lunes, 24 de septiembre de 2007

INFORMEDH Nº1 - “Defensorías de los derechos de las mujeres del medh”


“defensorías de los derechos de las mujeres del medh”

Consideramos que este Programa es de suma importancia para la vida y la misión de nuestras iglesias. Posibilita que las personas afectadas por situaciones de extrema gravedad se “pongan de pie”, participen del diseño y  la puesta en práctica del mismo.
Ha significado y significa para muchas compañeras de los barrios un reencuentro con su propia dignidad, y un ejercicio de  solidaridad –que es literalmente la diferencia entre la vida y la muerte- para con  muchos chicos, chicas  que atraviesan situaciones de extrema violencia y atropello.
Este  proyecto  lleva cinco años  funcionando.
Sus orígenes:
Desde el año 1984 en adelante, el MEDH llevó a cabo un Programa de Defensorías, orientado principalmente a la defensa de los derechos de los chicos y chicas internados por orden judicial en institutos de menores.
Paralelamente implementó un segundo programa destinado a la atención de hombres y mujeres adultos en barrios pobres de la zona sur del Gran Buenos Aires. Financiaba el pago de los  profesionales (trabajadoras sociales-psicólogas-abogadas) para la atención semanal de la población.
 La gente formaba largas filas esperando ser atendida por las profesionales que los orientaban sobre trámites pertinentes a la defensa de los derechos vulnerados. 
 Una vez finalizado, las profesionales dejaron de asistir al barrio,  quedando los pobladores desamparados nuevamente a la espera de que se renovara el servicio, o de que acudiera algún nuevo profesional a impartirles asesoramiento individual en las situaciones que se les presentaban. 
     En el año 2002, decidimos  encarar el Programa de Defensorías de un modo diferente: pensamos que debíamos desarrollar una estrategia que permitiera a la gente de los barrios más pobres  apropiarse de los conocimientos necesarios para hacer valer sus derechos y al mismo tiempo contar con un espacio propio, permanente, donde discutir sus problemas y al que pudieran, acudir en caso de necesitar asesoramiento, apoyo, etc.
Descripción del programa: su modo de funcionamiento
*   Hoy el programa se sustenta con  el trabajo no-profesional y voluntario de las mismas mujeres de los barrios. 
 Ellas se capacitan a través de  talleres, –con el apoyo del MEDH- y luego  se constituyen  “Defensorías” en el ámbito de sus respectivas parroquias (evangélicas o católicas).
*      Desde este espacio de las Defensorías:
§    Asesoran, contienen y atienden consultas de numerosísimas mujeres y jóvenes provenientes de los barrios donde funcionan y de otros barrios aledaños, en temas de violencia contra la mujer, los chicos y chicas, y de violencia institucional-policial.
§    Acompañan trámites en juzgados y comisarías, posibilitando que la mujer afectada cuente con el apoyo necesario,  evitando  su re-victimización.
§    Crean un grupo de sostén permanente para otras mujeres en situación de violencia, facilitándoles información para encausar sus denuncias,  fortaleciéndolas para que puedan llevar a cabo sus reclamos y  logren sostenerlos en el tiempo.
§    Habilitan un espacio donde las  violencias de género, institucionales y social/económicas puedan ser discutidas, problematizadas, y denunciadas. Rompen con el silencio que en las iglesias y comunidades barriales paraliza, culpabiliza a las víctimas y encubre a los victimarios.
§    Crean una dinámica nueva en la interrelación con  figuras de autoridad,  planteando sus opiniones desde un lugar de  igualdad y simetría (por ej. con sacerdotes, pastores, punteros, empleados de juzgados, etc.) Se re-construye la dignidad arrasada por el abandono, el desempleo y la pobreza.
§     Las mujeres a medida que ayudan a otras mujeres  realizan, un camino  de sanación para ellas mismas. Han pasado por situaciones de violencia en el pasado, o aún las transitan. En este espacio desarrollan sus potencialidades junto a otras mujeres creciendo como personas. Despliegan importantes recursos de resiliencia,   superando la adversidad, desarrollando capacidades y recursos.
§    Al autogestionarse, las mujeres de las Defensorías deciden que tareas nuevas desean emprender (cursos, habilidades, aprendizajes, etc), los temas que les interesan profundizar. (sexualidad, salud, adicciones, etc) Para ello solicitan asesoramiento.
§     Desarrollan una actitud crítica hacia las prácticas clientelares en las que  se hayan entrampadas dada la extrema pobreza en la que viven.
§    Actuar desde el ámbito de las iglesias y desde el MEDH, les permite contar con un espacio confiable,  escapar del ámbito de influencia de los  punteros de los barrios y de sus prácticas alienantes.
§    Amplían su capacidad de operar en diversas situaciones e instituciones al integrarse a la red de contactos del MEDH, siendo ellas a la vez  un recurso barrial/eclesial  al cual  otras compañeras   recurren.
Desde la coordinación del Medh:
Concluida la primera etapa de diez talleres,  continúan el proceso de capacitación, de  monitoreo y seguimiento a través de reuniones periódicas  en las defensorías.
*       Ponemos a disposición de cada Defensoría todo el material impreso y la videoteca del MEDH. Elaboramos periódicamente publicaciones a partir  de las prácticas y necesidades de cada defensoría y las socializamos.
*        Se facilita el trabajo en red en cada zona, de modo que cada Defensoría contacte personas y/o instituciones con las que el Medh  ha trabajado, que comparten  la causa de los más pobres (poder judicial, ONG’s, etc.)
*        Se realizan dos encuentros anuales donde se comparten experiencias, se capacitan, reflexionan, etc.