Acabo de leer el mail de Pablo y todavia me
faltan las palabras: En lo más profundo todos estos días tenía la certeza de
que esta sería solamente una más de las tantas luchas de su vida, que Pocha con
su enorme fuerza, perseverancia y constancia finalmente iría a vencer. O mejor
debiera decir que TODA SU VIDA de compromiso y lucha por la dignidad y los
derechos de cada una y cada uno de nuestro pueblo, especialmente de las y los
más pobres, es y seguirá siendo UNA GRAN VICTORIA contra el sistema genocida
que el imperio nos impuso ayer y sigue imponiendo hoy a la humanidad. Esto es
lo que vi siempre en ella y sentí ante ella siempre en mi corazón
Pero muy bien escribe Pablo, y eso es lo que
importa, que nunca debemos olvidar y que Pocha y tantas y tantos otros
sembraron con sus vidas y nuestro pueblo está cosechando hoy, haciendo suyo y
extendiendo de un modo ejemplar para todo el mundo. y que compañeras y
compañeros de lucha sinceros de otras latitudes, solidarios con sus respectivos
pueblos admiran cuando hoy miran la Argentina, es que en medio del terrible
genocidio de ayer y sus secuelas criminales y aún impunes de hoy, son
muchísimas las Pochas que con inquebrantable constancia logran todos los días
victorias que pueden parecer "pequeñas y cotidianas" pero que son
enormes, profundas y la base de un país en el que la humanidad, la dignidad y
los derechos de nuestro pueblo se imponen y vencen a este capitalismo asesino a
pesar de todos sus múltiples y globales poderes de impunidad e infamia
enquistados aún en diversos ámbitos ocultos o abiertamente evidentes también en
nuestro país.
Pero nosotras y nosotros tenemos una trinchera
que demostró su firmeza invencible durante 40 años. Son ellas y ellos: Pocha,
Alieda, Alice, Mauricio y tantas y tantos que no puedo nombrar aquí, además de
las y los 30 mil: Todas y todos están presentes y siguen luchando en nuestras
luchas y cantando en nuestras voces.
Quiero terminar este saludo con un canto que
todas y todos hemos cantado mil veces y que representa de un modo increíble
nuestra fe, nuestra apuesta a la humanidad y dignidad y nuestra esperanza más
profunda, que son las de nuestro pueblo: Que este poema nos sirva de abrazo
fraternal, consolador y fortalecedor en estos días: Hasta la Victoria, SIEMPRE!
Pastor Arturo Blatezky
Coordinador de la Oficina Central del MEDH
- o -
Hoy falleció Pocha Camín, la Pocha para todos nosotros hoy
se presenta el informe
Xumek - Asociación para la protección y promoción de los
derechos humanos hoy puedo decir que
la lucha de Pocha fue enorme.
Seguramente Alfredo Guevara y Pocha Camin referentes de la lucha por los derechos humanos de la Provincia de Mendoza lograron que florezca y crezca una enorme cantidad de gente que trabaja en Derechos Humanos,
Pocha querida Hasta la victoria siempre siempre tu lucha produjo que hoy los derechos humanos sean una bandera en la Provincia y tu ejemplo será recordado en todo nuestro País.
Hasta la victoria siempre Pocha querida!
Seguramente Alfredo Guevara y Pocha Camin referentes de la lucha por los derechos humanos de la Provincia de Mendoza lograron que florezca y crezca una enorme cantidad de gente que trabaja en Derechos Humanos,
Pocha querida Hasta la victoria siempre siempre tu lucha produjo que hoy los derechos humanos sean una bandera en la Provincia y tu ejemplo será recordado en todo nuestro País.
Hasta la victoria siempre Pocha querida!
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Hoy nos dejó una gran luchadora.
Una mujer de fuerte carácter, de sólida formación moral y política,
intransigente para sus convicciones, amplia en la comprensión de las
convicciones de los otros, con un sentido del humor agudo que siempre se
fundaba en su observación crítica del mundo.
El padre y el tío, conocidos
militantes del Partido Comunista, le transmitieron sin dudas esa mirada
dialéctica que ella supo transformar en el bastión ideológico de su
conducta consecuente. Estuvo breve tiempo en la Federación Juvenil
Comunista donde conoció a Armando Camín, su compañero de vida y de aprendizajes
políticos más desde las teorías que enriquecieron nuestros años 60 y 70, sin
pertenencias partidarias. Casada a los 19 años, con un hijo, intentó la carrera
de Derecho en Córdoba pero las dificultades la llamaron a la realidad. No se
desanimó, optó por una carrera posible y que a la vez respondiera a sus
naturales tendencias, estudió Trabajo Social y supo rodearse de muchas
compañeras que ejercieron la tarea desde la común perspectiva de "ayudar a
crecer" sin quedarse en el asistencialismo.
La dictadura de 1976, golpeó
duramente a su hogar y a su familia. Armando fue despedido de su trabajo en
YPF, Pocha fue despedida de su trabajo en un Centro de Salud y en la
Facultad de Antropología. Solía relatar con humor anécdotas de aquellos
tiempos, sobre la incapacidad que tenían los dos para ganarse la vida en otros
campos laborales, como ventas domiciliarias, atender una fiambrería.....
En mayo de 1978 el terrorismo de
Estado secuestró al hermano de Armando y a su hijo, Gustavo y Mario Camín, se
encuentran desaparecidos. Salieron a buscarlos, pero muy pronto
comprendieron que la lucha estaba en el campo de los derechos humanos para que
pudiera ser más amplia y efectiva. Pocha conoció a la Pastora Alieda Verhoeven
que venía trabajando en la defensa de los perseguidos chilenos y que luego sumó
a los perseguidos de su país de adopción, Argentina. En carne propia sufrió la
pérdida de su gran amigo y compañero de ruta Mauricio López y con el coraje que
la caracterizaba armó un grupo de trabajo solidario en Mendoza.
Tenían que encontrarse ambas y el
resultado fue el Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos, Regional
Mendoza, que había nacido en 1976 en Buenos Aires como respuesta a la
dictadura desde varias Iglesias Protestantes y Evangélicas y tres Obispados
católicos, y se instaló en Mendoza en 1979 al amparo del Consejo Mundial de
Iglesias y de varios Gobiernos europeos. Al frente de la Regional estaban
aquellas dos mujeres, organizadoras, con tan diferentes opciones intelectuales
en sus vidas, con un eje en común: la tortura no debe tolerarse, la
persecución por razones ideológicas no debe permitirse. Y trabajaron en ese
sentido.
Pocha Camín, no creyente
religiosa, creyente en el derecho a la vida y en todos los derechos inherentes
a la misma y a la dignidad de los seres humanos, tan fuerte como sensible,
organizó la solidaridad para con las familias de desaparecidos y presos
políticos, le puso a la tarea la capacidad intelectual y el cuerpo, huesos,
sangre, sonrisa, palabras. Porque ir todos los días a abrir la puerta y estar
entera para recibir a quienes padecieron en nuestra comunidad las más crueles
de las agresiones, exige de una entereza que ella tuvo sin retaceos. Día tras
día, año tras año. Disciplinadamente.
Quienes nos incorporamos en
diferentes momentos a trabajar con ella en el medh, quienes nos quedamos y
quienes tomaron otros caminos profesionales, podemos decir que éramos aquélla
persona cuando llegamos y una nueva, más completa, enriquecida, después
de su paso por nuestras vidas. La dictadura le quitó la Escuela de Trabajo
Social en la Facultad de Antropología, pero ella, llenó su mundo de enseñanzas.
Por eso seguimos trabajando en la defensa de los derechos humanos en
cualquier rumbo que nos depare la vida. Gracias, Pocha, por tanto que nos
diste.
MEDH Mendoza
Eduardo Galeano
Nosotros tenemos la alegría de
nuestras alegrías
y también la alegría de nuestros
dolores,
porque no nos interesa la vida
indolora
que la civilización del consumo
vende en los supermercados.
Y estamos orgullosos del precio de tanto
dolor, que por tanto amor pagamos.
Nosotros tenemos la alegría de
nuestros errores,
tropezones que muestran la pasión
de andar y el amor al camino.
Y tenemos la alegría de nuestras
derrotas,
porque la lucha por la justicia y
la belleza vale la pena también cuando se pierde.
Y sobre todo tenemos la alegría de
nuestras esperanzas.
En plena moda del desencanto,
cuando el desencanto se ha
convertido en articulo masivo y universal,
nosotros seguimos creyendo en los asombrosos poderes del abrazo humano.