COMUNICADO DE PRENSA
Ref.: La hija de Gladys Castro y Walter Domínguez
recuperó su identidad
Las Abuelas de Plaza de Mayo informamos con enorme alegría
que hemos encontrado a la hija de Walter Hernán Domínguez y de Gladys Cristina
Castro, nacida durante el cautiverio de su madre en marzo de 1978.
Walter y Gladys fueron secuestrados el 9 de diciembre de
1977, en Godoy Cruz, Mendoza. En ese momento, la joven cursaba el sexto mes de
embarazo y desde entonces no se supo nada más de ellos.
Hoy nos acompañan las dos abuelas, María Assof de Domínguez
y Angelina Catterino, y el tío paterno Osiris Rodolfo Domínguez, que viajaron
desde Guaymallén, Mendoza, para compartir la felicidad de este encuentro.
La familia
Gladys nació el 23 de noviembre de 1953 en la ciudad de
Guaymallén, Mendoza. Walter nació el 30 de marzo de 1955, en la capital de esa
provincia. La joven estudió Diseño y él, Arquitectura, ambos militaban en el
Partido Comunista Marxista Leninista.
En noviembre de 1976, cuando Walter terminó el servicio militar,
se casaron. Gladys trabajaba en una panadería y el joven era chofer de una
línea de micros. El 9 de diciembre de 1977, en un operativo a cargo de
supuestos policías pero que, en realidad, fue montado por militares, el
matrimonio fue secuestrado en su casa de la localidad de Godoy Cruz y nunca más
se supo de ellos ni del hijo o hija que esperaban para marzo de 1978.
Desde el momento de la desaparición de los jóvenes, las
familias Domínguez y Castro emprendieron la búsqueda. Fueron al arzobispado, al
comando IV Brigada Aérea, a la SIDE, presentaron hábeas corpus, y en ningún
lugar recibieron respuestas.
Al enterarse de otros casos como el suyo, la abuela María
Assof viajó por primera vez en su vida a Buenos Aires y se contactó con las
Abuelas de Plaza de Mayo, donde se radicó la denuncia sobre la desaparición del
matrimonio y se emprendió la búsqueda colectiva del niño o niña. A partir de
entonces, las dos familias viajaron regularmente a Buenos Aires a aportar datos
o preguntar cómo venían las investigaciones, y siempre que desde la Asociación
visitamos Mendoza nos reciben con los brazos abiertos.
El caso
En 1994 el Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos de
Mendoza envió a las Abuelas una denuncia anónima sobre una joven nacida en
marzo de 1978 que apareció en el hogar de una pareja mayor, de un día para
otro. La joven, a pesar de haber sido inscripta como hija propia, sabía que no
era hija biológica de quienes la criaron, pero nunca pensó en acercarse a
Abuelas. La dificultad para reconstruir las huellas que el terrorismo de Estado
borró impiadosamente, hicieron que el hallazgo de la hija de Gladys y Walter se
demorara 21 años más.
A mediados del año 2009, la denuncia –junto con información
que las Abuelas compartimos con el Estado para la búsqueda de nuestros nietos
apropiados– fue derivada a la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad
(CONADI) para que pudieran investigar, con el ímpetu impreso desde 2003 a resolver los crímenes
cometidos por el terrorismo de Estado. En este sentido, en abril de 2014, por
decisión de la secretaría de Derechos Humanos se crea en CONADI un equipo de
aproximación a posibles hijos de desaparecidos, como el que ya venía
funcionando desde 2006 en Abuelas. Este equipo de trabajo, inmediatamente se
puso a investigar casos de jóvenes denunciados como posibles hijos de
desaparecidos, que aún no han decidido acercarse voluntariamente a las Abuelas
o CONADI. Fue así que en febrero de este año llamaron a la mujer –hoy flamante
nieta restituida– para contarle que la CONADI contaba con información que
arrojaba posibilidades de que podría tratarse de hija de desaparecidos y la
invitaron a realizarse el estudio de ADN. La nieta de María Assof de Domínguez
y Angelina Catterino, accedió inmediatamente a realizarse el estudio que se
concretó el 16 de julio.
El jueves último, 27 de agosto, el Banco Nacional de Datos
Genéticos informó a la CONADI que la joven es hija de Walter y Gladys. Desde
nuestra Asociación se le comunicó la noticia a las dos abuelas, mientras que la
CONADI informó a la nueva nieta que con beneplácito recibió la noticia. El
derecho a la identidad se recupera una vez más en este país, con la
colaboración de un Estado empeñado en promover derechos y de gran parte de la
sociedad que no quiere volver a sufrir los atropellos de dictaduras
terroristas. Sólo resta que el abrazo esperado 37 años por las familias
Domínguez y Castro se materialice en estos días. Bienvenida nieta 117 a la verdad.
Ciudad de Buenos Aires,
31 de agosto de 2015.