Adolfo Pérez Esquivel
Artículo
publicado en el diario Página/12 el día 9 de agosto de 2013
En
una nota de opinión firmada por Roberto Kozulj, en Página/12
del 6 de agosto , se cuestiona una nota de mi página web, donde señalo objeciones al
acuerdo entre YPF y Chevron. Centralmente llama falaces a mis argumentos que,
según su opinión, no aportan a “ningún debate fundado siquiera sobre temas
calientes como soberanía, medio ambiente o desarrollo”. No obstante, sus
críticas no responden a temas clave como los que planteo en mi nota.
Soberanía. Hace poco, junto a la Confederación de las
Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie), denunciamos el fallo de la Corte
Suprema de Justicia nacional que le levantó un embargo de 19.000 millones de
dólares a Chevron, otorgándole impunidad a una empresa prófuga de la Justicia
ecuatoriana. Chevron ha invertido 400 millones de dólares en una campaña de
desprestigio contra Ecuador, que Rafael Correa denunció con respaldo de todos
los países del ALBA. Tan es así que Evo Morales propuso el domingo pasado en el
Foro de San Pablo crear consejos regionales propios que nos defiendan frente a
las empresas trasnacionales para “frenar estos procesos que nunca ganan los
Estados, siempre ganan los privados”.
Mientras los
gobiernos populares de la región ya se retiraron del Ciadi y están auditando
sus tratados bilaterales de inversión, la Argentina los mantiene y es el país
del mundo más denunciado ante ese organismo. Si algún día decidimos echar a
Chevron, podrá apelar al Ciadi en el marco del TBI que sigue vigente con EE.UU.
Esto significa subordinación, pérdida de soberanía e impunidad. ¿Qué pasará si
Chevron no cumple el contrato, como Repsol? La demanda de la empresa española a
la Argentina es, hoy día, la más grande en el mundo en el Ciadi. Si Chevron nos
contamina e incumple el contrato, ¿además tendremos que indemnizarla?
Medio
ambiente. La tecnología de
fractura hidráulica (fracking) está prohibida temporal o definitivamente en
estados de EE.UU. y en varios países europeos por falta de pruebas certeras de
que no daña el medio ambiente. ¿Actúan según inventos de ambientalistas
“falaces”? Recomiendo la lectura del artículo “La marcha hacia el abismo”, del
Comandante Fidel Castro, centrada en analizar el fracking y las potenciales
reservas de gas esquisto (http://www.cubadeba te.cu/reflexiones-fidel/2012/ 01/05/la-marcha-hacia-el- abismo).
La semana pasada
estuve en Plottier, Neuquén, donde se incendió un pozo muy cercano a barrios
poblados. Para apagarlo debieron traer un cuerpo de elite de EE.UU. a colaborar
en la resolución del caso. El proyecto de Vaca Muerta contempla más de 1600
pozos y el oficialismo se negó a pasar el acta acuerdo por la Comisión de Medio
Ambiente de la Legislatura de Neuquén. ¿Por qué se tratará a libro cerrado,
como informó el gobernador? ¿Por qué no se consultó a los pueblos originarios
que habitan la zona, como dice la normativa nacional e internacional?
El Gobierno
defiende que el contrato YPF-Chevron es privado, razón por la cual hay
“cláusulas reservadas”. Pero si YPF volvió a ser de los argentinos, ¿no
deberíamos conocer este acuerdo por ser de incumbencia pública?
Desarrollo. La Argentina tiene buenas posibilidades de
desarrollar energías renovables, pero no se ha profundizado la inversión en
estas tecnologías para estar a la altura de nuestro potencial. La conclusión de
Kozulj es que buscar otras opciones de desarrollo al acuerdo con Chevron es
utópico, dada la creciente demanda energética y porque los costos de
importación no permiten combatir la pobreza. O sea, el famoso “es esto o el
abismo”.
Ese argumento
podría replicarse también para justificar los acuerdos con Monsanto y la
Barrick Gold. Resulta fantasioso sostener que se puede lograr la justicia
social subordinados a transnacionales depredadoras. Y a diferencia de Venezuela
hablo de subordinación, porque el Decreto “Chevron” Nº 929/13 le permite a esa
empresa y a futuras inversoras exportar parte de nuestra energía, girar
regalías al exterior sin retenciones y vendernos nuestro petróleo a precio
internacional. Los contratos firmados por Venezuela no son de subordinación. Si
el objetivo es la “soberanía energética” y el autoabastecimiento, ¿por qué se
les permite a las transnacionales exportar nuevamente nuestra energía?
Debemos
cuestionar los discursos dominantes. El modelo de consumo de los países
centrales no es generalizable porque se basa en la explotación de países
periféricos como el nuestro. Si los países centrales pretenden asignarnos un
rol extractivo, no se lo facilitemos.
Además de
interpretar la voluntad de los argentinos, para estos proyectos los gobiernos
deberían hacer consultas populares previas y vinculantes, como en Esquel,
Loncopué y otras ciudades. Muchos se sorprenderían de lo que piensa nuestro
pueblo. Existen otras opciones a las multinacionales, que no nos van a asegurar
ninguna emancipación.
* Premio
Nobel de la Paz. Titular del Serpaj.