Grupo de curas en Opción por los Pobres
El próximo
24 de marzo se conmemoran 40 años del golpe
cívico-eclesiastico-empresarial-militar.
Este sangriento golpe de estado
enlutó nuestra patria y nuestra historia. Y a pesar de los insistentes clamores
por el ¡nunca más!, hemos entrado en una etapa donde corre peligro el
camino de memoria, verdad y justicia re-emprendido en los últimos doce años.
· Hay voces -civiles y eclesiásticas- que
hablan de una malentendida necesidad de reconciliación o de olvido;
· Hay voces que hablan de venganza
confundiéndola con justicia;
·
Hay voces
que insisten en la necesidad de una supuesta justicia completa que reflota la
perversa teoría de los dos demonios;
· Hay voces que ignoran o disimulan los
crímenes de lesa humanidad expresadas en propuestas de conmutación de penas, o
proponiendo prisión domiciliaria, argumentando la edad de los genocidas.
Hace 40 años la complicidad
empresaria, eclesiástica, periodística y militar puso en marcha el aparato de
la muerte: desapariciones forzadas, secuestros y torturas, personas
arrojadas al río en pleno vuelo , campos clandestinos de detención, apropiación
de niños y bienes personales de los secuestrados.
Y también muerte por la imposición
de un modelo económico que provocó la concentración de las riquezas en unas
pocas manos, las manos de los sectores más ricos que entonces aplaudían -igual
que ahora-, muerte por la entrega de nuestra soberanía, por la imposición de
una deuda injusta y odiosa que continua amenazando nuestro futuro.
Y
finalmente muerte por una guerra absurda y sin sentido que utilizó como
pretexto nuestro justo reclamo por las Malvinas e Islas del Atlántico
Sur.
Aprovechando
una fenomenal campaña en los medios de comunicación y la complicidad económica,
la dictadura cívico-eclesiástica-empresarial-militar nos sumergió en una “noche
oscura” de genocidio y miedo. Por su propia impericia, crímenes e impunidad, y
por la lucha de, tantos entre los que queremos hacer memoria de las Madres y
Abuelas, o de Obispos como Jaime De Nevares, Miguel Esteban Hesayne y
Jorge Novak y también del obispo mártir Enrique Angelelli, la dictadura se resquebrajó
hasta finalmente ser derrotada. Derrota que nunca es definitiva, como basta ver
en muchas actitudes, nombres y políticas del gobierno actual que ya hemos
denunciado en las cartas al Pueblo de Dios Nº 1 y 2.
Como curas en opción por los pobres
queremos asociarnos al coro nacional e internacional que grita el ¡nunca más!,
unirnos a los que hoy estamos atentos ante todo intento de reflotar algunas o
muchas políticas pasadas, y comprometernos a contribuir a seguir poniendo
cimientos en la búsqueda de memoria, verdad y justicia.
Grupo de curas en
Opción por los pobres
Marzo 2016