lunes, 25 de febrero de 2013

Falleció en Mendoza la Pastora Alieda Verhoeven



Queridos hermanos y hermanas


Hoy es el momento de recordar con amor  a la Primera Pastora de la Iglesia Metodista Argentina (1968), Alieda Verhoeven. Porque ya no estará entre nosotros, como dicen sus hermanas de la Fundación Ecuménica de Cuyo, donde fue fundadora y madre (1973), "esta mañana de 22 de febrero, gana el cielo esta noble y hermosa alma".

La Pastora Alieda había cumplido 75 años y 50 de servicio en la Argentina. Militante del Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo y creadora, en 1971 con otros profesores y especialistas, del ILPH (Instituto para la Liberación y Promoción Humana) en Mendoza  fue  al año siguiente  una de las organizadoras de una gran Red Social de nivel nacional, APE (Acción Popular Ecuménica).

Miles de refugiados chilenos (1973) sin documentos ni protección, tambien la recordaran por  sus  15 años de “Coordinadora General” del Comité Ecuménico de Acción Social trabajando con el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados. Luego en 1976, durante el gobierno de facto, participó en la fundación del  Movimiento Ecuménico de los Derechos Humanos como  secretaria regional, comprometida en el respeto por la vida.

Los derechos humanos son resultado de luchas sociales, es decir, de la acción de personas y grupos de personas que denuncian abusos para erradicarlos y promover la igualdad y el trato digno entre los seres humanos, la Pastora Alieda Verhoeven tenia muy clara la ampliación de los derechos y a los 47 años funda, con una multitud de autoconvocadas de todo el país, el “Encuentro Nacional de Mujeres”, del que será líder durante más de 20 años. Su enfermedad la alejo de los lugares de trabajo pero su docencia, testimonio y ejemplo siguió accionado en cada uno de ellos y lo seguirá haciendo.

La Pastora Alieda a partido y su cuerpo despedido en Godoy Cruz ya descansa en el cementerio de Luján de Cuyo, Mendoza; lugar que Dios puso en el corazón de  ésta Insigne Mujer para desarrollar su obra. Damos gracias a Dios por su vida y le pedimos que nos dé sabiduría para reconocer a sus siervos y siervas, seguir sus pasos y trabajar unidos parar el Reinado del Evangelio.

 “Mujer virtuosa, ¿quién la hallará? Porque su estima sobrepasa largamente a la de las piedras preciosas” (Proverbios 31:10)

Oficina Episcopal