PARAGUAY
El papa Francisco ofició su última misa campal ante
un millón de personas en el predio militar de Ñu Guazú, en las afueras de
Asunción, y llamó a pasar "de la lógica del dominio, del aplastar y
manipular, a la lógica del acoger, recibir y cuidar". Esta noche partirá
de vuelta hacia Roma, después de haber visitado también Ecuador y Bolivia.
Antes de llegar al predio con más de un millón de personas, según
estimaciones de las autoridades, el papa visitó el barrio pobre de
Bañado Norte
de Asunción, vivo ejemplo de la desigualdad en Paraguay. Jovial con todos los
niños que se lanzaban a tocarlo, y dispuesto a repartir besos a enfermos y
ancianos, el papa celebró "la pelea" por la tierra y por una vida más
digna "que no les ha sacado la solidaridad; por el contrario, la ha
estimulado, la ha hecho crecer", dijo a miles de vecinos.
En ese lugar, a orillas del río Paraguay, viven unas 23.000 familias,
aproximadamente 100.000 personas, expulsadas del campo a la ciudad, según
denunció María García, de la Coordinadora de Organizaciones de los Bañados.
Esos cinturones de miseria están conformados mayoritariamente por familias de
origen indígena y campesino, expulsados a la vez de las ciudades hacia la
periferia desde hace por lo menos 80 años en un proceso que no ha tenido
variantes.
Francisco destacó la importancia de la fe y la solidaridad para afrontar los
momentos de dificultad. "La fe despierta nuestro compromiso, nuestra
solidaridad. Una fe que no se hace solidaridad, es una fe muerta"
sentenció el pontífice ante miles de habitantes del Bañado Norte, ubicado en la
periferia de la capital.
Elogió el espíritu de sacrificio de la gente que tiene que luchar
diariamente contra todo tipo de dificultades y carencias. "Una lucha que
no les robó la sonrisa, la alegría, la esperanza. Que no les ha sacado la
solidaridad. La ha estimulado y hecho crecer", agregó el papa argentino.
Los curas y laicos que viven y luchan con la gente del Bañado Norte de
Asunciòn (lamado tambièn Bañado de Tacumbù, porque allì està la màs
terrible càrcel de Paraguay) son nuestros enormes amigos y amigas de la
Fraternidad Misionera de Quilmes, a quienes Novak reconociò como Orden
Regular de la Iglesia Catòlica, entre ellos el entrañable amigo y
luchador Padre German Pravia, que antes trabajo en Florencio Varela y
San Francisco Solano.
Un gran abrazo.