lunes, 6 de octubre de 2014

LA APDH ADVIERTE SOBRE LA GRAVE AMENAZA DE GUERRA ANUNCIADA POR LOS ESTADOS UNIDOS DE NORTEAMÉRICA.



La Asamblea Permanente por  los Derechos Humanos (APDH), Asociación Civil con Status Consultivo de las Naciones Unidas, expresa su profunda   preocupación frente a la grave amenaza de guerra formulada por el presidente de los Estados Unidos de Norteamérica, al anunciar la ejecución de bombardeos sobre territorios de las repúblicas de Irak y Siria, por decisión unilateral e inconsulta de su gobierno, sin acuerdo  de los países afectados, al margen de la Organización de las Naciones Unidas y en flagrante violación a todas las normas del derecho internacional.

La APDH en su permanente lucha en favor de la vigencia integral de los Derechos Humanos y, en este caso particular, en la defensa del Derecho a la Paz y a la Libre Determinación de los Pueblos, denuncia esta peligrosa situación como una Conspiración contra la Paz.

En tal sentido, señala que Estados Unidos y sus aliados intentan justificar esta intervención militar en asuntos internos de otros estados con un equívoco argumento basado en la urgencia de eliminar a grupos armados que sostienen el ilegal propósito de conformar otro estado en jurisdicción de los mencionados países.

El rechazo a esta nueva aventura bélica, no implica desconocer ni subestimar la criminalidad de las acciones terroristas perpetradas por los  grupos irregulares que operan en el Medio Oriente, situación que, en verdad, demandaría la inmediata participación del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, única instancia internacional con competencia para intervenir.

Resulta, en cambio, manifiestamente hipócrita la intervención de los  Estados Unidos y sus aliados, los mismos gobiernos que promovieron el surgimiento de estos grupos armados desde los lejanos días cuando impulsaron y financiaron a los talibanes en Afganistan con el inocultable propósito de usarlos para sus fines de dominación regional.    
                                                    
La APDH denuncia, para caracterizar este cuadro de situación, que esta provocación de Estados Unidos en el Cercano Oriente, configura una incitación a la guerra. En lo referido a la República de Irak, es un país invadido y ocupado militarmente por Estados Unidos en el año 2002, administrado de facto desde entonces por un gobierno subordinado a la potencia invasora y, en cuanto a la República de Siria, se trata de un país independiente que soporta un persistente ataque desplegado por grupos irregulares y mercenarios infiltrados desde el exterior, con notorio apoyo militar y financiero de Estados Unidos y sus socios de la OTAN,  con el explícito propósito de derrocar a su gobierno. En esta intervención militar de Estados Unidos además de bombardear las zonas controladas por los grupos sediciosos, anuncia con total desprejuicio que en Siria simultáneamente entrenará y capacitará a grupos rebeldes al gobierno establecido.

    Una similar amenaza se plantea en la conflictiva frontera de Ucrania y Rusia, donde los mismos protagonistas promovieron un Golpe de Estado para derribar al gobierno constitucional de Ucrania,  e imponer por la fuerza un régimen de facto vinculado económica y comercialmente a la Unión Europea con la intención de  incorporarlo  militarmente a la OTAN (pacto militar ofensivo resabio de la última posguerra mundial), para convertirlo en una pieza más en el tablero de operaciones de una renacida “guerra fría”. Este operativo ya ha generado una cruenta guerra civil y ha provocado una profunda desestabilización política en la región.

Estas peligrosas agresiones y amenazas de guerra, no constituyen una novedad, habida cuenta de que el gobierno de Estados Unidos y la OTAN en las últimas décadas participaron en varias guerras colonialistas, como las de Afganistan, irak, Serbia, Libia, etc. con el denominador común de haber perpetrado criminales devastaciones de indefensas poblaciones civiles con impunes bombardeos indiscriminados (sin olvidar la trágica historia de las guerras y golpes de estado sufridos por los pueblos de  América Latina y el Caribe a través de dos siglos).

Los atropellos de las últimas agresiones, en algunos casos fueron  perpetrados bajo el paraguas de las Naciones Unidos, aunque tergiversando el sentido y los alcances de esas polémicas intervenciones, como ocurrió en el devastador bombardeo a Libia y, en otros casos, desconociendo absolutamente la incumbencia.de la organización mundial.

Actualmente, frente a las situaciones creadas en el Medio Oriente, resulta inexplicable que no se haya reclamado la intervención del Consejo de Seguridad, dado que existe unanimidad universal en el repudio al accionar terrorista de los grupos sediciosos, y, por lo tanto, no existe posibilidad alguna de que pudiera haberse interpuesto un veto para impedir la debida  intervención de las Naciones Unidas. Esa omisión no es casual, pone de manifiesto la clara intencionalidad de Estados Unidos y sus socios, evidentemente su única motivación es incrementar su dominación geopolítica en la región y monopolizar la explotación de sus riquezas naturales.

 En el momento actual, exacerbando la prepotencia habitual han dejado de lado toda consideración de carácter legal o ético, para actuar explícitamente de manera ilegal y provocativa, anunciando con total desaprensión que están instrumentando una fuerza militar conjunta conformada por diez países, que actuarán bajo una conducción centralizada en las guerras ya iniciadas más las que están preanunciando.

Esta peligrosa situación plantea la necesidad de determinar si ese propósito además de violar la carta fundacional de las Naciones Unidas, constituye  una asociación ilícita en el plano internacional, que incurre en la figura de conspiración contra la paz y viola los pactos y convenciones internacionales que garantizan los Derechos Civiles y Políticos, los Derechos Económicos Sociales y Culturales y el Derecho a la Paz y a la Libre Determinación de los Pueblos.

Por lo expuesto la Mesa Directiva de la APDH resuelve,

1.      Hacer pública su declaración condenatoria de estas acciones bélicas ilegales anunciadas por el gobierno de los Estados Unidos y sus socios de la OTAN, que ya han tenido principio de ejecución y constituyen delitos de lesa humanidad.

2.      Promover la organización de un Tribunal Ético Internacional con la participación de las organizaciones sociales que luchan por la Paz y los Derechos Humanos para juzgar la anunciada Conspiración contra la Paz y la ejecución de Agresiones Bélicas  por parte de los gobiernos de Estados Unidos, la Unión Europea y la OTAN.

Buenos Aires, septiembre de 2014. 

MESA DIRECTIVA