jueves, 9 de junio de 2016

RECORDANDO A NUESTRO HERMANO Y AMIGO FEDERICO PAGURA

Querido maestro, hermano y amigo Federico, que estás para siempre en los brazos y el corazón de Dios, así como en nuestros propios corazones y almas, y desde allí nos sigues acompañando y guiando con tu palabra de pastor y profeta. 
 
Te queremos agradecer con inmensa alegría que por gracia de Dios tu enorme testimonio de fe y compromiso junto con los de otros testigos sagrados del Reino de Dios, tus amigos y compañeros en el seguimiento de Jesús Jorge Novak, Juan van de Velde, Jaime de Nevares, Pedro Manoukian, M Alice Domon, José de Luca, Oscar Alajarin, Mansur Azzam, Guillermo Frugoni Rey, Carlos Gattinoni, Eduardo Pimentel, Mauricio Lopez, Emilio Monti, Jorge Pascale, Gabriel Vaccaro, Pocha Camin Mario Leonfanti,  y tantas y tantos otros y otras, nos haya posibilitado vivir ya la Unidad a la cuál Jesús nos convocó  a través de la lucha por la Vida, la Memoria, la Verdad y la Justicia en el Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos. Por eso en este día, en que celebramos tu Vida y tu Pascua,  no puede haber nada mas importante y nada que corresponda más que dar gracias a Dios y poner, como lo hiciste tú con fidelidad inmensa, también nosotras y nosotros un oído en el Evangelio y otro en el corazón de nuestro pueblo.

 
Lo hacemos recibiendo las lecturas que el leccionario fija para el día de ayer, en el cuál entraste a la paz prometida a quiénes como tú, fueron a lo largo de sus vidas constructores de la paz. Son los textos de Isaías 5: 8 y 20 y Lucas 12:15.
 
“¡Pobres de aquellos, que teniendo una casa se apropian de todo el barrio!
¡Pobres de aquellos, que van apropiándose todos los campos de la zona!
¿Así que Ustedes se van a adueñar de todo y no dejarán nada a los pobres?
¡Pobres de aquellos, que llaman bien al mal y mal al bien,
Que cambian las tinieblas en luz y la luz en tinieblas,
Que dan lo amargo por dulce y lo dulce por amargo!
Los que perdonan al culpable por dinero y privan al justo de sus derechos!
El fuego consumirá hasta sus raíces y sus flores serán desparramadas como el polvo, dice Jahwe”
 
“Jesús dijo: Aparten de si toda clase de codicia, porque aunque uno llega a poseer todas las riquezas del mundo, con ello no ganará la Vida en Verdad y Plenitud”.

Gracias te damos  Dios Padre, Madre, Amiga, Hermano, porque Federico oyó y respondió con todo su ser y en todo momento a Tu palabra y al sentir del corazón de nuestros pueblos. Lo cantó él desde lo más profundo de su alma y nos enseñó a cantarlo  a nosotras y nosotros: “Señor, tú que nos llamas a buscar y vivir por tu Reino, ayúdanos una y mil veces a que hoy, entre tantos reinos falsos, busquemos y encontremos el único que permanece!.”
 
Gracias Dios, por la valiente, inquebrantable, contagiosa y esperanzadora lucha de Federico a favor de los más débiles y sometidos de nuestros hermanos. Gracias que en él pudimos sentir cerca también en este tiempo a aquellos y aquellas, que a lo largo de toda la historia han entregado sus vidas por la justicia y el derecho. Con las palabras de Federico te pedimos: “Señor, tú que ya estás viniendo por rumbos conocidos pero también ocultos e ignorados a hacer justicia a pobres, oprimidos y a destruir los antros del pecado, te pedimos que seamos verdaderamente dignos de ser reconocidos hoy como TU Iglesia; conviértenos en testigos y mártires, para que no inclinemos nuestra frente ante tiranos ni por monedas entreguemos a tus hijos!”
 
Gracias, Dios, por la profunda misericordia que siempre experimentamos en la vida de Federico; misericordia nacida y bendecida por la solidaridad del dolor y a la vez la ira sagrada, que nunca le permitió ni la indiferencia ni la pasividad cómoda y fácil.
En sus palabras te pedimos: “Señor, Tu que levantaste al pobre del lodo y rechazaste el halago del dinero, muéstranos hoy nuevamente donde deben estar nuestras lealtades y a quien habremos de seguir primero. Muéstranos las sendas estrechas que debemos transitar sin pausa, y cuál es el camino que debemos andar para seguir tus huellas vivas entre los crucificados de hoy.”
 
Y finalmente, Dios: Gracias por la enorme humildad, simplicidad sagrada de alma y corazón y el rechazo a toda vanidad y veleidades que vimos en el rostro, la voz y la vida entera de Federico. Gracias que nunca busco ni se dejo tentar por la fama y la vanagloria barata y estéril. Gracias por su sonrisa, su amabilidad y su amistad tan fácil como sincera y profunda. Te pedimos nuevamente con sus propias palabras:
“Señor, Tu que entraste en nuestro mundo y nuestra historia para quebrar el silencio y la agonía, que naces también hoy en miles de pesebres oscuros para sembrar amor, vida y levantar almas abatidas; guíanos y danos fuerzas para denunciar maldad e hipocresía, rechazar a los que arden de orgullo, exaltar a los niños y las mujeres, para asumir la cruz de nuestro pueblo y resistir a la degradación, para que una aurora vea también sobre los pueblos de toda Tu y nuestra América la gran victoria sobre la muerte, el miedo, las mentiras, que Vos ya estás viviendo en la Plenitud de Dios, a quién serviste con toda Tu vida!”.

Señor: Renueva nuestra esperanza, renueva nuestra lucha y nuestra porfía, renueva nuestra confianza en el futuro de nuestro país y la creación toda.
Dios de la Historia y la Creación toda: Tómanos de las manos, ponenos de pie y en camino, abri nuestros ojos y corazones para que miremos con confianza el porvenir de tu pueblo. AMEN

7 de junio de 2016-06-06
 
En nombre del Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos:
Obispo emérito, Marcelo Melani -  Copresidente del MEDH
Pastor Arturo Blatezky - Coordinador  

Asociación de Ex-Detenidos Desaparecidos
Margarita Cruz