Cristian Labbé, alcalde de Providencia, justificó mandar a reprimir
Desmintiendo los dichos de Labbé, el
ministro Felipe Bulnes dijo que “jamás” fue informado del cierre de los cinco
colegios. Los estudiantes marcharon en protesta por la medida y exigieron las
disculpas del coronel retirado.
www.pagina12.com.ar
Por
Christian Palma
Desde
Santiago
Tiene
una cara impenetrable. Se mueve como dueño de feudo. Su palabra es la verdad y
de ahí no lo saca nadie, al menos en el feudo que significa ser alcalde de
Providencia, comuna de Santiago mayoritariamente de derecha, donde todavía
residen muchos viejos rancios de abultadas billeteras, autos último modelo y
que hasta no hace mucho exhibían con orgullo la imagen de Augusto Pinochet en sus
departamentos a todo lujo. Se trata del coronel retirado del ejército Cristian
Labbé, íntimo del difunto dictador chileno y que en los últimos días reflotó
todo el autoritarismo de esa oscura época al decretar el cierre de los cinco
colegios tomados por los secundarios en ese sector. El respaldo que le da la
alta votación que recibió de la ciudadanía para sentarse en el sillón edilicio
de Providencia le otorga a Labbé un poder que ni el gobierno central ha
cuestionado de manera enérgica, por más que desde el Colegio de Profesores y
otros alcaldes criticaron su accionar.
La
medida fue calificada transversalmente como discriminatoria, pues también
impedirá que alumnos de zonas periféricas puedan estudiar en la acomodada
comuna en 2012. El tema no pasó inadvertido en la opinión pública –que ha salido a las calles a
reclamar contra Labbé–, más cuando en
la noche del domingo, en un programa de TV, el alcalde refrendó sus dichos y
aseguró que el propio ministro de Educación, Felipe Bulnes, estaba en
conocimiento de sus planes, situación que fue desmentida desde el Ejecutivo.
Lo
cierto es que el arrebato del alcalde quita peldaños al puente que se ha ido
construyendo entre los estudiantes y el gobierno en los últimos días para
entablar una mesa de diálogo que destrabe el conflicto educacional que ya lleva
más de cuatro meses y que hoy vivirá un día crucial, pues los representantes de
las 25 universidades tradicionales podrían votar seguir movilizados, pero
asistiendo a clases. Esto para no perder beneficios como becas y créditos.
Pero
la calma está lejos de llegar. Ayer, pasadas las 9.30 de la mañana, una pequeña
marcha que convocó a varios centenares de alumnos de los liceos municipales de
Providencia, padres y profesores, partió desde Plaza Italia, el límite comunal,
hasta la propia municipalidad para intentar hablar con Labbé. Al rato se
sumaron las escuelas emblemáticas como el Liceo 1, el Liceo de Aplicación, el
INBA y el Instituto Nacional. Ahí los esperaba un fuerte piquete policial que
custodiaba el recinto.
En
un gran cartel se podía leer: “Paco, entiende, no somos delincuentes, el que
roba es el presidente”, mientras algunos disfrazados coloreaban el ambiente.
Sin embargo, a eso de las 11.45 y sin mediar provocación, la policía despejó el
tránsito con carros lanza-aguas, lo que derivó en forcejeos y varios detenidos.
Matías
Leal, presidente del Centro de Alumnos del Liceo Lastarria, indicó que “sólo
queremos enrostrarle al alcalde que miente, que acá sí se tiraron bombas
lacrimógenas, acá no hubo enfrentamientos y la ciudadanía debe ser consciente
de que estamos actuando bajo total paz”. Por su parte, Danae Díaz, vocera del
Liceo Carmela Carvajal, pidió disculpas públicas: “Sería lo mínimo, dadas las
condiciones en que nos trató el alcalde”. En ese sentido, la dirigente dijo que
no descartan restarse de la mesa de diálogo con el gobierno si el ex militar no
revierte su decisión. “Estamos evaluando la posibilidad de colocar como
condición revocar la medida de Labbé para conversar con el ministro. No
descartamos, no adherirnos si no nos normalizan la situación”, dijo a medios
locales.
En
ese sentido, el presidente del Colegio de Profesores, Jaime Gajardo, sostuvo
que el gobierno debe hacer recapacitar al alcalde Labbé, ya que su decisión
está poniendo en grave riesgo la mesa de diálogo.
En
tanto, el ministro Bulnes reiteró que “jamás” fue informado del cierre de los
establecimientos y excluir a alumnos que no son de la comuna. “Espero que
precise cuándo tuvo lugar esa reunión personal que él postula, en qué contexto
supuestamente habríamos tenido este diálogo y que dé todos los detalles que
permitan dilucidar el contexto de esta supuesta reunión que no existió. Una vez
que (Labbé) explicite exactamente qué está pensando vamos a juzgar la legalidad
de su determinación, y si hay reparos con respecto a la procedencia de las
mismas, así lo vamos a hacer saber”, sentenció el ministro.
Adicionalmente,
los concejales de oposición de Providencia anunciaron que interpondrán un
recurso de protección para revertir las medidas y consideraron un error que el
jefe comunal haya estimado que un problema de carácter nacional podría
resolverse en el ámbito local. “Tales declaraciones, lejos de contribuir a
generar un ambiente favorable para resolver el conflicto, lo ha exacerbado,
generando una reacción masiva de franco repudio y que afecta a los intereses de
la comuna en su conjunto”, señalaron a través de un comunicado.
Además
consideraron “insólito” que el gobierno se abstraiga de la discusión producida
en este caso, puesto que debe ser el garante de la educación pública. Por su
parte, el presidente de la
Federación de Estudiantes de la Universidad de
Concepción, Guillermo Petersen, desmintió que hayan decidido normalizar las
clases, lo que recién se sabrá hoy en un escenario muy distinto al de la semana
pasada.
Al
final de la tarde, el coronel de Carabineros de la Prefectura Santiago
Oriente, Fernando Vera, señaló que la marcha terminó con dieciséis detenidos,
entre adultos y menores de edad. Precisó que el uso de tanques hidrantes
responde a la alteración del orden público, cuando los estudiantes
interrumpieron el tránsito vehicular y arrojaron objetos contundentes contra el
edificio consistorial y personal de servicio. A esa hora también, un video del
presidente Piñera hablando en Harvard acerca de que en Chile “nunca se ha
suprimido el derecho a manifestarse” se repetía una y otra vez en las redes
sociales.