer firmes junto a ellos.

Formosa, 31 de enero del 2015