Amigas y amigos de las comunidades de fe que forman nuestro movimiento; compañeras y compañeros de las organizaciones sociales y de derechos humanos con quienes caminamos y luchamos juntos desde nuestra creación en febrero de 1976; hermanas y hermanos de nuestro pueblo, a quién hemos tratado de ser fieles desde entonces y con el cuál conjuntamente nos estamos preparando para celebrar los 200 años del nacimiento de nuestra Nación, por cuya liberación, justicia, soberanía, dignidad y unidad todas y todos nos hemos comprometidos en su momento ante el terrorismo de estado, compromiso que renovamos hoy frente al poder globalizado e impune de un sistema económico-social-militar tan criminal e imperial como en el pasado y frente a sus cómplices y beneficiarios enquistados en medio de nuestro pueblo sometido, hambreado y expoliado:
Como es de público conocimiento, a pesar de los esfuerzos de muchas compañeras y compañeros de algunos de nuestros organismos de DDHH nuevamente no será posible confluir en una marcha y un programa único en este 24 de marzo de 2010, con el que prácticamente iniciamos la celebración del bicentenario del 25 de mayo de 1810.
Nadie lamenta este hecho más que el MEDH, ya que desde nuestra misma creación hemos estado siempre profundamente interesados en ser un espacio facilitador y promotor de la comprensión, la articulación y construcción de un proyecto de resistencia y lucha en común tanto de los organismos de DDHH como también de los otros organismos sociales en los cuáles está presente nuestro pueblo en la defensa de su dignidad y derechos.
Lastimosamente nuevamente se impusieron otros intereses ajenos a la vocación original y auténtica de nuestros organismos, de modo que no será posible celebrar el 24 de marzo como lo que debe ser: Un día de la memoria compartida en unidad por nuestro pueblo a la vez que un acto de sincera y profunda reafirmación de nuestra lucha por memoria, verdad y justicia también para el futuro, con clara independencia y dignidad propia frente al estado y al gobierno de turno y sus siempre renovados intentos de clientelismo, sea este del signo que fuere.
Por todo ello, fieles a nuestra vocación de aportar a la unidad de nuestro pueblo y rechazando firmemente quedar entrampados en las divisiones interesadas que solamente ayudan a los poderes opresores y fragmentadotes, el Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos invita a quienes compartan nuestra visión de este momento y nuestro compromiso con el futuro de nuestra pueblo, a compartir con nosotras y nosotros también este 24 de marzo en un Espacio de Encuentro, Fraternidad, Memoria y Militancia por
Allí esperamos a todas y todos las y los que entienden que la lucha por los Derechos Humanos –si es verdadera y no mera declamación oportunista- debe ser integral, indivisible, con el protagonismo primordial, fundamental, soberano y unido de nuestro pueblo.
Pastor Dr. Arturo Blatezky