MAS DE CIEN MIL CHILENOS MARCHARON AYER EN SANTIAGO PARA
RECLAMAR EL FIN DEL LUCRO EN LA
EDUCACION
Mientras Piñera hablaba en la Asamblea de la ONU en Nueva York, en Santiago
se hizo oír el reclamo por una enseñanza gratuita. Después de cuatro meses de
protesta, el gobierno sigue sin cambiar de postura.
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Por Christian Palma
Desde Santiago
Era el día clave. Ayer, una nueva marcha
convocada por la
Confederación de Estudiantes de Chile (Confech) reunió –según
cálculos conservadores– a más de cien mil personas en Santiago y otros tantos
miles en las principales ciudades del país. La masiva concurrencia echó por
tierra todos los pronósticos, sobre todo del oficialismo, que hablaban que la
causa estudiantil estaba desgastada después de cuatro meses de paros y tomas y
por el efecto de la tragedia aérea que costó la vida a 21 personas en el
archipiélago de Juan Fernández.
A las 10 de la mañana, en la entrada de la Universidad de
Santiago (Usach), se fue juntando la gente que de a poco, tal como en el inicio
de las reivindicaciones de los secundarios y universitarios, fue marchando
pasito a pasito, hasta el Parque Almagro, lugar donde han confluido las últimas
manifestaciones. Eran cuadras y cuadras de alumnos, familias y anónimos que
otra vez dijeron presente a la hora de apoyar a los jóvenes que piden
básicamente educación gratis, calidad y el fin del lucro en el sistema.
A esa hora, en Nueva York, el presidente
Sebastián Piñera hablaba en la
Asamblea de la
ONU. En el importante escenario, aseguró que su gobierno
“está a favor de una causa noble, grande, hermosa como es dar educación de
calidad para todos los jóvenes”, mientras en Santiago, el vocero de Gobierno,
Andrés Chadwick, sentenciaba que “una marcha más, una marcha menos, una marcha
más grande, una marcha más pequeña” no va a cambiar la postura del gobierno.
Postura que ha negado las peticiones de los estudiantes para entablar el
diálogo y que dicen, con hacer pública las conversaciones entre las partes,
frenar algunos proyectos educativos enviados al Congreso y extender las fechas
para cerrar el semestre.
Sin embargo, el sol radiante, los cientos de
banderas multicolores y el ímpetu de los miles de estudiantes, en conjunto con
la ciudadanía, expresada en diversas organizaciones sociales, dejó claro que
las encuestas que respaldan a los estudiantes son reales. “Menos plata pa’ los
tanques, más plata pa’ los estudiantes”, “No hay beneficio sin sacrificio”,
“Nuestros hijos no pasarán de curso, pero pasarán a la historia”, decían
algunos de los carteles desplegados en la marcha. Y si bien la marea humana
mantuvo la tónica carnavalesca, se notaba que los chicos no estaban ahí por
diversión.
“A no bajar los brazos. A demostrar la fuerza de
nuestras demandas”, decía la presidenta de la Federación de
Estudiantes de la
Universidad de Chile (FECH), Camila Vallejo, vía Twitter.
Discurso que repitió al finalizar la marcha. Su par de la Universidad Católica,
Giorgio Jackson, aseguraba que los asistentes superaron las cien mil personas.
“Todavía no cumplimos el objetivo que nos hemos propuesto. El gobierno ha dado
propuestas totalmente insuficientes que no van en la dirección de lo que
nosotros hemos planteado, y el movimiento siempre ha seguido independiente de
las instancias de diálogo o no con el gobierno”, insistió Vallejo.
El ambiente festivo se impuso, donde mofas a los
políticos y mujeres vestidas de novias con carteles en busca de maridos
millonarios daban el toque alegre a la actividad.
Al final, el movimiento estudiantil pasó su
prueba de fuego y validó las mediciones, por ejemplo la de Radio Cooperativa,
Imaginación y la
Universidad Técnica Federico Santa María, donde el apoyo a
los estudiantes aumentó 30 puntos porcentuales de junio a septiembre, quedando
en un 63,3 por ciento.
En un costado del escenario, instalado para los
discursos, el presidente del Colegio de Profesores, Jaime Gajardo, destacó que
“la gente está respaldando masivamente este movimiento, entonces yo no sé cómo
el gobierno mantiene todavía sus posiciones”. En tanto, uno de los voceros de la Coordinadora Nacional
de Estudiantes Secundarios (Cones), Rodrigo Rivera, afirmó que “el movimiento
sigue unido y el gobierno no tiene palabras para seguir criminalizando ni
tratando de desvirtuar esta movilización”.
Finalmente, Daniela, que marchó junto a sus
compañeros y compañeras de Informática, aseguraba que “me da lo mismo perder el
año, porque no estoy ni ahí con estar pagando diez años un crédito”. Felipe,
quien está a su lado, agrega: “Lo que a mí me preocupa es el tema de las becas,
si me la quitan, no puedo seguir estudiando”, aunque asegura que hay que
mantenerse “firme nomás, no transar nada”. Para finalizar el acto, el
presidente de la federación de la
Usach, Camilo Ballesteros, afirmó que “claramente hoy día le
hemos tapado la boca al gobierno, a un gobierno que dijo que estábamos
desgastados. Nosotros le decimos que tenemos este parque lleno de convicción y
alegría”, atmósfera que se reflejaba sin lugar a dudas.
Pasadas las dos de la tarde, diversos jóvenes con
el rostro tapado comenzaron a provocar desórdenes y desmanes en las
inmediaciones del acto cultural, lo que obligó a carabineros a actuar con gases
y carros hidrantes. A la noche la intendencia informó de 50 detenidos y 20
carabineros heridos. La violencia que había estado ausente de las últimas
marchas, volvió con fuerza, pero no alcanzó a empañar un día donde los
estudiantes volvieron a agruparse para exigir mejoras al sistema educacional y
demostraron que el desalojo de algunos colegios por la fuerza policial, y la
amenaza de que 70 mil jóvenes quedaron repitiendo el grado, es menos importante
que el futuro de toda una generación que ya entró en la historia del país.
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