jueves, 9 de febrero de 2012

Carta abierta a nuestros compañeros de los organismos de derechos humanos y el movimiento popular.


En este 24 de marzo denunciemos al Imperialismo que nos amezaza; exijamos  juicio y castigo para el Poder Económico que ayer gestó y se benefició del Genocidio y que todavía sigue siendo el Poder Real para expoliarnos, destruir el medio ambiente e imponer leyes represivas como la llamada Ley Antiterrorista, mientras la corporación judicial sigue entorpeciendo el proceso judicial que debe hacer realidad nuestras comunes banderas históricas de Verdad, Memoria y Justicia.

Los participantes en el Primer Encuentro Sudamericano sobre Terrorismo de Estado y Empresas, realizado en el edificio Cuatro Columnas de la ex Esma, en noviembre pasado, nos mandataron para proponer a todos que en este 24 de marzo,  centremos la crítica y la acusación sobre la responsabilidad del Poder Económico en el Terrorismo de Estado que perpetró un Genocidio. Un Poder Económico que tuvo nombre y apellido: la Ford, la Mercedes Ben, Acindar, Ledesma, etc..   El Poder Económico fue mucho más que la pata civil de la dictadura,  y sigue siendo el centro del Poder Real que está detrás de la aprobación de la mal llamada Ley Antiterrorista por consejo o imposición del GAFI, una herramienta del FMI, claramente un instrumento de ese Poder que ayer nos desaparecía y hoy busca imponer ajustes como en Grecia o Italia y que ocupa nuestras Malvinas con una Base Militar de la OTAN, mientras conspira contra los pueblos americanos y siembra de bases militares y fuerzas especiales todo el continente.

Pensamos que en este 24 de marzo, a cinco años del reinicio o comienzo de los juicios contra los crímenes del Terrorismo de Estado, es necesario poner de relieve la responsabilidad de un sector importante del  Poder Judicial en el atraso de los juicios contra los Terroristas de Estado, la fragmentación de las causas, el maltrato a los sobrevivientes y la falta de investigaciones que no solo den cuenta del destino de nuestros compañeros y del nombre de sus victimarios, sino también –como señalamos más arriba- de quienes fueron los impulsores y beneficiarios de la tragedia que sufrimos. Hace falta un esfuerzo articulado del Poder Ejecutivo y  Legislativo, de todos los ámbitos estatales involucrados en los juicios y de los propios jueces para culminar con éxito la batalla contra la impunidad. 

Confiados en que sabrán comprender y valorar el sentido de esta propuesta, los  saludamos muy atentamente.

Servicio Paz y Justicia SERPAJ
Liga Argentina por los Derechos del Hombre LADH
Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos MEDH
Asamblea Permanente por los Derechos Humanos APDH
Comisión por la Memoria de Campo de Mayo
Movimiento por la Paz y la Solidaridad entre los Pueblos Mopasol
Trabajadores de Ford