Reproducimos:
Un año sin José: no olvidamos ni
perdonamos.
La Lucha continúa hasta que ¡PAREN DE
FUMIGARNOS!
El
día de hoy hace un año fallecía en el Hospital de Pediatría Dr. Juan Pedro
Garrahan en la Ciudad de Buenos Aires, el niño oriundo de Lavalle, José Carlos
Rivero.
Rivero murió envenenado con un agrotóxico organofosforado.
Ésta
sustancia fue detectada en el niño en un análisis de orina que le hicieron en
el hospital de Goya y es compatible con el tipo de agrotóxicos que se usan en
las tomateras. Además pericias posteriores encontraron el compuesto en las
hojas de las plantas de tomate del establecimiento hortícola y en el cuerpo de
los chachos muertos propiedad de la familia Rivero.
Los
plaguicidas organofosforados constituyen un amplísimo grupo de compuestos de
síntesis, en general altamente tóxicos, con un precedente en los gases de
guerra, a menudo conocidos bajo el apelativo de ‘gases nerviosos’, entre los
que se encuentran el sarin, tabun y soman, y que se desarrollaron de manera
especial a partir de la Segunda Guerra Mundial.
José
Carlos Rivero, tenía 4 años de edad y quería vivir. Así lo recuerda Maria
Eugenia, su madre quien pidió que esa frase sea el motivo de recordatorio y
lucha contra las fumigaciones, ya que José peleó hasta el final por su vida
mientras duró su internación en el Hospital Garrahan.
Con
respecto a las responsabilidades penales se ha avanzado en la causa gracias a
las abundantes pruebas que vinculan la muerte con las fumigaciones, pero por
sobretodo por el idóneo trabajo del Dr. Julian Segovia, quien desde la
Fundación Infancia Robada (que preside la Hermana Marta Pelloni) realiza el
patrocinio legal a las familias de los niños asesinados.
Tal
es así que Oscar Antonio Candussi, presidente de la Asociación Hortícola de
Lavalle y dueño de la Tomatera lindante con la casa donde vivían los Rivero, se
encuentra imputado.
Se
suma de ésta manera al procesamiento por “homicidio culposo agravado y lesiones
graves” del Ing Prieto, presunto asesino de Nicolás Arevalo.
Pese
a la similitud de los casos donde dos niños de la misma edad mueren por la
contaminación con agrotóxicos en fechas cercanas y con un año de diferencia,
desde Guardianes del Iberá denunciamos que no se tomó ninguna medida para
evitar nuevos decesos y atender la salud de la población afectada.
“Las
fumigaciones no pararon y si éste año no murió otro chico es por el perjuicio
que generaron a las tomateras las fuertes tormentas, solo por eso aflojaron un
poco con los venenos", declaró el compañero David, papá de José Carlos.
Pero
las fumigaciones no fueron la única constante; las amenazas, amedrentamientos,
la difamación y los aprietes a los familiares de las víctimas nunca cesaron y
aparecen con cualquier novedad que demuestre que no aflojan en la lucha contra
las fumigaciones y por el pedido de justicia.
“Igual
no vamos a bajar los brazos, ya perdimos un hijo, se tienen que hacer justicia,
no vamos a olvidar” , reafirmó David.
Por
otra parte informamos que el día de hoy se suspendieron las actividades que se
tenían previstas, por el temporal que hay en la región pero que se mantiene el
19 de Agosto (Aniversario del Nacimiento de Nicolás Arevalo) como jornada de
lucha contra las fumigaciones y por justicia para los niños.
Además
las familias participarán de la movilización de apertura del Encuentro
Socio-Ambiental Nacional de la Unión de Asambleas Ciudadanas (UACs) que tendrá
lugar en Corrientes Capital el 21 de Junio y del que se informarán detalles
oportunamente. Allí recibirán el abrazo y apoyo solidario de compañeros en
lucha de todo el país.
¡LAS
FUMIGACIONES ENFERMAN Y MATAN!