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Por Santiago Mayor. Ante los despidos de funcionarios
públicos en Paraguay, Marcha dialogó con Derlis Villagra. El ex
jefe de gabinete de la Secretaría de Acción Social comentó cual es la actual
situación de persecución política que se vive en su país.
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Desde que asumió el gobierno Federico Franco
(foto) ya son casi 300 los funcionarios despedidos en Paraguay por razones
políticas
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Derlis Villagra era, antes del golpe de Estado
del 22 de junio en Paraguay, jefe de Gabinete de la Secretaría de Acción Social
(SAS). Fue formalmente despedido por el nuevo gobierno la semana pasada. En
esta entrevista nos comenta los pormenores de la persecución política e
ideológica que vienen llevando adelante las nuevas autoridades contra los
funcionarios de distintas dependencias estatales.
“Mi caso en realidad forma parte de los cerca de
300 despidos ya registrados por motivos políticos. Violando los derechos
laborales que están consagrados en la firma de los contratos” comentó.
Aclarando, a partir de su caso, cuál es la situación legal de muchos
funcionarios sostuvo: “En mi caso yo he renunciado, por una cuestión ética, al
cargo que desempeñaba. Sin embargo no he renunciado a la institución. Yo
debería, según las leyes, seguir cumpliendo alguna función de menor
responsabilidad en la SAS”.
Además, “también han despedido a funcionarios que
son, según las leyes laborales de la función pública, ‘nombrados’. Si son
‘nombrados’, tienen un presupuesto asignado por el Congreso de la Nación y solo
pueden ser removidos después de un sumario administrativo”. En la misma
sintonía agregó que “estas autoridades están pasando por encima de todo eso y
nosotros decimos ‘bueno, si ni a Lugo le respetaron el derecho a la defensa’,
que nos queda a los demás funcionarios”.
Villagra explicó que “ha habido despidos masivos
y un caso emblemático ha sido el de la Secretaría Nacional de Sanidad Vegetal
(Senave) que tenía una línea muy respetuosa de los requisitos medio ambientales
para el cultivo de la soja y el uso de los transgénicos”. Y es aquí donde el ex
funcionario de la SAS deja en claro cuales son los intereses concretos que hay
detrás de los despidos. “Ahora se cambió drásticamente la orientación. El
Senave está ocupado por un gerente de una empresa productora de agroquímicos
muy interesado en expandir todo lo que tiene que ver con el agronegocio y los
transgénicos” explicó.
Planteando su punto de vista sobre la situación
dijo que “es evidente que es una cuestión, como se dice acá, de ‘alinearse como
velas’. Los que no se alinean como velas a las nuevas autoridades ya pasan a
ser sospechosos y son blanco de despidos”.
“Esto es solo el comienzo”
Dando cuenta del método que están implementando
las nuevas autoridades de Paraguay, Villagra detalló como se dio el caso
particular de su despido “no porque sea mi caso, sino por lo que significa en
cuanto a procedimiento” y aclaró que “esto es solo el comienzo”.
El martes 10 de julio se llevó a cabo una
conferencia de prensa del nuevo secretario de la SAS. “Un montaje para darle el
micrófono a las autoridades municipales de los partidos Colorado y Liberal que
históricamente han manipulado los programas sociales. Además para atacar todos
los programas sociales del gobierno de Lugo” comentó Villagra. Ante esta
situación, decidió participar de la conferencia ya que “seguía siendo
funcionario de la SAS porque no había recibido ninguna notificación de que la
renuncia que yo había presentado al cargo fuera aceptada”.
Ya dentro del recinto donde se hacía la
conferencia de prensa “se acerca un policía y me dice ‘Señor Villagra, usted
tiene que acompañarme afuera de la institución. Ya no puede entrar más por
orden del ministro”. Entonces, luego de esta situación “viene la forma mañosa
que tienen de comportarse. Porque yo después digo que quiero saber si ya está
el documento por el cual informan mi despido (…) paso a retirarlo y me ponen
con fecha atrasada. Supuestamente ese documento ya estaba confeccionado. Eso
hacen para cuidarse las formas pero es un procedimiento arbitrario e
irrespetuoso”.
“Un criterio absolutamente troglodita,
nefasto, de persecución política”
Otra de las cuestiones preocupantes es la
repercusión que está teniendo esta política en los planes gubernamentales que
venía desarrollando el gobierno de Lugo. Ante un caso particular que se dio en
la SAS Villagra comentó: “La gerente de un programa que se encarga de la
ejecución de 17 millones de dólares -que es un préstamo del Banco
Interamericano de Desarrollo (BID) para el Estado paraguayo- recibe en su
oficina dos personas enviadas por el secretario. Estas personas están
encargadas de revisar todo. Se instalan allí sin ninguna función determinada”.
Estos hombres “empiezan a pedir los datos de los presidentes de las
asociaciones que fueron seleccionadas, mediante un método transparente, donde
participaron los técnicos del BID” para recibir los beneficios del programa de
la SAS. “Empiezan a pedir los datos de los presidentes de las cerca de 80
asociaciones seleccionadas y empiezan a revisar de que partido son” y algunos
días después, el nuevo secretario “le dice a la gerente: ‘yo no voy a financiar
estos proyectos para los luguistas”. El problema es que “esto no se trata de
luguistas. Se trata de dinero para desarrollos comunitarios. Por ejemplo
proyectos de agua potable, de producción de huertas, todo lo que tenga que ver
con mejoras de la calidad de vida a poblaciones muy vulnerables. Entonces este
ministro diciendo que no le va a dar plata a los luguistas decide cortar estos
programas sin ningún criterio técnico”.
Consultado sobre que va a pasar con el dinero de
ese crédito Villagra respondió: “Si nosotros como SAS no ejecutamos en determinados
plazos este préstamo, el Estado paraguayo va a tener que pagar un interés
altísimo de entre 300 y 500 mil dólares por no ejecutar. Y además va a tener
que entregar de vuelta el préstamo. Es increíble la mezquindad de estas
autoridades con un criterio absolutamente troglodita, nefasto y de persecución
política”.
“Se desata una casa de brujas”
Presentando un panorama de la situación política
general luego del golpe, Derlis Villagra es contundente y afirma que se dio un
“incremento de la criminalización de la lucha social”. Además agrega que “se
está creando un clima que nosotros pensamos que ya se había superado. Un clima
de intolerancia política hacia todo lo que es militancia social, lo que tiene
que ver con organizaciones que luchen por algún derecho. Ya sea la tierra, la
salud, la educación”.
Finalmente concluyó: “Todos pasan a ser zurdos,
comunistas, bolivarianos y se desata una casa de brujas. Ese es el nivel de
debate lastimosamente. Se está creando un clima de intolerancia donde uno por
adscribirse a una posición política o ideológica ya pasa a ser considerado
criminal. Están repitiendo la lógica de la dictadura”.