Esquel, 2 de Mayo de 2012
Los
abajo firmantes, pediatras del Area Sanitaria Noroeste del Chubut , miembros de
la Sociedad Argentina de Pediatría , sede Esquel y el Servicio de Pediatría y
Neonatología del Hospital Zonal de Esquel, en virtud del rol que desempeñamos
como parte del equipo de salud y en general de todos aquellos colectivos que se
ocupan de preservar , promover, asistir en el cuidado , la educación y la salud
de los niños, niñas y adolescentes de nuestra ciudad y su área de influencia,
nos vemos en la necesidad y obligación profesional de expresar nuestra posición
respecto de la posible instalación de la Megaminería Extractiva en la región
Noroeste del Chubut, tanto en zonas de la meseta como en las regiones
cordilleranas, incluyendo nuestro ejido municipal.
La minería extractiva ha desarrollado en las últimas décadas tecnologías que le permiten obtener metales de valor comercial elevado de sustratos rocosos con muy baja concentración metalífera, lo que implica en todos los casos la afectación de áreas muy extensas de territorio, la puesta en práctica de procesos químico-industriales a gran escala, con el uso masivo de agua y sustancias químicas peligrosas, así como la producción de enormes cantidades de “residuos minerales estériles” previos a las fases químicas, y de residuos tóxicos posteriores a la misma.
Si
bien toda actividad humana produce un impacto en el ambiente, algunas como la
Megaminería metalífera extractiva , son de tales dimensiones que la afectación
ambiental tanto en las fases de exploración, las de explotación como en las
posteriores al cierre de la mina, se cuentan entre las de más intensas y
persistentes que se conozcan. Estos impactos no son negados ni siquiera por las
mismas empresas de megaminería , las que obviamente proponen tareas de
remediación o minimización de riesgos que hasta ahora y por los antecedentes
mundiales conocidos, son de muy escasa y dudosa efectividad y casi en todos los
casos implican que los estados, o sea las mismas poblaciones afectadas, deben
pagar por esas tareas para evitar la extensión de los daños producidos ya que
no para lograr una “restitutio ad initio”, que hasta la actualidad no ha sido
cumplida por ninguna empresa minera.
Debemos
aclarar que como trabajadores de la salud consideramos como ambiente todos los
aspectos geográficos, químicos, físicos , biológicos, sociales, económicos y
culturales en donde los seres humanos en general, pero muy especialmente los
niños , niñas y adolescentes se gestan, nacen , crecen y desarrollan.
Creemos
por lo tanto que es de suma importancia y de responsabilidad fijar nuestra
posición respecto al tema en cuestión y llamar la atención sobre algunos puntos
específicos que atañen a nuestra tarea como médicos y médicas pediatras, ya que
parte esencial de ella es ocuparnos de la prevención de los problemas
sanitarios, y no sólo asistir a las personas cuando ellos ya se han producido.
Respecto
al tema del riesgo sobre la salud que la alteración del ambiente natural que
tales emprendimientos conllevan, debemos señalar en primer término que el ser
humano en gestación, y durante toda su etapa de crecimiento y desarrollo
infanto juvenil, tiene una vulnerabilidad muy superior a la que presenta en su
etapa adulta, lo que obliga a extremar las precauciones sobre estos potenciales
daños.
En
el caso de las iniciativas megamineras en nuestra región, hay una serie de
problemas que son a nuestro entender de grandes proporciones y que no existen
garantías de poder controlar su peligrosidad o de revertir sus consecuencias.
Enumeraremos
un número limitado de los mismos que analizaremos en detalle, no porque sean
los únicos a observar, sino porque desde nuestra perspectiva médica y
pediátrica consideramos suficientes para sustentar nuestra postura.
Acerca
de las sustancias químicas peligrosas:
El
transporte e introducción en el ambiente de grandes cantidades de sustancias
químicas de alta toxicidad , tales como sales de cianuro, explosivos de
diferentes clases, sales de plomo como el litargirio, es característico de la
megaminería. Si bien otras actividades humanas también utilizan ciertas
cantidades de estos elementos en su desarrollo, es en la megaminería donde su
uso por unidad de superficie y por unidad de tiempo es de las más elevadas.
Una vez introducidas en el ambiente, no existe ningún procedimiento de probada eficacia que garantice que no quedarán residuos tóxicos en los suelos, el agua o el aire ya que muchos de ellos han fracasado en diversos sitios del mundo, y otros aún no han sido suficientemente testeados.
Acerca
del Drenaje Acido de Minas y la liberación de metales pesados:
Este problema es de gran relevancia pues la actividad de la megaminería, sea esta en forma de galerías o a tajo abierto, implica la voladura de grandes volúmenes de roca virgen, su fragmentación y la pulverización de cierto porcentaje para el proceso de lixiviación. Sea cual fuere su exacto volumen y técnica extractiva, no existe otro método que el de movilizar inmensas masas rocosas fragmentadas , que una vez expuestas al aire, la luz y la humedad ambiente indefectiblemente van liberando sustancias que de por sí contiene, tales como el arsénico, el cadmio, el talio…etc. Esta liberación se acelera enormemente cuando las características de la roca permiten la formación de ácidos, en especial azufrados, que terminan drenando flujos de agua hacia las napas subterráneas y escorrentías superficiales contaminados con esos metales pesados. Es destacable que los tóxicos de este tipo producen daño acumulativo, por lo que la salud se podría ver afectada no en lo inmediato, sino cuando los niños expuestos sean ya adultos. Como dato importante señalamos que los informes técnicos revelan la presencia de altas concentraciones de compuestos arsenicales en la roca del cordón Esquel, así como en muchos otros macizos montañosos de la provincia, por lo que se dá por descontado que esos compuestos se liberarán al ambiente de llevarse adelante la actividad. Los daños a la salud que provoca la incorporación de estos metales pesados al organismo, en especial aquellos en pleno crecimiento y desarrollo, son tantos y tan conocidos por la historia actual y pasada de la medicina, que nos eximen de enumerar las patologías de la que son causa o factor de riesgo, y que constan en cualquier texto de toxicología médica.
Este problema es de gran relevancia pues la actividad de la megaminería, sea esta en forma de galerías o a tajo abierto, implica la voladura de grandes volúmenes de roca virgen, su fragmentación y la pulverización de cierto porcentaje para el proceso de lixiviación. Sea cual fuere su exacto volumen y técnica extractiva, no existe otro método que el de movilizar inmensas masas rocosas fragmentadas , que una vez expuestas al aire, la luz y la humedad ambiente indefectiblemente van liberando sustancias que de por sí contiene, tales como el arsénico, el cadmio, el talio…etc. Esta liberación se acelera enormemente cuando las características de la roca permiten la formación de ácidos, en especial azufrados, que terminan drenando flujos de agua hacia las napas subterráneas y escorrentías superficiales contaminados con esos metales pesados. Es destacable que los tóxicos de este tipo producen daño acumulativo, por lo que la salud se podría ver afectada no en lo inmediato, sino cuando los niños expuestos sean ya adultos. Como dato importante señalamos que los informes técnicos revelan la presencia de altas concentraciones de compuestos arsenicales en la roca del cordón Esquel, así como en muchos otros macizos montañosos de la provincia, por lo que se dá por descontado que esos compuestos se liberarán al ambiente de llevarse adelante la actividad. Los daños a la salud que provoca la incorporación de estos metales pesados al organismo, en especial aquellos en pleno crecimiento y desarrollo, son tantos y tan conocidos por la historia actual y pasada de la medicina, que nos eximen de enumerar las patologías de la que son causa o factor de riesgo, y que constan en cualquier texto de toxicología médica.
Acerca del uso y afectación del agua:
De
todos los informes consultados acerca de la propuesta del cordón Esquel, así
como de otros emprendimientos propuestos o ya en curso, en todos los casos es
preocupante el volumen ingente de agua que diariamente debe usarse para los
procesos de lixiviación.
En
el caso específico de Esquel, basados en el Estudio de Impacto Ambiental
presentado por minera El Desquite para el proyecto Esquel en el año 2003 y sus
anexos, que por otra parte es el único informe de ese tipo hasta ahora conocido
, nos vemos obligados a señalar ,al menos, los siguientes hechos:
Que
en tal estudio existen discrepancias entre las necesidades de agua que se
declaran necesitar, que es de 1555200 (un millón quinientos cincuenta y cinco
mil doscientos) litros al día (18 litros por segundo), obtenidos de diversas
fuentes de la alta montaña de las cuencas de los arroyos que abastecen parte de
las necesidades actuales de la ciudad de Esquel, con el objeto de diluir el
cianuro y efectuar otros procedimientos químico-industriales, y las cifras que pueden
calcularse a partir de la cantidad de agua que se necesita para lograr las
mismas diluciones cianuradas que la empresa propone realizar, que es
inmensamente mayor, llegando a multiplicar por diez el consumo diario del vital
elemento.
Para
un proyecto del tamaño del de Esquel, como por ejemplo la Mina Gualcamayo, en
San Juan, el caudal de agua en realidad utilizado es de 108 litros por segundo,
lo que coincide con las cantidades utilizadas por otras empresas similares.
Esto sería la mitad de lo que toda la población de Esquel consume en un dia.
Pero
aún si damos por ciertos y precisos los datos que brinda el Estudio de Impacto
Ambiental del proyecto Esquel, y los comparamos con los que la OMS considera la
cantidad básica de agua que un ser humano requiere para su vida, que es de 80 litros por día,
implica que con los requerimientos diarios aún exageradamente modestos que se
pretenden declarar para este proyecto, podrían abastecerse básicamente casi
20000 personas al día, y no menos.
También
debe tenerse en cuenta que gran parte de esa agua no podrá ser utilizada
posteriormente jamás por seres vivos por quedar definitivamente contaminada.
Uno de los objetivos de minimización de daños que las empresas deben garantizar
hasta el cierre de la mina y que luego del mismo debe continuar el Estado, es
justamente mantener por tiempo indefinido en enormes depósitos confinados el
agua contaminada y otros desechos tóxicos con el objeto de que no ingresen a
las corrientes de agua superficial y profunda que nacen, casualmente, bajo esos
mismos depósitos. Por desgracia y hasta la actualidad este objetivo es solo una
declaración de deseos, ya que en la práctica son innumerables los casos en
nuestro país y en el mundo, en que es técnicamente imposible garantizar la
confinación absoluta e indefinida de los desechos tóxicos y del agua
contaminada.
Siendo
el agua dulce un recurso cada vez más escaso en nuestra región y en el mundo,
es primario defender este bien común imprescindible para la vida humana actual
y futura y remarcar que se trata de un derecho humano básico el contar con
acceso y disponibilidad de agua . Ningún emprendimiento económico que no
contemple la conservación segura e incuestionable para las generaciones
actuales y futuras de la calidad y cantidad de agua para uso humano podrá
contar con el aval de ninguna sociedad médica, ya que por encima de todos los
derechos se halla el de la vida misma, y luego el de la salud.
Acerca de los aspectos sociales y económicos:
Por
último y abordando un tema especialmente álgido en nuestra comunidad,
consideramos que ya hace nueve años atrás y luego de arduos debates públicos y
tras un proceso democrático incuestionable, la comunidad de Esquel de manera
formal, y la de otros municipios del área noroeste informalmente, expresó en
las urnas su deseo de no apoyar este tipo de emprendimientos mineros , lo que
motivó una serie de disposiciones legales tanto a nivel municipal como
provincial, que limitan tales desarrollos. Tales normas jurídicas aún están
plenamente vigentes, y formalmente no existen nuevos estudios de impacto
ambientales presentados para iniciar ningún emprendimiento local. Por lo tanto
consideramos altamente preocupante que se estén efectuando promesas de puestos
de trabajo a personas en situación de alta vulnerabilidad laboral y social, en
casi todos los casos sostenes de familia, sin que sea factible darles
cumplimiento, generando una situación de tensión social inadmisible, cuyo fin
último no llegamos a comprender, pero que sin duda afecta a la paz social de nuestra
comunidad y pone en riesgo aún más el frágil entorno de muchos niños, niñas y
adolescentes.
Por
otra parte , y siendo fieles a considerar a nuestros pacientes parte de un
complejo entramado socioambiental, creemos que el trabajo digno y sustentable
para sus padres es una necesidad ineludible de satisfacer, pero también sabemos
que no es la megaminería ni una fuente laboral de grandes proporciones para la
mano de obra local , ni tiende a crear empleos de largo alcance , ni genera
industrias anexas, ni están dadas las condiciones jurídicas para que la perdida
de activos ambientales se compensen ni remotamente con los ingresos que se
recibirían por la extracción y exportación de oro, plata, uranio, y otros
elementos económicamente muy rentables para las empresas en el contexto
financiero global.
Por
todo lo expuesto es que la Sociedad de Pediatría sede Esquel, el Servicio de
Pediatría y Neonatología del Hospital Zonal de Esquel y los Pediatras de la
región Noroeste del Chubut declaran su rechazo a llevar adelante proyectos de
megaminería en la región, aplicando el Principio Precautorio a la Salud Pública
, por comprometer seriamente la pureza del suelo, los alimentos y el agua en
calidad y cantidad de tal manera que pone en peligro la salud actual y futura de
los niños , niñas y adolescentes del área bajo su cobertura.
En el mismo acto declara también su firme apoyo a la decisión soberana tomada por el pueblo en el plebiscito el 23 de Marzo de 2003 y las disposiciones legales que de él se desprendieron, así como rechaza los intentos de modificar las mismas generando tensión social, para habilitar las actividades que la megaminería pretende llevar a cabo.
Servicio de Pediatría y Neonatología del Hospital Zonal de Esquel
(02945) 45-1074 (02945)
450222 (02945) 45-0107
Sociedad Argentina de
Pediatría Filial Esquel esquel@sap.org.ar
Pediatras del Noroeste de
la Provincia del Chubut