Desde que
organizamos y representamos con las chicas y chicos de mi primera congregacion
uno de los muchos pesebres que celebramos a lo largo de mi pastorado, siempre
la escena mas emotiva y profunda fué para mí cuando María y José se agachan
-arrastrándose casi- para poder entrar en ese establo, que más que un establo
era un monton de ramas en medio de un yuyal, para poder recibir de Dios allí a
ese hijo.
Y que luego
repitieran el mismo gesto de humildad y entrega los pastores –tan o más pobres
que ellos- !pero también los supuestos sabios, bajando de sus altos camellos y
venidos de tan lejos para agacharse arrastrándose también ellos en el polvo
para reconocer a Dios e identificarse con él en el rostro de ese niño y su
familia, tan pequeños como frágiles y pobres, que si no se lo reconoce e
identifica a Dios en esos rostros no se lo encuentra jamás.
En otras
palabras: En Navidad anticipamos lo que María canto sobre su hijo y que Jesús
hizo realidad en su vida: Derribo de sus tronos a los poderosos e impunes y
elevo del polvo a los pobres y oprimidos.
Este es sin
duda, el mensaje central de Navidad y del Evangelio todo y –repito- cada año me
vuelve a emocionar e impactar profundamente.
Quizás
fuera por este u otro motivo, que hace poco me impresionó, conmocionó y chocó
enormemente un hecho, que me parece contraponerse absolutamente a lo que
celebramos en nuestros pesebres, transmitido mediante un mail con abundantes
fotos y textos explicativos.
Bajo el título
„Te Deum Evangélico“ se informaba allí entre muchas otras cosas las siguientes:
El miércoles 31 de octubre (día de la Reforma de Martín
Lutero) se llevó a cabo un Te Deum Evangélico por la Alianza Cristiana de
Iglesias Evangélicas de la República Argentina (ACIERA), con la participación
de representantes gubernamentales nacionales, provinciales y de la ciudad de
Buenos Aires, representantes de las alianzas hermanas, FeCep y FAIE,
representantes de las Escuelas Evangélicas del país y con sus respectivos
abanderados, pastores, medios de comunicación y público en general quienes se
acercaron al Templo San Pablo del barrio porteño de Palermo, con una
concurrencia que colmó el recinto.
La totalidad del acto fue transmitido en VIVO por
Canal Luz Satelital y re-transmitido el domingo 4 de Noviembre a las 12:00
horas por el mismo canal.
Entre los presentes se encontraron embajadores,
secretarios y subsecretarios, directores, ministros, concejales, cantidades de
pastores de las iglesias más diversas, presidentes de diferentes federaciones evangélicas,
teólogos, rectores entre otros; como así también representantes de diversas
organizaciones, iglesias y entidades de bien público, y el maestro de
ceremonias, el periodista y locutor, Walter Etcheverry.
Cabe mencionar que varios legisladores se excusaron
por estar en plena sesión en el Honorable Congreso de la Nación, precisamente a
la hora del TeDeum. Algunos enviaron emisarios como la Diputada Nacional
Patricia Bullrich, que consignó a Pascual Mingrone y el Senador Nacional,
Adolfo Rodríguez Saa, quien envió a César Arias.
Durante el acto se leyeron cartas en representación
de la Gobernación de la Provincia de Buenos Aires y del Gobierno de la Ciudad
de Buenos Aires. Varias invocaciones tuvieron como propósito bendecir a la Sra.
Presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, quien no asistió
debido a la suspensión de sus actividades por razones médicas, como también por
su mandato, vida personal y física, incluyendo a todos los funcionarios del
gobierno nacional y todos los demás estamentos de gobierno.
Más allá de otras consideraciones que sobre el hecho
mismo y los larguísimos textos –algunos mas estrictamente religiosos y otros de
ribetes políticos directos o indirectos- pudieran hacerse, pienso que vale la
pena aclarar al menos 2 cuestiones:
1. Las iglesias evangélicas históricas y ecuménicas,
herederas de la Reforma del Siglo XVI, tanto luteranas como calvinistas, jamás
hemos realizado en la Argentina ningún Te Deum ni nada parecido, ya que como
debiera ser de común conocimiento para lideres de cualquier institución
religiosa, tradicionalmente el Te Deum era el acto religioso con el cual en
tiempos de la así llamada „cristiandad“ los ejércitos vencedores celebraban su
victoria en la batalla, es decir, que luego de las mismas agradecían por haber
logrado destruir hiriendo, haciéndolos prisioneros o asesinando a la mayor
cantidad posible de enemigos. Fue por eso que el dictador Pinochet quiso
obligar al Cardenal Silva Henríquez (ICR) y al Obispo Helmut Frenz (Iglesia Evangélica
Luterana de Chile) a celebrar un Te Deum festivo el 11 de setiembre de 1974, a un año del golpe
mas sangriento de la historia chilena, en agradecimiento por la “victoria de
los cristianos sobre el terrorismo subversivo“, a lo que ambos se negaron, encontrándose
en cambio ecuménicamente en la Catedral de Santiago para una celebración
solidaria y pastoral con los familiares de los asesinados y desaparecidos por
la dictadura, lo que le valió la expulsión por Pinochet a nuestro Obispo Helmut
Frenz.
2. En el texto también hay un pequeño error cronológico:
ACIERA no nació durante la democracia del Dr. Alfonsín sino ya antes. En los años
1980, 1981 y 1982 yo mismo recibí siendo pastor en Quilmes cartas convocando(me)
a la conformación de “una nueva agrupación, que represente auténticamente la
voz de los evangélicos ante las autoridades de la Nación“. Dado que en ese
momento hacia muchos años que existía FAIE así como el Consejo Consultivo de
Iglesias“ sin duda la voz moderadamente crítica de estas instituciones ecuménicas,
que entre otras como CAREF y el MEDH denunciábamos el terrorismo de estado y el
genocidio en curso, no eran del agrado de estos otros grupos religiosos, que
buscaban formar un órgano diferente, ya que evidentemente no deseaban quedar
identificadas con esas denuncias que nuestras iglesias siempre consideraron
imperiosas para quienes pretendemos seguir las palabras y el camino de Jesús.
Inevitablemente me viene a la mente entonces la
pregunta: NAVIDAD NOS CONVOCA A CELEBRAR
GLORIOSOS „TE DEUMS“ JUNTO CON LOS REPRESENTANTES DE LOS PODERES POLÍTICOS,
SOCIALES, ECONÓMICOS, MEDIÁTICOS DE TURNO O NOS MUESTRA –COMO DEBIÓ HACERLO
INCLUSO CONTRA SU VOLUNTAD PILATOS- EN JESÚS: a „ECCE HOMO“, el ser humano
vejado por los poderes de turno, el rostro de Dios encarnado en los rostros
torturados, dolientes, desesperados, sometidos y degradados de sus hijos, TODOS
ELLOS, LAS Y LOS POBRES, PEQUEÑOS, DÉBILES, LA PROPIA Y PREFERENCIAL PRESENCIA
E IMAGEN DE DIOS ENTRE NOSOTROS.
No puedo dejar de recordar lo que Jorge Novak, aquel enorme cristiano, hermano y amigo, me confió durante la última entrevista que tuvimos antes de su muerte. Me dijo:
„Mira, cuando yo le entregue la diócesis a mi sucesor
le voy a decir: ’Yo no le entrego una diócesis con un programa especial. Porque
el programa de esta diócesis es Cristo. Un Cristo antropológico, un Cristo
encarnado en los hombres, en los pobres. Un Cristo antropológico’ Lo repitió varias veces y luego
se explayó explicándome como la encarnación de Cristo en los pobres fue desde
los padres la base teológica esencial de la Iglesia y lo es hoy de un modo
urgente, siendo el envío misionero mas importante de la Iglesia en la
actualidad.
Bajarse del camello a compartir concretamente y cada día
el polvo de la vida de las y los pobres, bajarse de los caballos de la vanidad
y soberbia que esta sociedad capitalista, egoísta e hipócrita promueve, vende y
con los cuales nos tienta, es el llamado que Jesús nuevamente nos hace en esta
Navidad: „Agáchense para poder entrar por la puerta angosta, porque ancha es la
puerta y lujoso el camino que lleva a la ruina, y son muchos los que se pelean
para andar por el. Pero que baja y angosta es la puerta y escabroso el camino
que conduce a la salvación y que pocos son los que lo encuentran“ Mateo 7:
13-14.
No puedo terminar esta reflexión sin recordar otra
historia que oí de otro enorme cristiano y amigo, el padre Carlos Cajade.
Contaba Carlos:
„Era el 24 de diciembre de 1984. La ceremonia de
Nochebuena resulto muy sencilla pero a la vez participativa y muy alegre.
Di la bendición y salude a mi gente.
Al cerrar la puerta de la capilla los vi: Allí
estaban los tres juntitos bajo el alero del frente de la iglesia mirándome con
ojitos tristones como esperando algo.
„Vamos chicos, ya es hora de ir a casa para festejar
la Navidad“. Les dije, porque no podía demorarme mucho tiempo mas.
Y ¿qué es la Navidad? Me preguntaron casi al unísono.
Entonces me dispuse a dedicarles un poquito más de
tiempo. Es que me había llamado la atención que estén tan solitos en una noche
tan especial. Y comencé a contarles sobre quién era Jesús, como había nacido en
un pesebre y también otras cosas.
Ellos me escuchaban con mucha atención hasta que en
un momento les insistí con la idea de que ya era hora de regresar a casa.
Me respondieron que ellos no podían festejar la
Navidad y que vivían en una construcción medio derruida, en un terreno cercano
junto a otros hermanitos. Y entre los tres fueron desgranando la durísima
historia de vida que les había tocado vivir.
Finalmente me dijeron: ¿Padre, no quiere acompañarnos
hasta nuestra casilla? Están solamente nuestros tres hermanitos menores.
Fue casi un ruego y no lo pensé dos veces.
Había que atravesar un monte y estaba todo muy
oscuro. Tengo que reconocer que sentí mucho miedo. Me metí entre los pastos
asustado y hasta me preguntaba ¿que estoy haciendo aquí? Pero ya estaba jugado
y algo muy importante: Sentí interiormente que estaba donde tenía que estar.
Ellos caminaban delante mío entre sauces y yo seguía
pensando ‘donde me estoy metiendo’.
Con el tiempo entendí que en ese momento realmente me
estaba metiendo nada mas ni nada menos que en un pesebre.
Me quede en la puerta, no estaba seguro de entrar,
pero los chicos me dieron ánimo: ¡Pase tranquilo padre!
Entonces me agache, baje la cabeza y entre.
Era una construcción cuadrada con chapas tan rotas,
que a través de ellas se veían perfectamente las estrellas.
En el piso de tierra una vela iluminaba todos esos
ojos bien negritos que brillaban increíblemente ante la luz de la única vela.
Muchas veces esa noche se me llenaron los ojos de lágrimas.
No se, me cuesta explicar la satisfacción interior que se apodero de mi.
“Sentí que había orientado mi vida”.
Pastor Arturo Blatezky / Coordinador del MEDH