Apuntes sobre el golpe, uno.
Se dice fácil, Memoria, Verdad y Justicia pero desde 1976 en
adelante, o digamos desde 1983, Alfonsín mediante, en adelante, o desde
el 2003 en adelante, cada uno de estos términos es espacio de disputas
entre diversas concepciones y miradas.
Para nosotros el Golpe de Estado de 1976, precedido y preparado por
el accionar de la Triple A desde el 74, es el resultado de al menos tres
procesos convergentes y simultáneos: Una Operación Continental de
Contrainsurgencia; una acción contrarrevolucionaria preventiva de
aniquilamiento de organización y subjetividad revolucionaria y la
fundación de un nuevo modelo de desarrollo capitalista.
Se sabe que las tierras de la actual Argentina fueron conquistadas y
colonizadas por el Imperio Español en nombre del capitalismo europeo en
alza, y que luego, de un modo más o menos en paralelo a la constitución
de las Republicas el dominio español fue reemplazado por el Imperio
Británico que primero conquistó la supremacía militar en el mar y luego
en el Comercio. Por eso, cuando los EE.UU. se convirtieron en potencia
imperial, robando medio México, Puerto Rico, Hawai y dominando Nicaragua
y otros territorios de Centro América, el Sur le fue vedado por el
Imperio Británico. Fue a los finales de la Segunda Guerra Mundial,
derrotada la Alemania Nazi y debilitado el León Británico que los
Yankees emprendieron rumbo al Sur mediante una larga y cruenta Operación
Continental de Dominación por medio de Acciones de Inteligencia y
Golpes de Estado cuyo primer acto fue la destitución de Jacobo Arbens en
Guatemala en 1954. Luego siguieron la seguidilla de golpes conocida: en
Brasil, Bolivia, Uruguay, Chile, dos veces en Argentina. Desde el 47
que dominaban Paraguay con Stroessner y fue así que para finales de los
setenta toda América les pertenecía y funcionaba como espacio de
retaguardia en la Guerra Fría contra el comunismo.
Solo desde esa dimensión continental y desde la paranoia de la Guerra
Fría el Comando Sur del Ejercito de los EE.UU., la Junta Interamericana
de Defensa y la Junta Militar Argentina pudieron pensar en que las
fuerzas sociales y políticas de la Argentina eran un oponente en forma
al cual debían “aniquilar” (mandato que el gobierno peronista que
sucedió a Juan Perón estampó en un decreto miserable firmado por Luder).
Igual que en Viet Nam, Operación Noche y Niebla, el Ejercito de los
EE.UU. impulsó un Plan de Exterminio por fuera de la legalidad burguesa
represora. Un plan que fuera más allá de lo hecho en los anteriores
golpes de estado de 1930/1945/1955/1962 y 1966 y que tomó la forma de la
capucha para los NN, los centros clandestinos para los secuestrados, la
cárcel para los sobrevivientes de esos centros, el exilio para
millones, las listas negras y el desempleo para más millones de
argentinos, el apagón cultural, la censura y la autocensura y el
aplastamiento físico y cultural de una generación rebelde y
revolucionaria.
Si a los Yankees lo que más le interesaba era el aplastamiento de una
generación de militantes y sus organizaciones política revolucionarias
(no se puede pensar unos sin los otros) al Bloque de Poder Local le
subyugaba la liquidación de la resistencia obrera y popular a sus planes
económicos de saqueo y la imposición de una nueva hegemonía en el mismo
bloque de poder que termine con las disputas internas (que se pueden
seguir en la disputa por el precio del dólar: alto lo querían y quieren
los agro exportadores, bajo lo querían los industriales obligados a
importar insumos por la falta de integración de la industria argentina
desde siempre). Así terminaron con el modelo peronista de desarrollo
capitalita basado en el estimulo al mercado interno, subsidios a la
burguesía local y beneficios de todo tipo que ampliaban el consumo de un
modo tan inteligente que el modelo persistió, en lo fundamental, veinte
años después del golpe Gorila del 55.
Resumamos para pensar el hoy:
el Golpe del 76 denota el dominio imperial yankee, que prolonga otros
dominios no menos brutales y saqueadores, un dominio que ha continuado
de una u otra manera hasta hoy en que renace de un modo impúdico con
Macri y sus socios saqueadores
el Golpe del 76 adquirió la forma de una gran acción de exterminio,
de carácter preventivo porque (como veremos en otras crónicas) su Poder
Real no estaba amenazado más que en el plano subjetivo y cultural, y es
allí donde se condensan las consecuencias más prolongadas y dolorosas.
Fue Federico Engels quien escribió que lo más grave de las derrotas es
que los pueblos olvidan las causas por las que lucharon. textual el Golpe del 76 es una herida bisagra en la historia nacional; la
Argentina de hoy es mucho más fruto de esa violación que heredera de
Mayo y San Martín; el país que fundaron Videla, Martínez de Hoz, la
picana y las capuchas es el que emerge vivito y coleando con la Alianza
Cambiemos y su defensa desfachatada de todo lo que el Golpe sostenía: la
desigualdad como base del desarrollo, el individualismo más egoísta y
el consumismo como horizonte único y final de toda acción humana
Macri resume esa triple condición de un modo asombrosamente
transparente y explicito: pro imperialista hasta la medula,
anticomunista, gorila y antipopular como pocos políticos de la historia y
sujeto mismo del Modelo Capitalista fundado por el Terrorismo de
Estado.
Al conmemorar el Golpe hace falta enfrentar a Macri y al enfrentar a
Macri no olvidar que es mucho más que un bobo empresario hijo de papá,
es el heredero y continuador de Videla y el Comando Sur del Ejercito de
los EE.UU.