Señor
Director de La Nación
Dr. Bartolomé Mitre
S
/
D
El
diario que usted dirige publica el día 23 de noviembre una editorial con el
título "No más venganza", que es una ofensa al pueblo argentino, a su
memoria y a las víctimas del terrorismo de Estado.
Ningún
organismo de DDHH, ni familiares buscan venganza, sí, el derecho de
Verdad y Justicia frente a los crímenes cometidos de lesa humanidad que deben
ser juzgados, que Ud. no puede ignorar no prescriben en el tiempo.
Han transcurrido 40 años
de la imposición del terrorismo de Estado a través de la Doctrina de Seguridad
Nacional impuesta en todo el continente, con políticas de exterminio a los
pueblos, desaparición de personas, de niños, torturas, cárceles y que en
muchos casos hasta el día de hoy se desconoce qué pasó con las víctimas.
Su
falta de claridad y mentiras pretende equiparar lo ocurrido en nuestro país con
los ataques terroristas realizado por el ISIS en París.
Le hablo como víctima
sobreviviente del terrorismo de Estado, detenido y torturado, que sufrió
un vuelo de la muerte el día 5 de mayo de 1977, y se salvó gracias a la
solidaridad internacional y que nada tuvo que ver con la violencia de las
armas; si con la defensa del Estado de Derecho, de la vida y dignidad de
nuestro pueblo y que nunca el periódico que usted dirige tuvo el coraje de
defender el derecho del pueblo y hoy ataca pidiendo por aquellos que nunca
tuvieron piedad con sus víctimas.
Señala
que "La cultura de la venganza ha sido predicada en medios de difusión de
Estado y en las escuelas..." Le respondo que la memoria es necesaria para
iluminar el presente y que no vuelva nunca más el odio, el revanchismo y la
venganza, pero usted pretende volver a esos tiempos de oscurantismo que
vivió nuestra Patria.
Argentina
es conocida en el mundo por su avanzado proceso de juicios por crímenes de lesa
humanidad, estos crímenes fueron realizados en coordinación con varias
dictaduras de la región y EE.UU. en el denominado "Operativo Cóndor"
cometiendo asesinatos, secuestros y desapariciones en diversos países.
El
Nunca Más, significa que nunca más vuelva la impunidad, ni quienes
quieren retroceder en los avances de Verdad y Justicia de nuestro pueblo. Y le
decimos que no estamos dispuestos a dar ni un paso atrás.
Además
de haber sido reconocido internacionalmente con el Nobel de la Paz por la lucha
colectiva que hicimos contra esas dictaduras, también fui jurado varios años
del Premio de Derechos Humanos que otorga la ciudad de Nuremberg, Alemania,
donde se hizo el juicio a los nazis. Allí, los mismos alemanes destacaban a la
Argentina como un ejemplo por haber enjuiciado a sus dictadores en tribunales
ordinarios y no con un tribunal ad-hoc como sucedió allá.
Argentina
es un ejemplo mundial de dignidad en materia de memoria, verdad y justicia y
siempre he reconocido que el gobierno saliente ha hecho mucho respecto a ese
período. Por eso, la "verdadera vergüenza nacional" no
es la que habla su diario, es la que sufren los países que nunca pudieron
juzgar a sus dictadores, y la que les cabe a los represores que no se
arrepienten de lo que hicieron o los más de 50 que están prófugos de la
justicia.
Antes
de decir altaneramente que "ha llegado la hora de poner las cosas
en su lugar", sería bueno que revisen sus propias contradicciones, y
revisen un poco mejor la historia, si es que quieren ejercer el periodismo no
militante que dicen defender.
Justicia
no es venganza. El Papa Francisco habla de dialogar y curar las heridas pero no
en el sentido que mencionan, sino de memoria, verdad y justicia. Él me dijo
personalmente en un encuentro que tuvimos en mayo de este año, que está
aportando todos los documentos del Vaticano a la justicia argentina para que
los juicios que La Nación critica, puedan realizarse en favor de todos los
argentinos.
Los
que siempre luchamos por los derechos humanos vamos a seguir defendiéndolos
siempre junto al pueblo y frente a cualquier gobierno. Lo hicimos cuando el
gobierno de supuestos "terroristas" aprobó la ley
antiterrorista, y lo vamos a hacer con el nuevo gobierno, si en algún momento
decide aplicarla como hace Chile contra los movimientos populares.
Lamentablemente,
mientras no rectifiquen estos nuevos y graves enunciados de su editorial de
hoy, me veré forzado a no darles ninguna nueva entrevista.
Reciba mis cordiales saludos de paz y bien.
Adolfo Pérez Esquivel
Premio Nobel de la Paz
Servicio Paz y Justicia (SERPAJ-Arg.)