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lunes, 13 de julio de 2015

Carta de Santa Cruz - II Encuentro Mundial de Movimientos Populares




Carta de Santa Cruz

Las organizaciones sociales reunidas en el Segundo Encuentro Mundial de Movimientos Populares, en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, durante los días 7, 8 y 9 de julio de 2015, coincidimos con el Papa Francisco en que la problemática social y ambiental emergen como dos caras de la misma moneda. Un sistema que no puede brindar tierra, techo y trabajo para todos, que socava la paz entre las personas y amenaza la propia subsistencia de la Madre Tierra, no puede seguir rigiendo el destino del planeta.

Debemos superar un modelo social, político, económico y cultural donde el mercado y el dinero se han convertido en el eje regulador de las relaciones humanas en todos los niveles.
Nuestro grito, el de los más postergados y marginados, obliga a que los poderosos comprendan que así, no se puede seguir. Los pobres del mundo se han levantado contra la exclusión social que sufren día a día. No queremos explotar ni ser explotados. No queremos excluir ni ser excluidos. Queremos construir un modo de vida en el que la dignidad se alce por encima de todas las cosas.
Por eso, nos comprometemos a:

Discurso completo de Papa Francisco a los Movimientos Populares en Santa Cruz

Hermanos, hermanas. Buenas tardes a todos.

Hace algunos meses nos reunimos en Roma y tengo presente ese primer encuentro nuestro. Durante este tiempo los he llevado en mi corazón y en mis oraciones. Me alegra verlos de nuevo aquí, debatiendo los mejores caminos para superar las graves situaciones de injusticia que sufren los excluidos en todo el mundo. Gracias Señor Presidente Evo Morales por acompañar tan decididamente este Encuentro.

Aquella vez en Roma sentí algo muy lindo: fraternidad, garra, entrega, sed de justicia. Hoy, en Santa Cruz de la Sierra, vuelvo a sentir lo mismo. Gracias por eso. También he sabido por medio del Pontificio Consejo Justicia y Paz que preside el Cardenal Turkson, que son muchos en la Iglesia los que se sienten más cercanos a los movimientos populares. ¡Me alegra tanto! Ver la Iglesia con las puertas abiertas a todos Ustedes, que se involucre, acompañe y logre sistematizar en cada diócesis, en cada Comisión de Justicia y Paz, una colaboración real, permanente y comprometida con los movimientos populares. Los invito a todos, Obispos, sacerdotes y laicos, junto a las organizaciones sociales de las periferias urbanas y rurales, a profundizar ese encuentro.

Dios permite que hoy nos veamos otra vez. La Biblia nos recuerda que Dios escucha el clamor de su pueblo y quisiera yo también volver a unir mi voz a la de Ustedes: “Las famosas tres T”: tierra, techo y trabajo para todos nuestros hermanos y hermanas. Lo dije y lo repito: son derechos sagrados. Vale la pena, vale la pena luchar por ellos. Que el clamor de los excluidos se escuche en América Latina y en toda la tierra.

Luis Espinal, jesuita asesinado en Bolivia por la dictadura en 1980.



“A veces, el mundo nos parece vacío, sin Dios. Hay injusticias, y Dios calla. Ha dejado el mundo tan en nuestras manos, que tenemos la posibilidad de destruirlo: y aún de crucificar a Dios.  A lo más, imaginarnos un Dios lejano, más allá de las nubes, como una galaxia. Por esto, en la soledad nos tienta tanto el tibio contacto humano…

Señor del misterio, danos a sentir tu presencia en el corazón de la vida; queremos hallarte en lo profundo de lo cotidiano.  Estás tan cerca que es un error salir en tu búsqueda, lejos. Estás presente entre nosotros, en cada uno; te revelas en todo esto que fascina o hiere.  Tú estás presente en nuestra intimidad hecha diálogo, cuando se enciende el iris del amor interpersonal. Sabemos que el pecado es solo una adoración atajada a mitad de camino. Ven, Señor Jesús. Pero, en realidad, ya has venido; ya estás viniendo. Ya ha empezado la eternidad. Ahora sólo nos falta ver.

Entre tanto, con los ojos abiertos, te buscaremos en todos los rostros humanos. Sabemos que te estás revelando siempre, en cada sonrisa, en cada problema. Ábrenos, Señor, el oído, como una antena expectante, para escuchar tu latido, repetido en cada ser humano.

Que no te busquemos solamente en el templo, sino en la comunión de la góndola y de la acera. Que no te miremos solamente en el crucifijo, sino en la crucifixión del suburbio y del penal. Presente en nuestros hermanos, sobre todo en los más pobres y oprimidos, que sepamos encontrarte a Ti, Señor”.

Luis Espinal, jesuita asesinado en Bolivia por la dictadura en 1980.

Espinal, o el riesgo de un mártir descafeinado

Escrito por 


El crucifijo que regaló Evo Morales al Papa ha desencadenado un aluvión de comentarios. Muchos medios y las redes sociales se han prodigado en críticas, descalificaciones y hasta furibundas reacciones. “Crucifijo comunista”, “oxímoron”, “regalo insultante” han sido algunas de las expresiones más benevolentes. No acostumbro a sumarme sin más a la corriente imperante y menos en este caso donde detrás de las críticas hay ideología, no precisamente en la mejor de sus acepciones, y falta de conocimiento, por no llamarle ignorancia.

Para entender el gesto de Morales, es importante, saber que el regalo en cuestión es reproducción de un tallado hecho por Luis Espinal, el mismo jesuita homenajeado por el Papa. Él talló esa imagen en madera y decidió colocar allí el Cristo de la cruz que recibió cuando hizo sus votos. Un gesto muy significativo, porque ponía en contacto el centro de su vocación, Cristo, con el emblema de una ideología que era motivo de muchas de sus inquietudes.

lunes, 26 de marzo de 2012

HOMENAJE: Habla Domitila


La semana pasada murió en Bolivia Domitila Barrios Cuenca –así se presentaba sobre el final de su vida cuando se despojó del “de Chungara”, su apellido de casada–, una mujer que supo tanto cambiar la historia de su país al organizar una huelga de hambre, que comenzaron cuatro amas de casa, que terminó derrocando una dictadura, como enfrentar al feminismo conservador –en 1975– al oponer su testimonio de vida a quienes pretendían seguir hablando de los problemas de “la mujer” así, en singular. Minera, dirigenta, madre, indígena; Domitila es una de esas personas imprescindibles para entender la historia de las mujeres en América latina.


Por Malena Bystrowicz 

Fue el 22 de enero de 2006, cuando asumía por primera vez en la historia de Bolivia un presidente indígena. La ceremonia duró varios días. Eduardo Galeano fue invitado al gran evento y fueron sus palabras (ver aparte) las que encendieron en mí la necesidad de saber más sobre Domitila.
Aquella tarde de fiesta en La Paz, Galeano recordó una asamblea de mineros en los años ’70. Allí se tejían las luchas clandestinas de los obreros y solía haber puros hombres. Pero en aquella ocasión una mujer alzó su voz y, mirando a cada uno a los ojos, preguntó: “¿Cuál es nuestro peor enemigo, compañeros?”
Unos respondieron “el capitalismo”; otros “la patronal”; algunos dijeron “la burguesía” o “el imperialismo”. Esa mujer, sin bajar la mirada, contestó: “No, compañeros, nuestro peor enemigo es el miedo, y lo tenemos dentro”. Ella junto a otras cuatro mujeres habían comenzado una huelga de hambre que desembocó, en 1978, en el derrocamiento de la sangrienta dictadura de Hugo Banzer. Esa mujer era Domitila Barrios de Chungara.
Quise saber todo de ella y fui a buscarla. Me encontré con una mujer bajita, de aspecto muy frágil pero que transmitía una poderosa fuerza emocional. Tenía una escuela de formación política en Cochabamba, 74 años y un cáncer que avanzaba sobre sus pechos. Lo que sigue es parte de la entrevista que tuve con ella el año pasado, una de las últimas que dio:
“Me llamo Domitila Barrios Cuenca porque cuando una se casa en Bolivia siempre lleva el apellido del marido: Chungara”, se presentó.
“Soy hija de un campesino de Toledo, un pueblito pequeño al lado de Oruro. Hasta que lo mandaron a la guerra con el Paraguay, mi padre criaba ovejas. Cuando regresó los animales habían muerto, ya no tenía nada y se fue a trabajar a la mina Siglo XX con la intención de ganarse un buen dinerito para comprar ovejas y volver a su pueblo otra vez.”
Pero el destino fue otro. “Las minas siempre están en las cordilleras más altas donde no hay ni siquiera mercado. El patrón hacía llevar alimentos y les vendía a los obreros. Pero nunca lo necesario, siempre muy poco. Y si les había prometido que les iba a pagar diez pesos por día, les daba cinco. Y encima los obreros le debían el transporte, las botas que le dieron y alguna otra cosita más. Desde el principio estaban deudores. Allí se casó con mi madre. Yo nací en Siglo XX, en la mina.”
Recuerdos de infancia

lunes, 31 de octubre de 2011

Bolivia - La llegada a la paz y la reunión con Evo


Por Sebastián Ochoa, desde La Paz

El presidente Evo Morales suspendió definitivamente la construcción de una carretera a través del Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS), persuadido por la presión social y el apoyo que tienen los originarios que llegaron a esta ciudad hace tres días, luego de marchar más de dos meses con un pliego de 16 demandas. 

Resuelto el conflicto por la ruta, 20 dirigentes de la movilización seguían reunidos anoche con el mandatario para debatir sobre los otros 15 puntos. Así el líder aymara espera reconciliarse con amplios sectores de la población, que observaban la contradicción entre lo dicho y lo hecho por quien se consideraba globalmente como defensor de la Madre Tierra.
La marcha de más de 3000 indígenas entró a esta ciudad el miércoles, escoltada por 10 kilómetros de paceños (500 mil personas) que los recibieron como a “héroes”. Esa noche, 100 marchistas sobrepasaron el cerco policial en la plaza Murillo, donde está el Palacio Quemado. Al instante fue despedido el Comandante Departamental de la Policía. Más uniformados se ubicaron en las entradas a la plaza para evitar que siguieran metiéndose indígenas. Allí durmieron dos noches, solamente cubiertos con algunas frazadas, con temperaturas bajo cero.

lunes, 13 de diciembre de 2010

COMUNICADO DE LA EMBAJADA DE BOLIVIA


En relación a los hechos suscitados durante los últimos días, en el Parque Indoamericano de esta ciudad, en el que falleció la ciudadana boliviana Rosemary Chura Puña, la Embajada del Estado Plurinacional de Bolivia en la República Argentina, rechaza enfáticamente las desaprensivas declaraciones del
Jefe de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, las cuales generan un clima de xenofobia en contra de la comunidad boliviana, estigmatizando a quienes, como en este caso, aportan al desarrollo y economía de este país, que los acoge con una Ley Migratoria respetuosa de los Derechos Humanos.

Sorprende más aún, que estas declaraciones efectuadas por Mauricio Macri, al igual que las expresadas por la Defensora del Pueblo de la ciudad de Buenos Aires Alicia Pierini,  se hagan a pocas horas del día en que se conmemora la Declaración
Universal de los Derechos Humanos.

La Embajada de Bolivia reclama, ante las afirmaciones efectuadas por estas autoridades, disculpas públicas con la colectividad boliviana residente en la Argentina. De la misma forma, exige el pronto esclarecimiento y la sanción a los responsables del fallecimiento de nuestra compatriota Rosemary Chura Puña.

Esta Misión Diplomática, hace saber que este reclamo ha sido puesto en conocimiento de la Cancillería argentina, Defensor del Pueblo de la Nación y del INADI.

Buenos Aires, 09 de diciembre de 2010