lunes, 31 de agosto de 2015

Encuentro de Organismos de Derechos Humanos el martes 25 de Agosto de 2015 en IEMA




Rodolfo R. Reinich
Pastor Presidente emérito de la IERP
Co-presidente emérito del MEDH

Señor Secretario general del CMI,  Dr. Olav Fykse Tweit; señora Presidente para América Latina y el Caribe, Rev. Gloria Ulloa,  hermanas, hermanos venidos de cerca y de lejos!
Con la Parábola del Samaritano misericordioso (Lucas 10,25-37 -sugerido como uno de los textos de predicación para el próximo domingo)  -,  Jesús enseña a los suyos que para tener parte en la vida perdurable en el reinado de Dios sólo es necesario ver la realidad y actuar en forma natural y sin ambigüedades, como un prójimo de la ó las personas golpeadas y sufrientes, tratando de ayudarles con todos los medios disponibles para que puedan seguir viviendo.
De esta manera Jesús cambia totalmente el eje señalando que preguntar ¿quién es mi prójimo? , es como buscar una excusa que justifique la pretensión de elegir a quién ayudar y a quién no.
Por eso muchos cristianos, mujeres y hombres, cuando desde los años 1954, 64, 65, 66, 68, los golpes militares soltaron esos “monstruos grandes” en Paraguay, Brasil, Bolivia, Dominicana, Argentina y Uruguay, que “pisaron fuerte” a miles de personas con aberrantes métodos de represión, tortura, muerte, desaparición,  hicieron lo que no podían dejar de hacer como consecuencia de su fe en el Señor de la vida y el valor inalienable de la misma.  
Así, cuando poco después de setiembre de 1973 los pastores Federico Pagura (IEMA) y Dieter Thews (IERP) abrieron las puertas de sus parroquias en Mendoza para recibir, sin acepción de personas, ni qué creencia o ideología tenían las personas que cruzaron la cordillera para salvar sus vidas de la persecución pinochetista. Cuando ya no tenían más lugar en sus comunidades locales decidieron enviar a los refugiados a Buenos Aires. Aquí cuatro Iglesias históricas (IEMA, IERP, Diócesis Anglicana Argentina y DC), hicieron lo que tenían que hacer, crearon CAREF.

Entre los años 73 y marzo de 1976, recibieron, alojaron y ayudaron de distintas maneras en más de una decena de “Hogares de refugio” en toda Argentina y en el Gran Buenos Aires, alrededor de 13.000 personas. Esto fue posible gracias a la ayuda solidaria de muchas personas de nuestras Iglesias y del Pastor Charles Harper, hermano, amigo compañero, quien encarnó entre nosotros el abrazo fuerte de las Iglesias agrupadas en el CMI mediante la contención personal y los recursos económicos para financiar los programas de ayuda. Especialmente importante fue la necesaria e invalorable protección del Alto Comisionado de la ONU.
¡Hoy tenemos la nueva oportunidad de agradecer profundamente ese abrazo fraternal, a pesar de la campaña de descrédito y difamación que desarrollaron en forma encarnizada cristianos representantes del conservadurismo religioso, también de los ámbitos político sociales del extranjero y también de entre nuestras propias comunidades contra el CMI y las Iglesias comprometidas con los DDHH.
La participación institucional de nuestras Iglesias en CAREF y el compromiso de algunos pastores y laicos en esos momentos difíciles fue importante para nuestra institución ecuménica. Pero también para someternos a la discusión teológica, eclesial y pastoral con el objeto de ser consecuentes y tratar de echar luz de absoluta claridad sobre las principales preguntas que nos hacían, tales como ¿Quién es nuestro prójimo? ¿Acaso debemos ayudar como iglesia evangélica a personas que en su gran mayoría no son cristianos y mucho menos miembros de nuestras comunidades? ¿Por qué? ¿Cómo hacerlo? ¿Con qué medios?
El hecho de enfrentar de esta manera la realidad tan difícil y dura nos permitió tomar consciencia de la realidad y del desafío del Evangelio a los cristianos e iglesias en América Latina.  
Hacia fines de 1975, ya se percibía que se estaba gestando en Argentina una represión de dimensiones incalculable, con la creciente cantidad de asesinatos por parte de la AAA (Alianza Anticomunista Argentina).
La respuesta, la dieron en principio personas con fuerte compromiso social, político y religioso que  crearon a principios de 1976 la APDH que por su constitución multipartidaria y multisectorial con la participación y el trabajo de pastores, sacerdotes, obispos, religiosas/os, laicos/as católicos y evangélicos, constituyó un espacio de encuentro, de colaboración y acción con una enorme amplitud y con características especiales que le ha permitido alcanzar un amplio reconocimiento de la opinión pública nacional e internacional.
La ocasión puntual para la creación del MEDH fue el asesinato de José Tedeschi y Francisco Soares, sacerdotes profundamente comprometidos con la vida de los pobres, a comienzos de febrero de 1976. Entre otros estuvieron presentes en ese primer encuentro Adolfo Perez Esquivel, Jorge Pascale, Carlos Gattinoni, José de Luca, Eduardo Pimentel y Guillermo Frugoni Rey.
El 9 de julio en una segunda Asamblea fundacional, los delegados nombrados por las iglesias crearon oficialmente el MEDH como organización eclesial de derechos humanos. Aprobaron un documento fundacional en el que se dice entre otras cosas: ¨SI CRISTO CON NOSOTROS QUIEN CONTRA NOSOTROS
No es posible describir en el marco de este trabajo como correspondería la historia y el trabajo realizado en y a través del MEDH a lo largo de más de 31 años.


Entre muchísimas tareas realizadas durante el tiempo de la dictadura podemos nombrar:

·                   La documentación del terrorismo estatal y la información a nivel nacional e internacional de sus atrocidades;
·                   El trabajo jurídico (presentación de Habeas Corpus, defensa de perseguidos, presos y sus familiares);
·                   Acompañamiento jurídico, social, sicológico y pastoral de los hijos y las hijas de desaparecidos;
·                   Apoyo económico, social y pastoral de familias de desaparecidos y presos;
·                   Estudios sicológicos sobre la consecuencia de la desaparición de los padres en sus hijos pequeños;
·                   Organización y financiamiento de viajes grupales de visita a los presos confinados sistemáticamente en cárceles distantes de sus familias;
·                   Tramitación de la salida del país de prisioneros sobrevivientes de los campos clandestinos.


Programas implementados desde el MEDH después de la dictadura:

·                   Reinserción de sobrevivientes de campos clandestinos, presos y exiliados;
·                   Creación de cooperativas de vivienda y trabajo;
·                   Acompañamiento jurídico de víctimas de la dictadura para solucionar su situación jurídica y lograr la reparación exigible al estado;
·                   Acompañamiento y tramitación para la identificación de restos de sepulturas masivas;
·                   Acompañamiento social-pastoral de familiares de desaparecidos identificados;
·                   Acompañamiento legal y pastoral en la búsqueda de niñas/os desaparecidas/os;
·                   Juicios contra los genocidas llevados adelante en la Argentina y el extranjero;
·                   Educación y capacitación para el compromiso, comprensión y defensa de los ddhh tanto en escuelas, universidades, parroquias y seminarios teológicos;
·                   Programas de documentación, investigación, publicaciones y comunicación de problemáticas relacionadas con la violación y la vigencia de los ddhh ayer y hoy;

Otro campo de trabajo del MEDH en la actualidad que consideramos de enorme importancia  es el de la prevención, la atención y la defensa de mujeres, niñas y niños que sufren situaciones de violencia, maltrato y abuso.
“Hoy trabajamos en más de 30 centros de asesoramiento y defensa de mujeres, jóvenes y niñas/os en parroquias pobres y proyectos barriales evangélicos y católicos. Aquí se realizan talleres para capacitar a las referentes parroquiales y comunitarias a acompañar y asesorar en diversas situaciones de violencia. Con ellas llevamos adelante cursos de nociones básicas en temas legales y de salud a la vez que ofrecemos la ayuda concreta de las profesionales de la oficina central del MEDH cuando se hace necesaria una intervención puntual urgente.”   
Lamentablemente esta tarea inevitable no puede cesar. Siguen existiendo personas que sufren y temen por sus vidas frente a muchas antiguas y nuevas formas, no menos violentas formas de violación de los DDHH
¡Finalizando entrego al señor Secretario general del CMI un ejemplar de la breve historia sobre las acciones ineludibles frente a las violaciones de los DDHH, escrita por el Pastor Dr. Arturo Blatezky, titulado: “Entre el terror genocida y la esperanza de liberación.”

Rodolfo R. Reinich
Pastor Presidente emérito de la IERP
Co-presidente emérito del MEDH