Querido maestro, hermano y
amigo
Federico, que
estás para
siempre en los
brazos y el
corazón de
Dios, así como
en nuestros
propios
corazones y
almas, y desde
allí nos
sigues
acompañando y
guiando con tu
palabra de
pastor y
profeta.
Te queremos agradecer con
inmensa
alegría que
por gracia de
Dios tu enorme
testimonio de
fe y
compromiso
junto con los
de
otros testigos
sagrados del
Reino de Dios,
tus amigos y
compañeros en
el
seguimiento de
Jesús Jorge
Novak, Juan
van de Velde,
Jaime de
Nevares, Pedro
Manoukian, M Alice
Domon, José de
Luca, Oscar
Alajarin,
Mansur Azzam,
Guillermo
Frugoni Rey,
Carlos
Gattinoni,
Eduardo
Pimentel,
Mauricio
Lopez, Emilio
Monti, Jorge
Pascale,
Gabriel
Vaccaro, Pocha
Camin
Mario
Leonfanti, y tantas y
tantos otros y
otras, nos
haya
posibilitado
vivir ya la
Unidad a la
cuál Jesús
nos convocó a través de la lucha por la
Vida, la
Memoria, la
Verdad y la
Justicia en el
Movimiento
Ecuménico por
los
Derechos
Humanos. Por
eso en este
día, en que
celebramos tu
Vida y tu
Pascua,
no
puede haber
nada mas
importante y
nada que
corresponda
más que dar
gracias a Dios
y poner, como
lo
hiciste tú con
fidelidad
inmensa,
también
nosotras y
nosotros un
oído en el
Evangelio y
otro en el
corazón de
nuestro
pueblo.
Lo hacemos recibiendo las
lecturas que
el
leccionario
fija para el
día de ayer,
en el cuál
entraste a la
paz prometida
a
quiénes como
tú, fueron a
lo largo de
sus vidas
constructores
de la paz. Son
los textos de
Isaías 5: 8 y
20 y Lucas
12:15.
“¡Pobres
de
aquellos, que
teniendo una
casa se
apropian de
todo el
barrio!
¡Pobres
de
aquellos, que
van
apropiándose
todos los
campos de la
zona!
¿Así
que
Ustedes se van
a adueñar de
todo y no
dejarán nada a
los pobres?
¡Pobres
de
aquellos, que
llaman bien al
mal y mal al
bien,
Que
cambian
las tinieblas
en luz y la
luz en
tinieblas,
Que
dan
lo amargo por
dulce y lo
dulce por
amargo!
Los
que
perdonan al
culpable por
dinero y
privan al
justo de sus
derechos!
El
fuego
consumirá
hasta sus
raíces y sus
flores serán
desparramadas
como el polvo,
dice Jahwe”
“Jesús
dijo:
Aparten de si
toda clase de
codicia,
porque aunque
uno llega a
poseer
todas las
riquezas del
mundo, con
ello no ganará
la Vida en
Verdad y
Plenitud”.
Gracias te damos Dios Padre, Madre, Amiga, Hermano, porque Federico oyó y respondió con todo su ser y en todo momento a Tu palabra y al sentir del corazón de nuestros pueblos. Lo cantó él desde lo más profundo de su alma y nos enseñó a cantarlo a nosotras y nosotros: “Señor, tú que nos llamas a buscar y vivir por tu Reino, ayúdanos una y mil veces a que hoy, entre tantos reinos falsos, busquemos y encontremos el único que permanece!.”
Gracias
Dios, por la
valiente,
inquebrantable,
contagiosa y
esperanzadora
lucha de
Federico a
favor
de los más
débiles y
sometidos de
nuestros
hermanos.
Gracias que en
él pudimos
sentir cerca
también en
este tiempo a
aquellos y
aquellas, que
a lo largo de
toda la
historia han
entregado sus
vidas por la
justicia y el
derecho. Con
las
palabras de
Federico te
pedimos: “Señor,
tú que ya
estás viniendo
por rumbos
conocidos pero
también
ocultos e
ignorados a
hacer
justicia a
pobres,
oprimidos y a
destruir los
antros del
pecado, te
pedimos que
seamos
verdaderamente
dignos de ser
reconocidos
hoy como TU
Iglesia;
conviértenos
en testigos y
mártires, para
que no
inclinemos
nuestra frente
ante
tiranos ni por
monedas
entreguemos a
tus hijos!”
Gracias,
Dios, por la
profunda
misericordia
que siempre
experimentamos
en la vida de
Federico;
misericordia
nacida y
bendecida por
la solidaridad
del dolor y a
la vez la ira
sagrada, que
nunca le
permitió ni la
indiferencia
ni la
pasividad
cómoda y
fácil.
En sus
palabras te
pedimos:
“Señor, Tu que levantaste al pobre
del lodo y
rechazaste el
halago del
dinero,
muéstranos hoy
nuevamente
donde deben
estar
nuestras
lealtades y a
quien habremos
de seguir
primero.
Muéstranos las
sendas
estrechas que
debemos
transitar sin
pausa, y cuál
es el camino
que debemos
andar para
seguir tus
huellas vivas
entre los
crucificados
de hoy.”
Y
finalmente,
Dios: Gracias
por la enorme
humildad,
simplicidad
sagrada de
alma y corazón
y el rechazo a
toda vanidad y
veleidades que
vimos en el
rostro, la voz
y la vida
entera de
Federico.
Gracias que
nunca busco ni
se dejo tentar
por la fama y
la vanagloria
barata y
estéril.
Gracias por su
sonrisa, su
amabilidad y
su amistad tan
fácil
como sincera y
profunda. Te
pedimos
nuevamente con
sus propias
palabras:
“Señor, Tu que entraste en
nuestro mundo
y
nuestra
historia para
quebrar el
silencio y la
agonía, que
naces también
hoy en
miles de
pesebres
oscuros para
sembrar amor,
vida y
levantar almas
abatidas;
guíanos y
danos fuerzas
para denunciar
maldad e
hipocresía,
rechazar a los
que
arden de
orgullo,
exaltar a los
niños y las
mujeres, para
asumir la cruz
de
nuestro pueblo
y resistir a
la
degradación,
para que una
aurora vea
también
sobre los
pueblos de
toda Tu y
nuestra
América la
gran victoria
sobre la
muerte, el
miedo, las
mentiras, que
Vos ya estás
viviendo en la
Plenitud de
Dios, a quién
serviste con
toda Tu
vida!”.
Señor: Renueva nuestra esperanza, renueva nuestra lucha y nuestra porfía, renueva nuestra confianza en el futuro de nuestro país y la creación toda.
Dios de
la Historia y
la
Creación toda:
Tómanos de las
manos, ponenos
de pie y en
camino, abri
nuestros
ojos y
corazones para
que miremos
con confianza
el porvenir de
tu pueblo.
AMEN
7 de junio
de 2016-06-06
En nombre
del Movimiento
Ecuménico por
los Derechos
Humanos:
Obispo emérito, Marcelo Melani - Copresidente del MEDH
Obispo emérito, Marcelo Melani - Copresidente del MEDH
Pastor
Arturo
Blatezky -
Coordinador
Asociación de Ex-Detenidos Desaparecidos
Margarita Cruz