
El #JuicioALaPolicíadeMacri en los medios
El Tribunal Oral en lo Criminal n° 7 condenó a 3 años de prisión en
suspenso e inhabilitación de 4 años al oficial mayor Gabriel Pereyra de
la Rosa por “abuso de arma” en carácter de funcionario público; y
absolvió los policías Miguel Ledesma y Maximiliano Acosta, acusados del
mismo cargo. Entre un mar de abucheos e insultos de la sala – donde se
encontraba Nora Cortiñas, Pablo Pimentel, Myriam Bergman, entre otros-,
el Tribunal subrayó que los fundamentos del veredicto se darán a conocer
el 13 de junio a las 20 horas.
“El Tribunal interpretó que fue un hecho aislado en lugar de ubicarlo
como un accionar sistemático de la fuerza”, sostuvo María del Carmen
Verdú, abogada de los periodistas heridos la noche de marzo de 2013.
“Los jueces dejan como mensaje que la Policía de la Ciudad puede
reprimir con balas de plomo”.
Los tres policías llegaron al juicio procesados por “triple tentativa
de homicidio agravado”, por lo que la querella pidió 20 años de
prisión. En tanto, la fiscalía acusó por “abuso de arma” y pidió 3 años
de prisión y una inhabilitación de 4 años para los tres efectivos. El
fiscal Oscar Ciruzzi sostuvo que “no fueron disparos continuos, por lo
cual no puedo decir que hubo intencionalidad de matar”. Verdú adelantó a
lavaca que apelarán la sentencia.
La prueba
“La Metropolitana fue una experiencia en la que se vieron casos
aislados que hoy podemos describir como una antesala de toda una
sistematización represiva a nivel nacional”, dice a lavaca
Esteban Ruffa, 35 años, periodista de ANRED, uno de los baleados esa
noche. Ruffa todavía tiene plomo en la tibia ya que la operación para
extraerlo implica un riesgo para su salud. “Otra de las pruebas
contundentes del juicio para comprobar el material con que nos tiraron
se pudo extraer de la pierna de Mario Fumaroni (militante social, otro
de los heridos, que no continuó el juicio). Allí se destacó que ese
objeto se correspondía con el peso específico y la dureza del plomo. Esa
munición sí o sí tuvo que salir de las escopetas. ¿Quiénes eran los que
esa noche estaban con escopeta? Estos tres policías”.
Los oficiales Ledesma y Acosta se negaron a declarar en los alegatos.
El que habló fue el único condenado, Pereira de la Rosa. Germán Darío
de los Santos, el otro de los periodistas baleados, relató a lavaca:
“En su alegato dijo que está orgulloso que hace más de 20 años es
policía y que estuvo en Parque Indoamericano y el 19 y 20 de diciembre
de 2001: en los dos hubo represiones, balas de plomo y muertos. Además
dijo que si van a sospechar de él también tienen que sospechar de todos
los integrantes del SAME cada vez que hay un herido”.
Esta fue la séptima audiencia, de un proceso que duró más de 4 años y
atravesó, de nuevo, los cuerpos de los heridos: “Fue duro estar en un
recinto cerrado cara a cara con las personas que te dispararon con
plomo. Y después de haber sobrepasado ese momento emprender un periplo
larguísimo porque pasar llegar a juicio oral, ni siquiera para que haya
justicia. No nos queda otra que revivir una y otra vez lo que nos
sucedió porque en todo este proceso tuvimos que demostrar que nosotros
estábamos ahí, que la policía disparó y que fue con plomo”.
Esteban recuerda ese día: “Estábamos en la esquina de Paraná y
Corrientes; el pelotón avanza por Corrientes, y unos 30 metros antes de
llegar a la esquina de Paraná empiezan los primeros disparos: en los
videos queda claro que es otro tipo de munición que la que se estaba
utilizando. En ese momento soy herido en la pierna debajo de la rodilla,
en este caso se aloja en el hueso, en la tibia, debajo de la rodilla”
Una de las pruebas contundentes para determinar con qué tiraron se
pudo extraer de la pierna de Mario Fumaroni: “Ahí pudieron destacar que
si bien no era un objeto de plomo, era plúmbeo, que se correspondía por
peso específico, dureza, con un elemento que tiene gran porcentaje de
plomo. Esa munición salió de las escopetas de estos tres policías. La
inquietud que deja esta sentencia no es sólo la absolución de quienes
apretaron el gatillo, sino qué dice la justicia cuando la policía tiene
armas que pueden matar en un contexto de protesta social”.