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Por Osvaldo Bayer
Nuestra historia.
Con sus actos de inmensa riqueza humana y sus egoísmos, desaciertos y crímenes.
Justamente ahora, dentro de pocos días, el próximo 6 de noviembre, se cumplen
130 años de la fundación del Vorwärts, el club socialista alemán en Buenos
Aires. Esa palabra quiere decir: ¡Adelante! Quince emigrantes alemanes,
expulsados de su país por el gobierno de Bismarck por difundir ideas
socialistas, arribaron a la Argentina. Y aquí resolvieron seguir su lucha.
Gente sencilla, estudiosa, con aspiraciones de una sociedad más justa y feliz.
Un obrero, Karl Múcke, fue el de la iniciativa; invitó en aquel 1882 a varios
de sus connacionales a la cervecería Bieckert, que estaba en el Paseo de Julio,
a fundar una entidad obrera que se basara en los principios del socialismo,
ideas por las cuales ellos debieron dejar su tierra natal. Así nació esta
entidad que hoy existe todavía. Fueron ellos los que trataron de tomar contacto
con todos los otros sectores de la sociedad argentina –los criollos, italianos,
españoles, franceses, polacos, etc.– para luchar por una sociedad igualitaria
tal cual lo cantaban los argentinos en el Himno Nacional desde 1813: “Ved en
trono a la noble igualdad. Libertad, Libertad, Libertad”. Fueron ellos, ese
grupo de alemanes idealistas, los que también organizaron el primer acto en
Buenos Aires para recordar el Primero de Mayo. Sí, el día que en Chicago
comenzó la gran huelga por las ocho horas de trabajo que terminó con cinco
anarquistas –cuatro alemanes y un inglés–, ahorcados por la “Justicia”
estadounidense y que fue la gran señal que llevó a la lucha obrera en todo el
mundo para lograr ese horario de trabajo indiscutible y humano. Y ese primer
acto conjunto de los obreros se llevó a cabo en el Paseo de Julio. Los obreros
de cada comunidad extranjera emigrada a la Argentina tuvieron un representante
que habló en su propio idioma, porque todavía no habían aprendido el habla de
Buenos Aires. Un alemán, un criollo, un italiano, un español, un francés y un
portugués. El diario La Nación de Mitre, trató de burlarse del acto expresando
que para qué se reunían los obreros si no se entendían y cada uno hablaba su
idioma. Deberían haber aplaudido que, a pesar de que no se entendían, se
reunían todos en su condición de trabajadores para demostrar el mismo
propósito: lograr la justicia social. Y fundaron el periódico El obrero, en dos
idiomas, enfocado en la lucha por una dignidad de clase. En un tiempo muy
difícil, el de los Mitre y los Roca. Este último iba a sancionar la ley más
cruel de nuestra historia, la 4140, la Ley de Residencia. Contra los
extranjeros que traían la semilla de la rebelión social.
Hermoso gesto el
de homenajearlos ahora. El 6 de noviembre estaremos a las 19 horas en el Centro
Cultural de la Cooperación (Corrientes l543) para recordar los 130 años de
estos héroes civiles casi anónimos que prendieron la chispa de la justicia
social en las calles argentinas. (Claro, nunca encontraremos ninguna foto de
esos héroes del pueblo junto a un representante de la oligarquía que había
financiado la campaña del desierto de Roca. Pero ahora sí podemos ver la foto
conjunta de dos sonrientes: del ultra conservador-”liberal” Macri con el
sindicalista Moyano. Curiosidad evidente de las fantasías de la realidad.)
Y pasemos a otra
lucha que debe ser constante. Es la que llevan a cabo las organizaciones que se
han comprometido siempre a atender a nuestros niños con hambre. Que los hay y
desde décadas que existen. Un manifiesto de las organizaciones de la sociedad
civil sobre el abandono y la desprotección de los niños pobres de la provincia
de Buenos Aires nos ha conmovido. Nos ha conmovido su comunicado y el haber ya
abandonado el silencio para denunciar a viva voz nuestra realidad. Son más de
tres mil organizaciones sociales y de derechos humanos que desde hace años se
dedican a defender los derechos de más de 163.000 pibes. Sí, tal cual, 163.000
pibes que necesitan comer y ser atendidos. No hay ninguna exageración ni ningún
fin político en hablar de esta realidad. Sí, esta escena bien argentina lleva
ya muchas décadas y es necesario plantarse para decir basta a quienes la
ignoran o pretenden mirar para otro lado.
El comunicado
tiene un estilo muy doloroso y diríamos hasta desesperado. Pero desesperación
por pura bondad. Por ver cómo se ha abandonado un deber primordial: el presente
y el futuro de nuestros niños pobres. Esas instituciones lo dicen sin pelos en
la lengua: “Desde hace largo tiempo que el atraso en el pago de los convenios
por parte del Ministerio de Desarrollo Social y la Secretaría de la Niñez de la
Provincia de Buenos Aires; la precarización de las trabajadoras/res de la
infancia y la falta de recursos para dar respuesta a situaciones críticas de
nuestras comunidades son síntomas del gobierno de Scioli de abandono y
desinterés, constituyéndose una línea política represiva hacia nuestros pibes y
pibas, y no propiciadora de espacios de inclusión ni efectivización de
derechos. Los pibes, las pibas pobres no interesan”. “El incumplimiento del
Sistema de Promoción y Protección de Derechos hace que nuestros pibes terminen
sin posibilidades reales de construir proyectos de vida liberadores,
ofreciéndoles de esta forma un futuro marginal, donde las cárceles de la provincia
de Buenos Aires terminan convirtiéndose en las políticas reales de adolescencia
y juventud de este gobierno.”
El comunicado,
luego, no se arrodilla, tiene algo de desesperación ante la diaria realidad de
los niños que llegan a los comedores infantiles y no encuentran comida. Dicen
esas organizaciones de la generosidad: “El cumplimiento efectivo de las leyes
de niñez y adolescencia para garantizar los derechos contenidos en la
Convención Internacional de los Derechos del Niño, Niña y Adolescente debe ser
ya. Para que esto sea posible deben invertir en políticas y programas que den
respuesta a la cruel realidad que viven miles de niños, niñas, adolescentes y
familias en sus barrios”.
Las
organizaciones firmantes son de reconocida actuación y honestidad, por ejemplo,
el Centro Angelelli, la Fundación Jorge Novak, la Obra del Padre Cajade, la
Fundación Farinello, el Serpaj, con Pérez Esquivel, y también el legendario
Vorwärts. Estas y más de medio centenar de organizaciones de derechos humanos
marcharán el 1º de noviembre, a las 13 horas, desde el frente del Congreso a la
Casa de la Provincia de Buenos Aires. Allí estaremos.
Vorwärts.
¡Adelante!, pues. Por una Argentina sin pibes con hambre.