martes, 19 de junio de 2012

Ante las declaraciones realizadas por la Presidenta de la Nación, Dra. Cristina Fernández, en el Council of Americas de Nueva York


Ante las declaraciones realizadas por la Presidenta de la Nación, Dra. Cristina Fernández, en el Council of Americas de Nueva York el día viernes 15 de junio, anunciando la compra del 8,36 % de las acciones de  YPF por el macrocapitalista mejicano Carlos Slim así como inversiones de 1970 millones de dólares por parte del monopolio norteamericano Monsanto en estaciones de experimentación de maíz y soja (transgénicas) en las provincias de Córdoba y Tucumán y el avance de las megamineras Barrick Gold y Yamaha Gold en nuestro territorio, entre otros por medio del emprendimiento de Pascua-Lama, resistido ampliamente por su fuerte impacto sobre la naturaleza, desde el Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos queremos expresar lo siguiente:

Del mismo modo como hemos saludado claramente la justa y necesaria recuperación de YPF como parte de la soberanía de nuestro pueblo y nación, repudiamos enérgicamente las medidas anunciadas por la Presidenta Dra. Cristiana Fernández, ya que afectan profundamente el presente e hipotecan el futuro de nuestro pueblo, nuestra nación y nuestra patria.

Si se quiere devolver YPF a nuestro pueblo, que debe ser su único y auténtico dueño, ya que según la Constitución Nacional todos los bienes del subsuelo de nuestro territorio perteneces exclusivamente a nuestro pueblo y jamás deben ser despojados ni extranjerizados, ya que es parte esencial de su soberanía ¿con qué argumento pueden entregarse a un personaje como Carlos Slim, uno de los mayores símbolos de la rapiña capitalista de nuestro contiennte?

Si en su momento fué justamente Monsanto una de las empresas que mantuvo al país (y al gobierno) en vilo e inestabilidad durante más de un año en su puja por la renta de la soja transgénica ¿con qué argumento puede justificarse que ahora se le entreguen libre- y livianamente aún más de las valiosas tierras de nuestra patria, para que siga contaminándola con sus agrotóxicos a la vez que destruyen la sociedad y cultura campesina con el monocultivo de su capitalismo criminal?

Finalmente preguintamos: ¿Con qué argumento se puede justificar la ampliación genocida de la minería a cielo abierto entregando las tierras más hermosas de nuestra patria, que deben ser patrimonio y garantía de vida futura para todo nuestro pueblo a empresas extranjeras que ya han expoliado y destruído irrecuperablemente amplísimas zonas naturales imprescindibles para la vida de los seres humanos así como para el equilibrio de la naturaleza toda de nuestro país y otras naciones?

No hay argumentos válidos para la contaminación de nuestra naturaleza, la destrucción de la salud de nuestro pueblo y la enajenación de la soberanía popular y nacional, por eso decimos:

- Fuera Monsanto de la Argentina,
- Fuera el imperio capitalista de Carlos Slim de la Argentina;
- Fuera Barrick Gold y Yamaha Gold de la Argentina.