Sábado 15 de junio de 2013
El último miércoles, los representantes de la Cumbre
Indígena, junto con referentes de Derechos Humanos, llevaron adelante la
primera de una serie de rondas que se realizarán todos los miércoles de 16 a 17 en Plaza de mayo y
distintas plazas del país, exigiendo que la Presidenta de la Nación los reciba
en la Casa de Gobierno y escuche los reclamos de los pueblos originarios. Informe:
ANRed. Fotos: Rosana Silvera. Video: Avkin Pivke Mapu.
Una vez más, los invisibilizados acudieron a la
plaza para hacerse visibles. Esa plaza que históricamente había albergado a los
que ya no sabían a quién acudir en busca de justicia. Y llegaban a la pirámide,
y se saludaban con sus hermanos de lucha, con quienes se acercaban a brindarles
apoyo, con quienes se acercaban a brindarles una cámara para hacerlos cuerpo
frente a un Estado que decidía ignorarlos, y con aquellos que solamente pasaban
por allí y se interesaban por saber quiénes eran y que hacían en ese lugar.
Allí llegaron los representantes de pueblos
originarios el miércoles. Y comenzaron a reunirse en los alrededores de la
Pirámide de Mayo, con sus banderas multicolores y cabezas en alto. Y comenzaron
a caminar alrededor de la misma, mirando adelante, paso tras paso, forjando la
ya mítica ronda que tanta historia de luchas y significado simbólico tiene. En
ese camino, se fueron acercando algunos referentes para unirse en la caminata,
representantes de Madres de Plaza de Mayo –línea fundadora– y miembros de
organizaciones y agrupaciones en lucha por los Derechos Humanos, como Adolfo
Pérez Esquivel.
El Premio Nobel de la Paz declaró, minutos antes
de incorporarse a la ronda: “Nosotros venimos acompañando a los pueblos
originarios, que reclaman el derecho a sus territorios y soluciones desde hace
mucho tiempo. Después de la cumbre en Formosa han pedido una reunión, que se
les ha negado sistemáticamente. Hoy, esta ronda se está haciendo
simultáneamente en diferentes plazas del país: Neuquén, Chaco, Santa Cruz,
Bariloche, Bahía Blanca, Caleta Olivia, Formosa, entre otros. Hasta ahora, la
Presidenta es aliada de los gobernadores, y no hemos logrado que nos atienda”.
Cuando se le preguntó acerca de las repercusiones, en los funcionarios
públicos, de la vigilia que llevaron adelante hace algunos días en el mismo
lugar, respondió: “No hemos tenido ninguna respuesta de nadie. Yo llamé seis
veces a Casa de Gobierno y no recibí contestación alguna”.
A medida que la ronda daba otra vuelta, crecía la
cantidad de personas que caminaba a la par. Y eran más las banderas que se
sumaban. El sol se escondía detrás de los edificios, los trabajadores cruzaban
la plaza abandonando las oficinas y se cruzaban con Félix Díaz –designado
vocero oficial de la Cumbre Indígena junto a Amta Argentina Quiroga, la semana
pasada, por decisión de la Cumbre de los Pueblos y Organizaciones Indígenas–, a
la cabeza y sosteniendo un cartel con la leyenda: “Memoria - Verdad -
Justicia - Territorio - Derechos Humanos para los pueblos indígenas”.
“Esta es la lucha de todos los pueblos
originarios en Argentina, tal como decidimos en la cumbre. No solamente la
lucha de uno de los pueblos más castigados, como es la comunidad Quom la
Primavera”, recalcó un representante de la comunidad Mapuche de Bariloche,
que continuó enfatizando la importancia de la visibilización de todos sus
pueblos y la unidad como método de lucha. “Queremos que la sociedad
argentina, los trabajadores, los docentes, las mujeres, los niños, podamos
construir un camino para hacer una agenda nacional en conjunto. Les decimos que
para el próximo miércoles vamos a ser muchos más.”
Tras el aplauso y grito unificado de fuerza de
los presentes, tomó la palabra Félix Díaz: “Nosotros como pueblo indígena
queremos decir a la sociedad que estamos vivos y no queremos sobrevivir,
queremos vivir. El Estado argentino es el responsable de todos los problemas
que nos afectan día a día. Nosotros, los pueblos indígenas de Argentina
queremos decir a nuestras autoridades nacionales que nos escuchen, que no nos
hagan pelear con los organismos que fueron creados para defender los derechos
indígenas, como el caso del Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI), que
debería estar acá presente para defender los derechos violados”. Y
continuó, respondiendo a las diversas declaraciones respecto a la problemática
de los pueblos originarios y particularmente acerca de su figura que se vienen
registrando en medios de comunicación oficialistas: “No le damos importancia
a la manipulación mediática. Muchas veces el oficialismo quiere desviar la
discusión política de los pueblos indígenas asemejándolo con la oposición;
nosotros no queremos estar dirigidos. Que la Presidenta de la Nación hable
directamente con nosotros. Estamos cansados de que nos digan lo que tenemos que
decir y hacer, que nos digan que tenemos que afiliarnos a un partido político
para que seamos escuchados. El Estado argentino nos debe muchas cosas”.
El recientemente designado vocero oficial de la
Cumbre Indígena cerró rescatando la historia de los pueblos originarios, una
historia a través de la cual se los intentó someter, callar y negar, y a pesar
de la cual siguen en pie: “La sociedad civil tiene que entender que los
pueblos indígenas siempre han sido los hacedores de millones de grandes obras.
Han usado mano de obra indígena en la época colonial para construir sus
iglesias católicas, han usado esa capacidad y sabiduría de los pueblos
indígenas para enriquecerse. Se llevaron todas nuestras riquezas y nos dejaron
con una vida miserable. Queremos vivir como corresponde. Por eso exigimos al
Estado que garantice nuestra existencia, nuestro derecho para que tengamos la
misma igualdad que cualquier ciudadano”.
Después, agradeció profundamente a todos aquellos
que “hoy nos acompañan y no ponen las condiciones para estar a nuestro lado.
Somos todos seres humanos y tenemos que sentir el mismo dolor ante aquel que
sufre”. Y recordó, también, a sus hermanos: “Nos solidarizamos con los
pueblos indígenas de otras regiones, como es el caso de Bolivia, Chile, Perú,
Brasil, Paraguay, que están siendo perseguidos. Reivindicamos históricamente la
existencia de estos pueblos indígenas que han sido silenciados por diferentes
motivos. Estamos a metros de la Casa Rosada, pero nunca nos escucharon ni
quieren hacerlo. Vamos a estar acá siempre, pidiendo diálogo”.
La jornada se cerró, pero no así la decisión de
permanecer de pie, de seguir caminando la Plaza de Mayo y las plazas de todo el
país, cada miércoles de 16 a
17, hasta que los reciban en la Casa de Gobierno y ellos mismos puedan ser los
voceros de sus necesidades y derechos. La historia de los pueblos indígenas no
solo es nuestra historia, sino que se sigue escribiendo y estas jornadas son
testimonio de eso.