Carta abierta de las comunidades afectadas por la minería,
recibidas en Roma por el Pontificio Consejo de Justicia y Paz
Los días 17 a 19 de julio de 2015, se realizó en Roma el encuentro de representantes de comunidades afectadas por actividades mineras, organizado por el Pontificio Consejo de Justicia y Paz (PCJP) en colaboración con la red latinoamericana Iglesias y Minería, con el lema “Unidos a Dios escuchamos un grito”.
Participaron líderes de 18 países del mundo: Chile, Perú, Brasil, Colombia, Honduras, Guatemala, El Salvador, República Dominicana, México, Estados Unidos, Canadá, Suiza, Italia, Mozambique, Ghana, República Democrática del Congo, India y Filipinas.
Fue un encuentro altamente
esperado por nuestras comunidades, que están organizándose progresivamente para
denunciar las graves violaciones a los derechos humanos sufridas por la
destrucción y contaminación del medio ambiente, los daños a la salud, las
divisiones comunitarias, el desarraigo al territorio, las enfermedades, la
perdida de la cultura, la prostitución, el alcoholismo y la drogadicción, la
perdida de la economía propia y los vínculos con el crimen organizado que son
generados por la industria minera. De manera que las comunidades también se
organizan para establecer estrategias comunes de resistencia y alternativas.
“El objetivo de este encuentro es
reconocer su dignidad”, afirmó el cardenal Turkson, presidente del PCJP. El Papa Francisco
la definió “la inmensa dignidad de los pobres” (Laudato Sí – LS
158).
La Iglesia Católica está
encontrándose cada vez más con la gravedad de los impactos mineros, dejando
heridas profundas e inmisericordes en el seno de la tierra y de las
comunidades, que son síntoma de la “única y compleja crisis socioambiental”
(LS 139).