lunes, 8 de julio de 2013

En Memoria de Joaquín Piña



El Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos expresa su profunda tristeza y dolor por el fallecimiento del Padre Joaquín Piña, quien fuera como Obispo de la Diócesis de Iguazu uno de los miembro ejemplares de nuestro movimiento y uno de los cristianos mas auténticos y valientes de la Argentina, profundamente compenetrado y comprometido con las y los más pobres de su provincia y su diócesis.

Tanto las familias de nuestros pueblos originarios como las familias de peones tareferos y tabacaleros, que siguen viviendo hoy a merced de los grandes productores yerbateros y tabacaleros, señores de la economía, la sociedad y la política misionera como si la esclavitud y el terror de los obrajes se hubiera detenido allí en el tiempo, encontraron en Joaquín Piña no solamente al Buen Pastor a la imagen de Jesús sino mas allá de ello al hermano y compañero de camino humilde y sencillo, pero dispuesto a empeñar su palabra y autoridad y a la vez hacer verdad la sentencia del Maestro „de que no hay mayor amor que dar su vida por sus hermanos“.

Por eso mas allá de nuestra tristeza y dolor el Movimiento Ecumenico por los Derechos Humanos quiere también expresar su profundo agradecimiento a Dios y dar testimonio emocionado de todo lo que nos fue regalado a nosotros como organismo de derechos humanos pero mas allá a todo nuestro pueblo argentino a través de la vida luminosa y ejemplar de nuestro amigo y hermano, el Padre Obispo Joaquín Piña.

Damos testimonio que en su vida verdaderamente se hizo realidad lo que el Apóstol Pablo escribió a la primera comunidad cristiana de Roma: „Que por el amor de Dios ofrezca cada uno su propia persona como sacrificio viviente y santo, porque este es el único culto verdadero. No sigan el camino de los poderosos de este tiempo sino transformense a partir de una profunda renovacion interior. Así sabran distinguir lo que es la voluntad de Dios: lo que es justo, lo que es bueno, lo que es perfecto“(Romanos 12:1-2).

Amigas y amigos, compañeras y compañeros del MEDH: Las y los saludamos con la tristeza por la despedida de un amigo del alma y de un compañero de camino en la instrucción de un mundo nuevo en que reine la justicia y la paz. Pero a la vez con la firmeza y la alegría de poder decir con el Espíritu de la Vida en Plenitud: „ Felices quienes viven y mueren en Dios; ellas y ellos descansan de sus luchas y fatigas, y sus buenas obras las y los acompañan“. (Apocalipsis 14.13)

Pastor Arturo Blatezky
Coordinador del MEDH