El PRONAPO (Proyecto Nacional y Popular) nació por
iniciativa del “Llamamiento de los cien para seguir viviendo, entre los años
2004 y 2005, con el propósito de construir “una alternativa para las actuales
estructuras de poder”, y ante la aparición de un nuevo tipo de democracias
latinoamericanas, que se orientan hacia un cambio fundamental del sistema
imperante.
Sin
estridencias, pero con la mayor seriedad y honestidad, y sin interrupciones, a
pesar de los cambios y sorpresas del camino, nuestra agrupación, integrada por
personas de muy diversos orígenes políticos, económicos, gremiales o
religiosos, se ha abocado a la tarea de reflexionar acerca de la realidad imperante
en nuestro país, a la luz de la firme esperanza, que a partir del Foro Social
de Porto Alegre, desafía a toda la familia humana, a soñar, trabajar y luchar
por ese “otro mundo posible”, que la vuelve cada día más urgente e
irrenunciable.
Inspirados
por ese imperativo y esa tarea, no hemos dejado de interesarnos en todos los
todos los acontecimiento que alarman o alientan a nuestra humanidad, en una
amplia profunda crisis civilizatoria que atravesamos.
Por
ese motivo hemos permanecido atentos tanto frente a las conmociones mundiales
que nos sacuden, como al proceso socio-político que vive nuestro propio país. Y
eso nos ha llevado a dedicar largas sesiones entre nosotros, como a escuchar a
dirigentes políticos, gremiales o religiosos que viven en nuestro medio o
visitan brevemente nuestra ciudad. A todos ellos debemos agradecer
profundamente el aporte que han hecho pensamiento y a nuestras decisiones, en
un clima de honestidad intelectual y respetuoso espíritu.
En
todo nuestro trabajo hemos mantenido siempre presentes las palabras que José
Carlos Mariategui pronunciara el 1 de mayo de 1924, y que aparecen en el Acta
Fundacional del PRONAPO
“…
formar un frente único es tener una actitud solidaria ante un problema
concreto, ante una necesidad urgente. No es renunciar a la doctrina que cada
uno sirve, ni a la posición que cada uno ocupa en la vanguardia. La variedad de
tendencias y la diversidad de matices
ideológicos es inevitable en la inmensa legión que se llama proletario. La
existencia de tendencias y grupos definidos y precisos no es un mal, es por el
contrario la señal del proceso revolucionario. Lo que importa es que en esos
grupos y esas tendencias sepan entenderse ante la realidad concreta de cada
día. Que no se esterilicen bizantinamente en ex-confesiones y ex-comuniones recíprocas. Que no nos alejen a las masas de la
revolución con las querellas domágticas de sus predicadores. Que no empleen sus
armas ni dilapiden su tiempo en herirse unos a otros, sino en combatir el orden
social, sus instituciones, sus injusticias y sus crímenes”.
Necesitamos polític@s decidid@s a seguir aportando a la
construcción de la
Unidad Latinoamericana y Caribeña frente a las divisiones
cultivadas, desde el proceso de independencia, por los imperios para
mantenernos dependientes. Elijamos gobernantes dispuestos a prácticas de mutuo
apoyo como lo hicieron ante el intento de golpe contra Correa, con voluntad de
promover medidas económico-financieras como el Banco del Sur y propuestas de
medicina y producción farmacéutica centrada en la salud de nuestros pueblos y
compartir estrategias educativas-comunicativas latinoamericanas-caribeñas
populares … Así tendremos peso internacional y podremos defendernos de la
crisis estructural-global del capitalismo, sobre todo de la que está en curso.
La protesta social del 2001-2 contra la ineficacia
fraudulenta y la escandalosa desigualdad económico-social del neoliberalismo de cuya actividad
acusaba a la democracia representativa presionaba para que se fueran todos los
que se beneficiaban con ella. Exigía una democracia participativa que
respondiera al derecho ciudadano a expresar sus propuestas y a controlar
gestiones en la sociedad civil y en el gobierno. Para hacerlo posible
funcionaban muchas asambleas que buscaban democratizar el funcionamiento de los
poderes del estado y de las prácticas sociales, (economía-finanzas,
comunicación, educación, alimentación, salud, la tierra y las viviendas…). Algo
hemos logrado pero aún falta mucho. Con miras a progresar con una más profunda
participación en la construcción de otra sociedad más justa, igualitaria para
la vida plena de tod@s sus integrantes elijamos gobernantes decididos y capaces
de:
- pensar en asistir a la población, según sus diferencias
etarias, cuidando especialmente a l@s niñ@s, adolescentes y ancian@s y según
sus diferencias étnicas, en concreto a los pueblos originarios. Importan
jubilaciones del 82% móvil, una política más activa contra la desnutrición, el
clima flotante de violencia y a favor de los sujetos que portan
discapacidades y de los migrantes;
- generar espacios-canales de participación ciudadana que,
con la colaboración interdisciplinaria de profesionales, fomenten servicios
sociales de promoción económico socio-cultural,
a una educación popular, una salud comunitaria con estrategias preventivas
- funcionar con sentido federal-popular dando el papel
decisivo, que le corresponde constitucionalmente, al parlamento para fijar
legalmente la políticas de estado, estableciendo otra coparticipación y sin
presionar con manejos de caja
- posibilitar que cada provincia y municipio, previa
reforma de la política fiscal en sentido equitativo, pueda planificar y
ejecutar, con autonomía, políticas públicas con presupuesto participativo para
afrontar el problema de la pobreza y sus manifestaciones como las migraciones
internas o de los países fronterizos, la desnutrición o carencias alimentarias
infantil, en pueblos originarios, barrios marginados y la falta de viviendas dignas
- disminuir el poder de las transnacionales que
concentran en sus manos nuestra economía-finanzas con sus dispositivos de privatizar la oferta y
la demanda haciendo que el mercado organice y dirija a la sociedad
- mover
al congreso para que analice la deuda y evalúe su legitimidad dado su
crecimiento rápido y fraudulento durante el terrorismo de estado para que cada
año no se lleve miles de millones del PBI.
Privilegiar el pago de la deuda interna (excluidos,
marginados, jubil@dos paupérrimos, millones sin vivienda.
- tanto los más humildes como los jóvenes integrantes de la
clase media, y todos postergados) sobre el vergonzoso pago, en algunos casos ignominiosamente
anticipados, de la ilegítima deuda externa.
- establecer sobre los recursos estratégicos,
(energías, minería, aguas, transportes, etc.), una política de sentido nacional
popular disidente con la propuesta neoliberal-neo-desarrollista en ejecución.
Asimismo establecer, en consonancia, un sistema fiscal que tenga en cuenta los
recursos de las personas (físicas o jurídicas), y sus ganancias, eliminando las
odiosas excepciones del sistema actual, que castiga a los trabajadores por
superar sumas que no son significativas en su sueldo mensual, mientras a
empresas que ganan cientos de millones de dólares poe año (por ej... las
mineras) no tienen tributación alguna.
- sustentar
una economía social solidaria que genere trabajo honesto, lleve adelante el
“tren para todos” para disminuir los accidentes ruteros e interconectar mejor
al país. Privilegiar, estudiar u concretar un sistema de transporte nuevo
basado en la refundación de los ferrocarriles, como medio eficaz y económico de
transporte para nuestras riquezas y nuestro pueblo.
- cuidar el medio ambiente contra los
desmontes, los gases que hacen al efecto invernadero, la contaminación de
las aguas, los agrotóxicos y los riesgos de radiaciones atómicas
- proponer una política agrícola ganadera que
preserve los montes, evite la concentración de los pools de siembra y el
promovido-privilegiado cultivo de la soja, protegiendo los intereses de las
pequeñas explotaciones familiares.
- frenar e ir desmontando el narcotráfico, que, con la
vista gorda o complicidad política, estatal, empresarial, logró que el país de
paso se volviera país de
consumo y fabricación de sustancias adictivas. Aumentó sus ganancias, maniobra
en el mercado interno a la vez que controla e incapacita a much@s integrantes
del pueblo.
En estos tiempos de reclamos por la “inseguridad”
consideremos, hasta qué niveles y con que amplitud, el terrorismo de estado y
el neoliberalismo dejaron en la intemperie a las mayorías afectadas
–disciplinadas con desempleos, contratos temporarios, trabajos informales, en
negro o en condiciones indignas. A más de empeorar las dimensiones de pobreza,
marginación y fragmentación social nos legaron el narcotráfico, fuerzas de
seguridad complicadas con el crimen organizado y una justicia lenta y en parte
corrupta. Para nuestro bien se impone que elijamos gobernantes, con
trayectorias transparentes, resueltos a combatir el crimen organizado, la
corrupción estatal-gubernamental-empresarial con sus múltiples cohechos.
Votémosl@s exigiéndoles que
frenen las fugas de capitales al extranjero, el desvío de fondos, implementen
un buen ejercicio del poder de policía y medidas contra la impunidad de l@s
poderos@s. En tal sentido se impone dinamizar sin demoras los procesos contra
crímenes de lesa humanidad de los represores y de su dirigencia política
económica. También es necesario revisar la sentencia absolutoria del ex
presidente Menen por la explosión
de Río Tercero, como crimen de lesa humanidad, y por la venta de
armas.
Así como controlar seriamente el ejercicio de las funciones
públicas par evitar la corrupción administrativa y los negociados a través de
organismos independientes del poder de turno y de la promoción de una justicia
no adicta al gobierno de turno.
En acuerdo a
nuestra costumbre de observar y escuchar a diferentes expresiones políticas,
sin banderías partidarias, les ofrecemos el resultado de nuestras reflexiones
críticas como un aporte para pensar el voto sin querer orientarlo. Nos interesa
que elijamos con realismo y audacia a quienes percibamos en condiciones de relacionar
las mejores fuerzas populares, prescindiendo de sectarismos, y dialogar
para una construcción común
a favor de los intereses del Pueblo, de nuestra Patria y de la Nación Latinoamericana
y del Caribe. Nuestra elección y la conducta siguiente a la misma deben aportar
ideas e instrumentaciones para acuerdos programáticos, para un control de
gestión administrativa-ejecutiva, parlamentaria y judicial de manera que sea
realidad la ansiada democracia como gobierno del pueblo para el pueblo.
-
para cerrar estas reflexiones y puntualizaciones que surgen de varias sesiones
de estudio e intercambio de puntos de vista, en búsqueda de un consenso para
compartir con nuestros ciudadanos, tantos los votantes en general como los
candidatos a ocupar cargos de responsabilidad, en el nuevo período que nos
aprestamos a iniciar, subrayamos dos apelaciones que deberíamos mantener vivas
conforme a un documento de la CTA,
regional Rosario que sostiene: “Los pibes y los viejos son los sectores sociales
más vulnerables por naturaleza propia, motivo por le cual el Estado, es decir,
todos nosotros nos hemos comprometidos a: que l@s niñ@s puedan crecer y desarrollarse, y a l@s
adult@s mayores “vivan” y no “sufran” los últimos años de su vida. En un enorme
sector de ambos grupos, en la Republica
Argentina esto no sucede, no está garantizado en absoluto.
La
segunda, que pertenece a nuestra Acta Fundacional cuando sostiene:
“Si
realmente creemos que un mundo nuevo es posible, actuaremos con la convicción
de que el camino hacia una nueva sociedad es el resultado de una acción
política consciente, colectiva, permanente, persistente y militante”. Estas
convicciones están por arriba de nuestras lealtades partidarias, son las que
pueden dar a nuestro voto próximo voto un carácter ético, patriótico y
transformador.
Por el PRONAPO
OBISPO FEDERICO
J. PAGURA
Presidente
Prof. OSCAR
LUPORI
Vicepresidente
Dr. JOSÉ TOLOY
Secretario