Desde 2002, la ONG Cine en Movimiento busca que las poblaciones vulnerables produzcan y dirijan sus cortos
En Florencio Varela, los chicos se dedican a filmar otro de sus cortos. Foto: LA NACION / Santiago Hafford
Miércoles 11 de mayo de 2016
LA
PLATA.- Jonathan Castañeda tiene 17 años y está parado frente a 500
personas, en Johannesburgo. Él, que nunca había salido de su barrio en
La Matanza, presenta, con orgullo, su cortometraje, el que filmó con
otros chicos de la Casita La Paloma. En dos pantallas gigantes se ven
imágenes de una villa, suena una canción de León Gieco y se proyectan
las palabras "contaminación", "soledad", "desamparo", "tristeza" y
"ausencia". Castañeda muestra su barrio en la 5a Cumbre Mundial de
Medios para Niñas, Niños y Adolescentes, en Sudáfrica, en 2007.
Pero
esta historia empieza en 2002, cuando la asociación civil Cine en
Movimiento empezó con un proyecto que avanza. Desde hace 14 años,
enseñan a chicos, jóvenes y adultos de las villas del Gran Buenos Aires y
de las provincias a usar las cámaras y el lenguaje audiovisual para
contar sus propias historias, las de sus vidas, sin intermediarios.
Castañeda es sólo uno de los 1500 chicos que pasaron por los más de 80
talleres que se dictan en organizaciones sociales, parroquias, centros
de día, sindicatos y escuelas. Los coordinadores estiman que en este
tiempo se hicieron más de 270 producciones audiovisuales, en las que
participaron chicos en situación de calle, veteranos de la guerra de
Malvinas, miembros de cooperativas y mujeres en situación de
prostitución.
En Florencio Varela, los chicos se dedican a filmar otro de sus cortos. Foto: LA NACION / Santiago Hafford
Un
grupo de chicos que vivía en las calles del barrio de Liniers filmó el
primer corto, que impulsó la ONG, en abril de 2002. Con su obra,
obtuvieron una mención especial en el festival porteño Hacelo Corto. Se
llamó Los de andar con pies descalzos, por una canción del
intérprete de cuarteto Walter Olmos que dice: "En la esquina de un
semáforo, sus tiernos ojos me miraron, y un recuerdo me brotó, los de
andar con pies descalzos". Los chicos contaron cómo era un día en sus
vidas. Durante la filmación, ninguno fue detenido por la policía, algo
que pasaba casi todos los días.
Cuando
recibieron la mención, vieron proyectada su propia película en uno de
los cines del Abasto Shopping. Y ahí estaban: eran reconocidos y
aplaudidos. "Entonces vimos que en lo audiovisual había un potencial
enorme: generar en los chicos, que nunca fueron aplaudidos por nadie,
cambios", dice Ramiro García, licenciado en Enseñanza de las Artes
Audiovisuales de la Universidad Nacional de San Martín, uno de los
fundadores de Cine en Movimiento.
El primer largometraje que produjo García se llamó Los nadies
y contaba la historia de los chicos de Liniers mientras filmaban su
corto. Ese video fue seleccionado por el Instituto Nacional de Cine y
Artes Audiovisuales (Incaa) en un concurso de documentales sobre la
crisis de 2001.
"Con
la cámara de por medio, los chicos empezaron a hablar de aquello que,
entre ellos, no hablaban: contaban su historia, cómo habían llegado ahí,
mostraban el agujero en la pared por el que pasaban para llegar al
lugar donde dormían", cuenta García. El proyecto empezó porque su
hermano, Alejo, era trabajador social en un centro de día en Liniers y
conocía a los chicos.
Para García, una de las experiencias más
novedosas que trabajó Cine en Movimiento fue la de la Asociación de
Mujeres Argentinas por los Derechos Humanos (Amadh), una organización de
mujeres que trabajan en la calle, pero que se opone a pensar la
prostitución como una actividad laboral. En 2007, como querían filmar un
video institucional de la organización, debieron indagar sobre la
imagen que querían transmitir hacia la sociedad. Pensaron, entonces, en
cómo hacer para que no se les viera la cara, por miedo a las represalias
de los proxenetas. Y lo resolvieron: se valieron de los recursos del
teatro de sombras y contaron sus historias con pájaros hechos de tela.
El corto se llamó Todos los pájaros son lindos y ganó un premio en el VI Festival Internacional de Cortometrajes - Fenaco 2009 en Cuzco, Perú.
Las
integrantes de Amadh cursaron varios talleres más y lograron comprar
equipos. Hoy cuentan con su propia producción, sin depender de la
organización. Uno de los objetivos es que se generen centros de
producción autónomos, como el de La Casona de Florencio Varela.
Alfabetización digital
Allí,
un martes de marzo, Darío Cardozo, de 16 años, contesta "anda", cuando
la directora del corto que están filmando pregunta por el sonido.
Sostiene un micrófono y tiene puestos unos auriculares negros. Vive en
Villa Vatteone y hace tres años que actúa, produce y piensa cortos en
los talleres de cine. También ayuda a otros, como el día que interpretó a
un soldado que peleó en la Guerra de Malvinas. "Los ex combatientes nos
mostraron las cosas que usaron para la guerra y fue reshockeante,
quedamos refríos. No nos podíamos ni reír ni nada. Empezamos a actuar, y
en esa situación teníamos miedo. En un momento me largué a llorar,
porque sentís en carne propia lo que estás haciendo", cuenta sobre el
corto Todo por ella.
"Vamos tras un proceso de
alfabetización digital, en el que las organizaciones puedan producir sus
propias historias", insiste García y cuenta que también los
sobrevivientes del Crucero General Belgrano, en la Guerra de Malvinas,
filmaron un documental.
En 2014, Cine en Movimiento dictó su primer taller en una cárcel. Fue en la Unidad 47 de San Martín. Mientras filmaban Verte volver,
uno de los presos sintió, durante una hora, que no estaba encerrado. Es
que, en un lugar donde no se permite ingresar cámaras, estaban filmando
con travelling y luces. El video fue proyectado el año pasado en el Festival de Ojo al Sancocho en Colombia, Bogotá.
François Truffaut, director, crítico y actor francés, y creador de la Nouvelle Vague,
escribió: "Al cine del mañana lo intuyo más personal, incluso, que una
novela autobiográfica. No podrá ser dirigido por funcionarios de la
cámara, sino por artistas para los que rodar una película constituirá
una experiencia excitante y maravillosa. La película del mañana se
parecerá a la persona que la hizo y el número de espectadores será
proporcional al número de amigos que tenga el director. La película del
mañana será un acto de amor."
En Cine en Movimiento coinciden con esa idea y la consideran algo así como su leitmotiv: el cine es un acto de amor.
El balance de la asociación
A partir del cine, se busca la inclusión social1500 chicos Ya participaron de las experiencias que propone Cine en Movimiento desde 2002
80 talleres Se dictaron en villas, parroquias, centros de día, sindicatos y escuelas, entre otros sitios.
En los talleres, los organizadores buscan dar las nociones básicas del lenguaje audiovisual para que los participantes logren filmar cortometrajes que les permitan reflejar sus propias realidades
270 Producciones audiovisuales Son las que presentaron en los 14 años de la asociación. Los de andar con pies descalzos, Todos los pájaros son lindos, Verte volver y Todo por ella forman parte de estas producciones