Por Elías Jaua / Resumen Latinoamericano/ 15 de mayo de 2016.-
Parece
consumarse el golpe contra la compañera Dilma Rousseff, el Imperio
nunca olvida ni perdona. La corriente popular liderada por el compañero
Lula desde siempre ha sido un factor de unión de los pueblos
latinoamericanos y caribeños, así fue desde la creación del Foro de Sao
Paulo y así ha sido desde la llegada en el año 2003, del Partido de los
Trabajadores (PT), al gobierno.
Lula y Dilma, junto al Comandante Chávez y la revolución bolivariana,
fueron entusiastas promotores de la UNASUR, la CELAC y la Cumbre África
Suramérica (ASA). Sin embargo, la consolidación de la alianza económica
de Brasil, Rusia, China, India y Sudáfrica (BRICS) fue sin duda lo que
marcó el punto de quiebre para la ofensiva imperialista y oligárquica
contra el gobierno de Dilma.
Para comprender lo que está sucediendo en el hermano país carioca,
también es necesario recordar un hecho que ha pasado desapercibido,
tras las revelaciones del agente Edward Snowden, en 2013, donde se
descubrió entre miles de casos que la Agencia de Seguridad Nacional de
Estados Unidos de América (NSA) espiaba a la Presidenta brasileña, ella
suspendió una visita pautada a la Casa Blanca, como respuesta al
agravio.
Ese gesto de dignidad de la valiente Dilma fue tomado como una ofensa
personal por el ególatra Presidente Obama, que hoy pretende cobrársela
de manera cobarde, como también lo está haciendo con la osada Presidente
Cristina Fernández de Kirchner por haberle dicho en su cara, en la
llamada Cumbre de las Américas celebrada en Panamá en 2015, que era
ridículo considerar a Venezuela una amenaza.
Es la prepotencia imperial, recuerdo una parte de mi conversación en
Guatemala, en mi condición de Canciller de la República Bolivariana de
Venezuela con el Secretario de Estado Kerry, donde éste me expresó de
manera amable “Nosotros somos una nación poderosa y no nos gusta que nos
hablen en tono alto”. De manera amable le respondí, nosotros somos una
nación con una tradición de lucha por la libertad y la independencia y
le cité la carta de Bolívar al agente norteamericano Mr. Irvine, en
1818, “Por suerte se ha visto con frecuencia ver a un puñado de hombres
libres derrotar a poderosos imperios”
En Brasil apenas comienza la lucha, ese es un pueblo bravío y no se
va a rendir a pesar de la brutal represión que ya está en marcha. Con el
Movimiento de los Sin Tierra (MST) a la vanguardia, veremos en los
próximos días como se levanta un gigante de dignidad que escribirá
páginas de historia a favor de la soberanía popular y de la unión de
nuestros pueblos.
El golpe contra Dilma también es una lección para quienes, en el
campo del chavismo, caen en los cantos de sirenas del Imperialismo y de
las burguesías. Una vez más queda demostrado que éstos no respetan
acuerdos, ni alianzas con corrientes populares y gobiernos soberanos.
El golpe en Brasil es un golpe a la unión latinoamericana y caribeña,
especialmente es un movimiento para intentar darle un jaque mate a la
Revolución Bolivariana. Ya Uds. verán en la OEA la posición contra
nosotros del nuevo gobierno, usurpador de la soberanía popular, que se
ha instalado de manera irrita en Brasilia, apuntalado en una mayoría
parlamentaria corporativizada y corrupta.
En Venezuela la burguesía lacaya emplea, de nuevo, al irresponsable
Capriles como operador de la violencia callejera frente al estrepitoso
fracaso del Presidente de la Asamblea Nacional, Ramos Allup, en su
intento de desarrollar un golpe parlamentario a lo brasileño. Estos
planes violentos intentan desarrollarse, usando a sectores radicalizados
de la pequeña burguesía llenos de racismo y odio contra las mayorías
populares que dicen defender.
Entre tanto, las amplias vanguardias populares chavistas tomamos las
calles con una moral digna de destacar, tomando en cuenta la compleja
situación económica que atravesamos. El pasado miércoles celebramos,
junto a miles de pobladores y pobladoras, el contragolpe que le dimos al
capital inmobiliario y a sus diputados opositores.
Gracias a la permanente movilización de los pobladores y pobladoras
de la Gran Misión Vivienda Venezuela, a los sólidos argumentos
esgrimidos por el Bloque Parlamentario de la Patria y a la firmeza del
Presidente Nicolás Maduro, el Tribunal Supremo de Justicia, como
correspondía de acuerdo a nuestra Constitución Nacional, reafirmó que la
vivienda en Venezuela es un derecho humano y no una mercancía y dejó
sin efecto las leyes privatizadoras y especuladoras. Son las primeras
victorias, contra la restauración capitalista, de una batalla que apenas
comienza. Confiando en el pueblo, despejaremos el horizonte en disputa
¡Venceremos! / ZGM