Ante esta hora crucial del país
Transcurridos los primeros 30 días de gobierno de la Alianza Cambiemos,
sentimos amenazada nuestra paz social, en serio riesgo la vida del pueblo
trabajador y en especial de los pobres. Observamos una actitud de revancha de
clase, superioridad intelectual, cinismo y discriminación en las intervenciones
publicas de muchos funcionarios -incluyendo al Presidente- en referencia a los
militantes, el gobierno anterior, la clase trabajadora, el costo de la vida y
los despedidos.
Percibimos un notable desprecio por las instituciones, con procedimientos en
algunos casos ilegales y en muchos casos antidemocráticos, con una fuerte
indiferencia por el acuerdo y el consenso que representa el debate
parlamentario, llevándose por delante –por ejemplo- la Ley de Servicios de
Comunicación Audiovisual, construida federalmente y aprobada por ambas camaras
del Congreso y ratificada por la Corte Suprema de Justicia. ¿Cómo es posible
que una ley aprobada con tanto consenso sea eliminada por un caprichoso DNU? Se
ha instalado con prepotencia un gobierno de facto donde las fuerzas de
seguridad evitan que se cumpla la ley y se intenta imponer por decreto -con
manifiesta parcialidad- a dos Jueces de la Corte Suprema, justamente encargados
de administrar justicia imparcial. Se camina por una delgada línea -a un paso
de la inmoralidad- designando en muchos ministerios empresarios que hasta ayer
trabajaban en las empresas que hoy deben controlar. Atender “los dos lados del
mostrador” puede llevar a un conflicto de intereses, a un abuso de la posición
dominante altamente peligrosos.
La economía ha priorizado los intereses de los sectores productivos mas ricos
que tienen fortunas en dólares, las recetas ortodoxas de los organismos
financieros y el absolutismo de mercado por encima del pleno empleo, la
valorización del salario y la contención social. Se recurre a la consabida y
fracasada receta del ajuste. Se alienta la especulacion financiera y los
capitales golondrina perjudicando así la producción -y obviamente el trabajo-
nacional, la pequeña y mediana empresa. Hablar de pobreza 0 y la promesa de
“mantener lo que se hizo bien”, es una mentira. Se recurre al endeudamiento externo
que sólo beneficia a los prestamistas y se pagará con el trabajo de los pobres.
Se pretende arreglar con los Fondos Buitres cuando la ONU apoyó con el voto de
136 países que Argentina no cediera a las presiones de esos miserables para no
comprometer los intereses del país. Se sacrifica la integración
latinoamericana, vital para la soberanía de nuestros pueblos, y se reinstala
una relación dependiente con EEUU, eterno verdugo de nuestros sueños.
Se ajusta por el salario, hay despidos masivos y compulsivos, sin revelar los
criterios de selección y sin decir como se crearán nuevos puestos de trabajo.
Se extorsiona con el miedo a perder el empleo para desalentar las negociaciones
paritarias. Se camina por la cornisa de la persecución ideológica hurgando en
las redes sociales de los trabajadores, avasallando la privacidad y
estigmatizando a los despedidos. Se habla desde un pretendido limbo político
donde lo ideal es “no tener ideología” algo que lisa y llanamente es una
mentira para absolutizar la propia ideología y eliminar cualquier otra. Se ha
implantado una suerte de totalitarismo informativo donde detrás de la mascara
de la pluralidad se han callado las voces opositoras y los medios -recordando
una frase del Beato Óscar Romero- “están vendidos y no dicen la verdad”. DDHH
como el derecho a la información, el derecho al salario digno son ignorados.
Vivimos un estado policial rodeados de mentiras, amenazas y extorsiones. Esto
no es una verdadera democracia por mas que los gobernantes sean legítimos.
Hablamos en defensa de los pobres y desde el Pueblo de Dios, y nos duele una
vez más el silencio cómplice de los Obispos que parecen desconectados del
sufrimiento de los trabajadores y no perciben que la calidad democrática está
en peligro.
Grupo de Curas en Opción por los Pobres
Enero 2016"